Un momento de la presentación de 'Jazmines torcidos', con Quico Chirino, Juan de Dios Villanueva y la profesora Remedios Sánchez. FERMÍN RODRÍGUEZ

Domingo de confidencias en la Feria del Libro

Entre lo material, lo espiritual y lo onírico, Quico Chirino, Clara Obligado y Ioana Gruia presentaron sus más recientes obras

Domingo, 23 de abril 2023, 23:28

El primer domingo de la Feria del Libro vino acompañado de una subida espectacular de la temperatura, real y figurada. La real la disfrutaron quienes acudieron al recinto donde se celebra, de nuevo muy animado. La figurada la puso, sin duda, la presentación de los ... libros de Quico Chirino, Clara Obligado y Ioana Gruia, cada uno de ellos por razones diversas. Cronológicamente, la jornada se inició con la puesta de largo del Libro de la Feria, una actividad que siempre abandera la Diputación Provincial, y que este año tiene como resultado la republicación de 'Yo nunca miento', un cuento moral que en su día viera la luz en los talleres barceloneses de Ramón Sopena. Además del propio contenido del libro, es fundamental la aportación que supone el epílogo explicativo de Juan Mata, donde se adapta su espíritu a la ética de nuestros días.

Publicidad

Luciana Velázquez y Clara Obligado, en la divertida presentación de 'La hija de Marx'. Carmen Ruiz

Ya a media mañana, tuvo lugar el curioso acto de presentación de la novela 'La hija de Marx' (Lumen). Los asistentes pudieron llevarse a casa un plátano, con la leyenda pegada «Más vale un plátano que un tonto». Sobre el origen de dicha expresión, y el porqué se coloca encima de la fruta, ofreció Obligado, acompañada por Luciana Velázquez, todo tipo de detalles, provocando por igual la risa confidente y el entusiasmo del público que acabó, en un goteo constante, casi llenando el espacio central.

Nieves Chillón (a la izquierda), durante la charla en torno a literatura y paisaje, con 'Auletris' como fondo. Carmen Ruiz

Un poco más tarde, la sala Zaida acogió una conferencia con base en la novela de Nieves Chillón, 'Auletris' (Algaida), un apasionante relato sobre cómo vívía la mujer íbera Aiunin en una cultura que fenece como tal, sin casi darse cuenta, ante el empuje de Roma. La vívida descripción de los entornos del norte de la provincia que consigue Chillón dio pie a una interesante charla sobre literatura y paisaje.

La presentación de 'El secreto de Mariana Pineda' en la sala Zaida. J. A. M.

La primera presentación de la tarde en la Fuente de las Batallas la protagonizó Ioana Gruia, y registró un casi lleno. Son muchas las personas que aprecian a 'la mujer de rojo', y se nota. A renglón seguido, la sala Zaida se tiñó de misterio con la presentación de 'El secreto de Mariana Pineda', de Ismael Ramos y Clara Inés López-Rodríguez, un volumen del que ya dimos cumplida noticia en IDEAL, y que pone en cuestión algunos de los detalles biográficos de la heroína liberal granadina.

Marina Tapia, Ángel Olgoso y Francisco Acuyo. J. A. M.

Y volviendo al espacio central, tuvo lugar la puesta de largo de la nueva obra del cuentista fantástico granadino por excelencia, Ángel Olgoso. 'Un unicornio fuera de su tapiz' (Entorno Gráfico), rompe, sin embargo, con su tendencia literaria más reciente, para agrupar en este título una selección de textos de no–ficción: artículos, prólogos, reseñas, e incluso la entrevista más larga que jamás le hicieron, y que tardó varios días en contestar. Un volumen que continúa la estela abierta por 'Tenue armamento', publicado por Alhulia en la colección Mirto Academia allá por 2018. Estamos, por cierto, ante el primero de los cuatro libros que este año publicará Olgoso, entre reediciones y novedades. Su pareja, escritora e ilustradora, Marina Tapia, compartió con él los detalles de una obra fantásticamente editada, después de que el poeta y editor Francisco Acuyo los introdujera a ambos.

Publicidad

'Overbooking' en la sala Zaida

La expectación que levantó la puesta de largo de 'Jazmines torcidos' (Valparaíso), la segunda novela del periodista y subdirector de IDEAL, Quico Chirino, es perfectamente mensurable por el hecho de que desde casi media hora antes de esta, ya había presencia de personajes más o menos públicos, compañeros y seguidores de su escritura, que llenaron los espacios e incluso algunos intersticios de la sala Zaida. A Chirino le acompañaron en la mesa dos de los columnistas del diario: los profesores Remedios Sánchez y Juan de Dios Villanueva.

La presentación discurrió entre lo factual, lo literario y lo emocional. La propia novela, de carácter poliédrico, como recordó Sánchez, hacía imprescindible navegar en las aguas de lo más prosaico y lo más profundo. Entre el amor y la guerra, en las esquinas donde se aposta quien tiene hambre de verdad y los rincones donde se esconde la inmundicia. En esta obra, donde de lo único que no se habla es de sexo, caben personajes perfectamente reconocibles, alguno cuya descripción, en los labios de la profesora y crítica literaria, provocó más de una sonrisa en la sala. La cola de firmas tras el acto fue muy larga, y coincidió con la última presentación del día, la de la novela de May R. Ayamonte, 'Las aguas sagradas'.

Publicidad

La escritora Ioana Gruiz, antes de la presentación. J. A. M.

Ioana Gruia, la mujer de rojo que escribe lo que siente

La escritora y profesora Ioana Gruia hizo de Granada su casa cuando llegó desde su Rumanía natal. Aquí ha sido madre y aquí ha encontrado a sus otros 'hijos', los alumnos que disfrutan de su magisterio. En 'La mujer de rojo' (Sonámbulos), nos encontramos ante un texto híbrido, según la autora. «Hay recuerdos reales y ficcionalizados, elementos de diarios soñados, están mis vidas imaginarias como actriz, las escenas de películas en las que yo me imagino», dice. «También están mis amores de adolescencia –con fotos incluidas–, las cartas de amor de mis padres, y la historia de amor de mi abuelo materno hacia mi abuela paterna». A través de fragmentos de prosa poética, Gruia muestra su deseo de una sensualidad pensante.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad