IDEAL
Lunes, 26 de septiembre 2022, 00:14
Los Crystal Fighters pusieron punto y final de la segunda edición del ciclo '1001 Músicas-CaixaBank' en la noche del sábado con el teatro del Generalife como telón de fondo. 'I love London!' fueron las primeras palabras que la banda británica de raíces vascas concedió ... al público –compuesto por españoles e ingleses– en honor a uno de sus temas, tras unos minutos de percusión de lo más curiosa como bienvenida a las localidades de cada asistente.
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Con esa energía resultó imposible que los cientos de personas no se pusieran a bailar desde el principio a un ritmo desenfrenado. Si una palabra define a este grupo es 'diversión', pues, además de una indiscutible buena música, los Crystal Fighters ofrecieron en Granada espectáculo, ritmo y mucha, mucha fiesta.
Con esa mezcla de sonidos tan singular que los caracteriza, guitarras, sintetizadores, percusión e instrumentos de tradición vasca se fundieron entre sí produciendo ritmos latinos, música electrónica e incluso teletransportando a una hipotética tribu ancestral con mucho folk. Y no solo por la melodía, sino por la puesta en escena: saltos y bailes acompasados entre los integrantes de la banda, flores y hiedras trepaderas en los pies de los micrófonos y el poncho de colores de Sebastian Pringle, el cantante principal.
Como buena tribu, la psicodelia no podía faltar, y es que algunos temas invadían el interior del alma de artistas y asistentes, como sucedió con 'Yellow sun', que junto con el espectáculo de luces de colores, torpedearon los ojos de todos y otorgando anonimato para los más vergonzosos a la hora de bailar.
Esta banda, que lleva el amor como lema principal, hizo al público alzar sus manos en forma de corazón con 'Love is all I got'. El Teatro del Generalife se llenó de luz con las linternas de los cientos de móviles que bailaban al compás de 'Bridge of bones' con los bonitos solos de las componentes femeninas del grupo mientras Pringle parecía bendecir a todos con un ramo de flores.
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Con un evidente y marcado acento inglés, el cantante propuso un juego: él decía palabras sueltas en castellano y todos tenían que repetir. Desde 'picante' hasta 'Granada', Sebastian Pringle acabó gritando «Crystal», a lo que el público respondió «Fighters». Finalmente, en conexión con la Pachamama, propuso una oda a la Tierra en forma de high five mientras los asistentes chocaban las palmas entre ellos para terminar el bloque de animación con 'At Home', haciendo referencia al hogar que es el planeta para todos, pues continuó el concierto pronunciando repetidas veces en castellano «Todo es mi familia». La parte más cañera de la noche la puso 'I do this everyday', canción con la que los británicos dejaron claro que llevan el ritmo en las venas y que se gustan a sí mismos. Si bien es difícil elegir el momentazo de la velada, uno de los premios que ansiaba el público era 'Love Natural', pero la locura no cesó, pues poco después llegó el turno de 'You and I', otro de los grandes títulos del grupo.
De esta forma parecieron despedirse los Crystal Fighters, pero para Granada no era suficiente. Así, los asistentes comenzaron a gritar a coro el clásico «¡Otra, otra!», pero por si no les entendían en castellano, también hubo chiflidos. Tras hacerse de rogar unos minutos, salieron uno a uno muy despacio todos los integrantes. Acabaron, ya sí, con 'Champion sound' y 'Plage' a ritmo de ukelele y nada de 'down, down, down', su noche en Granada y su gira de verano de este 2022.
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