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Antonio Arco posa en el estudio del productor Carlos Díaz. Pepe Marín
Antonio Arco | Cantante

«Hay quien dice que estoy lejos del Puchero del Hortelano y es bueno, es que he hecho camino»

Hace justo nueve años, cuando se encontraba en la cresta de la ola con el grupo, se despidió del público con un apoteósico concierto en el Palacio de Deportes para dar paso a Arco, su proyecto en solitario, con el que se siente feliz

Laura Velasco

Granada

Sábado, 19 de octubre 2024, 00:55

Imagínese que le gusta la música y comparte afición con varios colegas. Se reúne con ellos en pisos de estudiantes, cerveza en mano, y canta y compone sin ninguna pretensión. La cosa fluye y se dan cuenta de que tienen que apostar por ese proyecto. Su esfuerzo, talento y el plus de estar en el sitio adecuado en el momento adecuado les lleva a llenar salas, teatros, festivales. Después de casi dos décadas en la cresta de la ola, deciden separarse. Y usted, el cantante, cree que hay vida después de aquel triunfo aplastante. Despedirse de El Puchero del Hortelano no fue sencillo, pero a él le quedaba todo por vivir. Antonio Arco (Loja, 1976) ha vuelto a encontrar el éxito en solitario y, sobre todo, la felicidad.

-Hace nueve años de aquel 17 de octubre de 2015, el día del concierto de despedida. Si mira hacia atrás, ¿qué ve?

-Veo que ha pasado muy rápido, que la vida cuanto más años tienes, más rápido pasa. Me resulta, fíjate qué curioso, muy lejano y a la vez muy cercano. Esa gira fue difícil, lo cuento en mi libro '40 años, 40 canciones'. Es como cuando vas a romper con tu pareja, pero durante un año vas a estar haciendo el amor cada noche y supuestamente van a ser las mejores noches de vuestra vida, porque fue una gira en la que llenamos todos los lugares e hicimos cosas muy bonitas como lo del Palacio de Deportes. Fue muy intensa, sería la palabra. Si miro hacia atrás veo a un grupo de amigos que consiguió acabar de la mejor forma posible una bonita aventura que habían comenzado casi sin quererlo 15 o 20 años atrás.

-Como dice en 'Sábado', hay decisiones que te hacen temblar las piernas y te encogen el corazón. ¿Aquella fue una de esas o en el fondo lo tenía muy claro?

-En el fondo lo tenía claro yo y también gran parte de la banda. Yo fui el que lo planteé, pero algunos miembros ya notaban lo que contamos en el comunicado, que la bola se había hecho tan grande que nos costaba ir detrás de ella. La banda exigía mucha dedicación y cada uno vivíamos en un lugar, pero principalmente fue un problema de ilusión, creo que la perdimos un poco, o por lo menos hablo por mí.

-Cuando arrancó su proyecto en solitario o a lo largo de estos años, ¿alguna vez se ha arrepentido de aquella decisión?

-Nunca. Fíjate que en mi vida he tomado decisiones, algunas más fáciles, otras más difíciles, como bien decía la canción 'Sábado', pero siempre he aceptado las consecuencias que había traído. No me arrepentí.

-Y ya como Arco, ¿qué se lleva de estos años?

-Mucho aprendizaje, en todos los aspectos. Mi vida ha cambiado mucho, han pasado cosas muy importantes. No soy la persona que era cuando estaba con El Puchero y no soy la persona que seré cuando hagamos otra entrevista de aquí a unos años. Estoy en un constante cambio y en un buen momento, que se resume en la aceptación de lo que la vida me está dando, que es muy bonito. Estoy trabajando con el productor Carlos Díaz en el quinto disco y ya hay un buen puñado de canciones por ahí.

«No hay mes que no me planteen un reencuentro con El Puchero, pero es que no lo veo ahora»

-¿Cuáles diría que son las grandes diferencias entre ambos proyectos?

-La gran similitud es que yo sigo haciendo canciones con la misma ilusión que antes. Si no fuese así, me estaría dedicando a otra cosa, como he hecho en otra etapa de mi vida. Y la gran diferencia sería que las principales decisiones acerca de las canciones, los arreglos que le hacemos o qué vamos a grabar ahora recae en mí casi al 100%, aunque Carlos Díaz y Tato Latorre, que es otro productor mío, también tienen voz. En el Puchero éramos una banda y si algo nos gustaba a todos lo hacíamos, y si algo no le gustaba a algunos, no se hacía. Teníamos esa forma de funcionar, que fue en gran parte lo que nos permitió seguir tantos años, que no había imposiciones.

-¿Diría que mantiene ahora los mismos fans de su anterior etapa?

-Hay muchos que sí y otros que han llegado. Me parece muy bonito que muchas personas estén descubriendo El Puchero gracias a Arco, porque es verdad que yo al principio era más reacio a seguir cantando temas anteriores. La pandemia me hizo reconciliarme con esas canciones, porque en los directos, esos que hacíamos todos los artistas, las pedían mucho, entonces tenía que volverlas a ensayar. Se me ponía el vello de punta cantándolas y eso es bueno, ¿no? Volví a recuperarlas y ahora casi un tercio del concierto intento que sean temas de El Puchero. Hay mucha gente que los corea, pero hay también muchas personas que me preguntan: ¿en qué disco está? Eso es muy bonito, porque curiosamente El Puchero ha seguido creciendo desde entonces. Hemos duplicado oyentes desde que nos separamos, y en buena parte es porque esos temas siguen vivos, al volver a llevarlos al directo hay personas que lo descubren.

-Con 'Lo difícil' ha llegado a mucha gente que no le conocía. ¿Qué tiene este tema que ha triunfado tanto?

-Creo que puede ser la empatía. El tema habla de una sensación que nos puede llegar en cualquier día, no solo de relaciones de amor, que es como yo lo escribí, sino de relaciones de amistad, de cualquier tipo de relación. Como anécdota, no entró como single cuando escuchamos el disco con Warner Music, que fue mi primera discográfica. Al año era cuando íbamos a grabar el vídeo en el Zaidín Rock y el tema ya era el más escuchado. Fue evidente. Estuvo subiendo más y hace un par de años fue un 'boom'. Empezó a saltar a todas las listas y fue número uno en Shazam España, cosas que yo jamás hubiera imaginado. Yo me preguntaba: ¿Ha salido en alguna serie o algo? No, simplemente el mayor método de promoción es el boca a boca.

Me da alegría que pasen estas cosas, hay temas olvidados que de repente resurgen. La música es un arte que está vivo siempre. Quién sabe si después de mi muerte ocurre con algún tema, sería bonito que de alguna forma trascienda.

Arco en solitario y junto al productor Carlos Díaz. Pepe Marín
Imagen principal - Arco en solitario y junto al productor Carlos Díaz.
Imagen secundaria 1 - Arco en solitario y junto al productor Carlos Díaz.
Imagen secundaria 2 - Arco en solitario y junto al productor Carlos Díaz.

-¿Reconoce un hit cuando lo escribe?

-No, porque en realidad no hay reglas en la gente, de hecho hay temas que últimamente saco sabiendo que no van a tener tantas escuchas. No me gusta decir que no van a funcionar, porque funcionan si llegan al corazón de una persona. Es muy guay que no haya reglas y, si las hay, que podamos saltárnoslas.

-Le dio el toque de Arco a muchas de sus canciones para su libro '40 años, 40 canciones'. ¿Se siente más cómodo con este disco que con aquellas primeras versiones?

-Sí, con algunas de ellas sí. Tiene que ver con el trabajo que hice de mirar hacia dentro de mí con el libro, que fue muy importante y me hizo sacar muchas cosas. Hizo florecer cosas que yo ni sabía que tenía. Lloré escribiéndolo. Mi mujer, con la que llevo un montón de años, se sorprendía porque no sabía mucho de lo que conté. Empecé a escribir un segundo libro que tengo a medias. No sé si he contado todo lo que tengo que contar, pero sí sé que todo lo que he contado es verdad, o por lo menos es mi verdad.

- ¿Le inspiran las mismas cosas que hace 20 años?

-Escuchando letras mías anteriores, creo que ahora intento ser más consciente y tengo más calma en mi vida. También será la edad, estoy cerca de los 49 y tengo dos hijos. Algunas canciones antiguas eran verdaderas odas a mi forma de vida entonces, que estaba más relacionada con la noche, y quizás ahora no me siento identificado. Hay quien dice que estoy lejos del Puchero del Hortelano y es bueno, es que he hecho camino, si siguiera allí estaría en el mismo lugar que hace nueve años.

Ahora me inspira más la naturaleza y antes buscaba la inspiración más en otras formas de vida, en otros lugares. Vivo en Málaga, frente del mar, y todas las mañanas me doy un baño al amanecer. Siempre pienso que si hay algún cielo, quiero que sea ese, no aspiro a nada más en la vida que a poder seguir haciéndolo. Es un ritual brutal, ahí encuentro mucha inspiración. De hecho, cuando me doy el baño me gusta dar un paseo por la playa y me voy secando. Ahí se me ocurren un montón de ideas, pero nunca llevo el móvil, es mi momento de desconexión. Me surgen un montón de ideas y digo: no voy a hablar con nadie voy a llegar a casa, pero al final me encuentro con gente. Se me va la idea y pienso: qué pena, qué letra tan bonita tenía, pero aún así no me merece la pena llevar el móvil. Ya se me ocurría otro día.

«Sigo haciendo canciones con la misma ilusión que antes»

-¿Qué relación mantiene con Granada?

-Es mi casa, la inmensa mayoría de mi banda está aquí, aquí grabo y está gran parte de mi historia, mi vida y mi familia. Toda mi familia es de Loja y me he criado en Huétor Tájar. Allí hemos vivido lo que toca vivir en esa época: los amores, los desamores, las broncas de adolescencia, todo. Una de las cosas más bonitas que hice profesionalmente en mi pueblo fue dar clases de guitarra como objeción de conciencia al servicio militar. Fue muy bonito, como haber dejado una semilla allí.

-Además, El Puchero nació en Granada.

-Y fue literalmente en una noche de fiesta. Compartíamos piso como estudiantes y uno hacía la letra, otro la guitarra… y así salió. Nuestra primera maqueta se grabó una noche entera, sin dormir, porque teníamos cinco horas de estudio pagadas. Nos movió la ilusión que teníamos y siempre estábamos por detrás de nuestras expectativas, nunca tuvimos complejos, pero siempre tuvimos esa sensación de estar empezando, hasta el mismo día que nos fuimos.

-Acaba de estrenar canción, 'Los Santos Elegidos', en la que pide empatía y entendimiento. ¿Qué le ha llevado a escribirla?

-Es totalmente autobiográfica. Hubo unos cambios muy drásticos en mi vida que me hicieron replantearme muchas cosas, y cuando te sucede algo trágico de alguna manera es inevitable hay un cambio, algo pasa. Hay una coraza que se cae. Igual que me baño todas las mañanas en el mar, medito todas las noches antes de acostarme para mantener la calma. La empatía es un remedio casi milagroso para todo, en estos momentos en los que hay tanta crispación, en los que es gris o negro, yo intento ponerme siempre en el lugar del otro. Si todos intentáramos beber un poco más de la empatía, las cosas serían más fáciles, en este caso en una relación.

-¿Para cuándo el álbum?

-En enero estrenaremos la tercera canción, una de las más autobiográficas que he compuesto. En cuanto al disco, ha cambiado mucho la forma de trabajar, antes salía completo. Hoy lo que se hace es ir sacando temas, una forma es criticada por mucha gente, porque cuando llega el disco ya lo han escuchado todo. Aún así, siempre dejo dos o tres temas para entonces. Me permite trabajarlos con más tranquilidad y dedicarle el tiempo y la importancia a cada una de ellos. No me desagrada.

Vamos a hacer cosas muy bonitas, de repente gracias al público hemos visto que hemos agotado salas de 300 personas y vamos a intentar ampliar un poco los aforos, porque esta gira han sido 12 fechas con todo vendido, algunas con tres meses de antelación. No queremos eso, la familia ha crecido y tenemos que dar un pasito más y hacer cosas un poquito más grandes en cuanto a números. Voy a girar en acústico en 2025 y tengo fechas por Galicia, que me lo estaban pidiendo mucho. Para mi Granada y mi Málaga vamos a tener que esperar un poquito, pero esperamos que merezca la pena.

«Hemos duplicado oyentes desde que nos separamos, y en buena parte es porque esos temas siguen vivos»

-El Puchero fue el primer grupo granadino que llenó el Palacio de Deportes. ¿Sueña con hacerlo como Arco?

-¿Por qué no? Yo soy de sueños grandes y expectativas pequeñas. Quiero seguir haciendo canciones y que las personas que las escuchan me lleven donde quieran.

-Ahora que se llevan tanto los reencuentros, ¿se plantea en algún momento uno con El Puchero?

-No hay mes que no me lo planteen, pero es que en este momento no lo veo. No sé lo que pensarán ellos, porque somos seis almas, cada uno con su historia, su vida. Pese a que tenemos una relación buena, nos separamos inevitablemente. El tiempo dirá, pero ahora mismo no me hace ilusión ni creo que sea factible.

-Si mira al futuro, ¿qué ve?

-Soy poco de mirar al futuro, voy a hacer un esfuerzo, qué pregunta tan grande... (segundos de silencio). Si miro al futuro, veo el ahora.

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