«Este disco es mi propio funeral, mi autopsia»

–Lo primero felicitaciones ¡ha hecho el segundo disco más vendido estas semanas!

–Muchísimas gracias. La verdad es que es emocionante que cuando la venta de discos sigue cayendo en picado, haya tantas personitas con ganas de tener mi música en sus manos, de apoyarme comprándolo físicamente.

–¿Pero es un disco o un exorcismo…?

–Ambas cosas. Escribir este disco me ha ayudado a comprender y enfrentarme de cara a mis traumas. El hacerlo público ha sido parte del proceso de sanación.

–Suele soltarse bastante en sus canciones, pero nunca antes ha hecho nada tan confesional…

–Siempre había sentido esa necesidad de contarlo, pero no estaba preparada. Me protegía en las metáforas, y de alguna manera esa forma de hacer canciones representaba quién era en ese momento, cómo me sentía, y la incapacidad para alzar la voz y dejar de culparme. Que en discos anteriores se pudiera entrever lo que aquí he contado explícitamente dice mucho de cuánto miedo tenía a la hora de hablar de mí, y de cómo la culpa ocupaba un espacio mayor.

–¿No le da apuro desnudarse tan física como psicológicamente?

–La verdad es que no. El miedo al desnudo viene cuando te han enseñado que tu cuerpo está mal, que es un objeto, o que enseñarlo te puede llevar a que te hagan daño. Cambia cuerpo por ideas, pensamientos o hechos de tu vida y es igual. Mi cuerpo, mi historia, son mías. Mostrar esto en este momento es tomar conciencia de ello y decidir qué hago yo con ello, y no los demás.

–Las personas somos insondables, ¡lo que había debajo de su sonrisa tan espontánea, fresca y contagiosa!

–Eso creo. Me parece que vivimos en una sociedad que nos obliga a estar bien y a mostrar esa sonrisa como única realidad. Y aprendemos a callar lo que vivimos para no molestar. No se trata de estar siempre abajo, pero tampoco mostrando solo lo que se espera de nosotros. Somos más complejos, todos, y cuanto antes mostremos esas capas antes normalizaremos el poder tener un mal día, un mal mes, una mala cara sin sentirnos, además, culpables por ello.

–Incluso en las piezas más rítmicas, que supongo que en directo lo serán más, hay un tono sombrío y el regusto amargo no desaparece…

–Es imposible que desaparezca porque todo nace del dolor y, como dices, hasta en 'Berlin U5' hay melancolía: observar el pasado con añoranza y a la par ser conscientes de que lo que vivimos no va a volver y que de alguna manera está bien. Y sí, en directo estas partes más enérgicas lo son aún más.

–Y después de haberse vaciado… ¿qué?, ¿cómo se supera esto?, ¿qué nuevo rumbo toman las ideas recientes?

–La verdad es que me siento genial. De verdad. Ha sido una liberación. Como salir de una cueva escondida. Mostrar todo lo que he sentido durante años que estaba mal en mí me ha hecho abrazar esos defectos o imperfecciones y sentirme en paz con ellos. De hecho me parece un punto de partida precioso para investigar desde aquí, desde la salud y el amor hacia dónde puedo ir en el futuro. Siento que ahora todos los caminos están disponibles.

–Como en los anteriores, la presentación física está mimadísima, es inagotable, con todo tipo de añadidos y complementos, láminas, textos, minilibros, mecheros, bandas…

–Pues es que creo que el físico importa. Es decir, obvio que puedes escuchar las canciones en una plataforma de streaming, pero a mí, más allá de crear discos, me gusta contar historias. Para ello utilizo todo lo que tengo a mi alcance para poder darle profundidad al relato. Que la caja sea de terciopelo no es gratuito, este disco, de alguna manera, es mi propio funeral, mi autopsia. El terciopelo de un ataúd está ahí. No hay libreto, las letras están en distintos desplegables, porque estás ante una disección.

–La imagen que sugiere es de espontaneidad descuidada, de primera hora de la mañana o de regreso tras el after… casi de polaroid o imperfecta textura 'lomo'… ¿Era lo coherente con el contenido?

–Para mí sí. Creo que la has descrito muy bien además. Pensábamos en utilizar como portada una foto que aparece en el cartoncillo del cd donde poso frontalmente, con un muñeco en la mano. Me encanta esa foto, la mezcla de simbolismos y todo lo que sugiere, pero estaba tan posada, tan pensada que había algo que me molestaba ahí. El disco está pensado, está procesado, pero al final todo surge de un «mira, no puedo más. Me da igual», y cada vez que veía la foto que hemos dejado como portada pensaba, joder, esta es la foto que representa todo lo que hay dentro.

–Y añade un CD complementario con una visión caleidoscópica de Zahara, ¡incluye hasta la primera canción que compuso de niña!

–¡Sí! En mis últimos discos incluyo en la edición física un disco de rarezas y en este, 'Madre', me parecía importante poner canciones que tuvieran que ver con lo que aparece en el disco principal 'Puta'. He hablado mucho de cómo comienza a los 12 años. Mi primera canción, 'Una palabra', también.

–Ahí está sus Ojos verdes, que alguna vez se le había escuchado en directo… Pero en 'Dolores' hace una homenaje explícito a la copla…

–Sí. La copla es un género que siempre me ha fascinado y que creo que ha sido denostado o no comprendido por muchas personas. Quise rendirle este homenaje a la copla, a esas mañanas en casa de mi abuela con ella cocinando y cantando «cocinero, cocinero» y quería hacerlo desde un punto de vista diferente. 'Dolores' es para mí la misma copla. Cuento la historia de este género musical como si fuera una mujer.

–La semana pasada hablaba con Delaporte sobre 'Titanas', ahí está también Zahara… Tenía que estar…

–Por supuesto. Admiro mucho a Sandra, y me encantan Delaporte como grupo. Su sonido, su audacia... Me parecen muy inspiradores y este proyecto, precioso. Ha sido una suerte que hayan contado conmigo. Hacemos una canción increíble y en general, todas las versiones que han ido sacando me parecen maravillosas.

–Viene a un ciclo con más nombres propios... ¿Algunas palabras sobre Rayden y María José Llegó?

–Qué alegría formar parte de él. Rayden es un amigo desde hace mucho tiempo y creo que es una persona que, como yo, se preocupa mucho del formato, de cuidarlo todo. Es genial ver que cada vez somos más los que entendemos la música como un todo ¿no? María José Llergo me parece una auténtica maravilla. Ella, su manera de interpretar, su imaginario, su universo artístico... Me encanta y me parece supernecesario en estos momentos musicales.