La criada más mandona reabre el telón de la ópera tras más de un año

'La serva padrona' narra la historia de Serpina –pequeña serpiente, en italiano–, una criada que en lugar de ocupar su papel de personal doméstico sumiso, es en realidad quien 'lleva los pantalones' en una casa en la que el amo es Uberto, un solterón empedernido. A partir de aquí, se narra una historia completamente bufa donde los sentimientos también están presentes. La soprano granadina Leticia Rodríguez es Serpina, y el barítono madrileño Andrés del Pino se meteré en la piel de Uberto.

El incombustible Pepe Cantero es el tercer vértice de la trama, Vespone, el criado mudo. «Con 'La serva padrona', Pergolesi pone música a unos personajes basados absolutamente en 'La commedia dell'arte'. Don Pantalone es el señor, Colombina es la criada y Arlecchino es el criado mudo. 'La commedia' estaba presente en aquel tiempo tanto en los corrales de teatro como en los teatros de ópera». Yañade:«Esta modalidad escénica, estos 'intermezzos' o 'entremeses' servían para que el público descansara entre una obra y otra. Eran textos más ligeros que permitían a los señores comer en sus palcos o dedicarse a la galantería sin tener que prestar mucha atención».

A Leticia Rodríguez, que debuta en el personaje, Serpina le sienta como un guante. Como afirma el director musical de la ópera, Miguel Sánchez Ruzafa, «Leticia tiene ese carácter sobre la escena, esa capacidad para desenvolverse, esa fuerza a la hora de decir las frases, que la hace idónea». La soprano sonríe en la sala de ensayos y dice que «me llevo muy bien con ella. Lo más difícil para mí no han sido las arias, sino los recitativos, que están traducidos al español para que el público pueda seguir el argumento». Ella defiende el 'maricarmenismo', concepto que define a las mujeres con la bravura que despliega Serpina, quien no para hasta conseguir sus fines.

Miguel Sánchez Ruzafa ha dirigido este título en varias ocasiones, tanto en España como en Italia, y destaca «la extraordinaria variedad tonal y la potencia musical de esta obra que puede parecer pequeña pero que no lo es en absoluto. La prueba es que Lully cogió el argumento e hizo su propia versión en francés, con notable éxito».

Debido a las limitaciones de la pandemia, la orquesta –de cámara, solo con instrumentos de cuerda– estará sobre el escenario, con lo cual el espacio para decorados es pequeño, y estos van a ser testimoniales, sin que este atrezzo minimalista a la fuerza reste un ápice de potencia al resultado final. «La ópera tiene, además, dos finales distintos en lo musical, que no en lo argumental. Uno más reflexivo y otro más alegre, que es el que tocaremos nosotros», asegura Ruzafa.

El barítono Andrés del Real debuta también en el personaje, y afirma que la obra «es moderna, y fue muy revolucionaria en su momento. De hecho, todas las óperas de Mozart tienen su origen en el juego de personajes de esta, aunque luego añadiera más roles». Una joya lista para ser disfrutada.