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La pareja lleva todo el trayecto haciéndose miraditas. La madrugada es preciosa y, por lo que sea, los tortolitos se han alejado de la ciudad en busca de un rincón idílico y romántico. El coche avanza por una vereda poco transitada cuando, de repente, las luces del vehículo apuntan a unas sombras inesperadas. Parecen personas, pero tienen artilugios extraños. «¿Es un exorcismo?», se preguntan los enamorados. Suben las ventanillas. No se mueve nadie. «¡Vámonos de aquí!», exclama el conductor, que hace una maniobra rápida para dar la vuelta y salir despavorido de la llanura. Las sombras se parten de risa antes de seguir calibrando los telescopios. «Ya le hemos cortado el rollo a otra pareja», y ríen otra vez.
«Los astrónomos somos seres raros. Salimos cuando la gente se mete en sus casas. Y nos vamos a lugares apartados para ver bien el cielo. En esas noches pasa de todo». A Jesús Carmona Morales (Granada, 1980) le apasionan las estrellas y, también, el arte. «Por las noches, si no puedo salir a ver las estrellas, me dedico a dibujar».
Hace siete años, después de una observación, pensó que sería divertido transformar sus anécdotas entre estrellas y estrellados en viñetas. Y viñeta a viñeta ha construido un libro: 'Memorias gráficas de un Astrónomo Incógnito', que presentó ayer en la Biblioteca Provincial de Andalucía, acompañado por amantes de las constelaciones y curiosos de libro.
«A los astrónomos nos encuentras en los lugares más insospechados. La de citas que hemos estropeado...», sonríe Carmona. «Claro que –añade– ellos también nos arruinan a nosotros la observación, porque los faros de los coches pueden quemar las fotos». Sus primeros bocetos fueron retratos de su equipo astronómico. «Tengo un telescopio Newton, me encanta dibujar la montura, sus entrañas, ver cómo funciona...». Entonces fue cuando se le ocurrió añadir 'bocadillos' y convertir aquellas escenas en relatos de lo que vivía con sus colegas astronómicos. «Cuando estás en una observación y tienes que explicar un concepto físico o astronómico a alguien, usamos cuentos e historias. Aquí pasa igual».
Es arquitecto, trabaja como responsable de informática en una empresa, es vocal de la Sociedad Astronómica de Granada y lleva toda la vida dibujando, siguiendo la estela de su tío, el pintor Javier Carmona. Las viñetas que mandaba a sus compañeros astrónomos comenzaron a acumularse. «Me decían que debía publicarlas en un libro. Y al final me animé a hacerlo por mi cuenta... Una cosa muy bonita es que, la primera maqueta que tuve del libro la pudo ver mi abuela. Creo que fue la última vez que me reconoció».
Jesús Carmona pertenece a Astronoches, una asociación que organiza observaciones por toda la provincia, especialmente en verano. «Nos encanta abrirlas al público, hacer divulgación y que vengan a descubrir nuestros cielos». De hecho, él es el Astrónomo Incógnito. «Es el nombre que le puse al canal de Youtube en el que explico conceptos básicos de astronomía». Y, además, participa en el podcast 'Un punto azul', impulsado por la Agrupación Astronómica Jerezana Magallanes. «Hablo de algo muy relacionado con mi carrera: construcciones arquitectónicas que nos cuentan cómo se ha visto el cielo a lo largo de los años. Y siempre hago un dibujo relacionado con el lugar de la semana».
A final de marzo, medio planeta se quedó maravillado con el eclipse de sol. Así, hay cada vez más curiosidad por las estrellas y, por ejemplo, las observaciones en Sierra Nevada son un éxito de público. «Sí que hay más interés. Cuando vamos a la Hoya de la Mora y juntamos a 300 personas alrededor de 12 telescopios, guau, es fantástico. O aquí mismo, en la ciudad, cuando les enseñas la Luna o Saturno se emocionan».
¿El mejor sitio de Granada para ver las estrellas? «Lo conozco. Pero no te lo puedo decir porque se estropearía», guiña Carmona. «Pero es cierto que si conduces unos cuarenta minutos desde Granada, lejos de las poblaciones, sueles conseguir buenos cielos. La altura es importante. El Purche es un buen lugar».
Porque en 'Memorias gráficas de un Astrónomo Incógnito' hay risas, pero también críticas y reflexiones para nuestra sociedad. «Nos estamos cargando los cielos. Las luces de la ciudad... Mis hijos alucinan cuando vamos al campo y ven más de 20 estrellas. Mi hija me pidió ver la Vía Láctea y eso es algo que se puede ver a simple vista, sin prismáticos ni telescopios, si te alejas de las luces. Recuerdo los ojos de mi hija, fascinada... Ver nuestra galaxia en directo es realmente emocionante».
Pero eso es algo cada vez más difícil. «El cielo estrellado es un bien natural y, como los ríos y los bosques, lo estamos contaminando. Mirar al cielo es algo que ha hecho la humanidad toda su historia. Hemos mirado al cielo y lo hemos plasmado en cuevas, hemos inventado instrumentos para mapearlo... ¡el libro más antiguo que existe es el cielo! Y de repente, con tantas luces es como si estuviéramos borrando el libro. ¿Cómo inspirar a la siguiente generación de observadores del cielo si no saben lo que tenemos encima?».
Pensar que Jesús, su abuela y su hija se han reconocido en el reflejo de las mismas estrellas es, quizás, el golpe de realidad más fuerte y más bonito que podamos imaginar. «Aunque estropearle una cita romántica a una pareja perdida en el bosque también tiene su risa».
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Fernando Morales y Sara I. Belled
Pablo Rodríguez | Granada
José E. Cabrero | Granada, Juanjo Cerero | Granada y Cristina Ramos | Granada
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