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García de Paredes, junto a la maqueta del Centro Cultural Manuel de Falla. FUNDACIÓN ARCHIVO MANUEL DE FALLA
Los edificios de García de Paredes en Granada, huella de modernidad

Los edificios de García de Paredes en Granada, huella de modernidad

Tras el centenario de su nacimiento, y más allá del Auditorio Falla, su obra privada se reivindica por su original diseño

Miércoles, 22 de enero 2025, 00:17

Sin haber nacido en la ciudad, pocos arquitectos han tenido más influencia en el paisaje urbano granadino, de lo pequeño a lo inmenso, que José María García de Paredes (1924-1990). Su obra más reconocible es, sin duda, el Centro Cultural Manuel de Falla, un conglomerado de dependencias que va más allá del propio Auditorio y que se ha integrado de tal forma en la línea de cielo alhambreña que parece que siempre hubiera estado allí. Pero su contribución al urbanismo de la ciudad va mucho más allá, y se derrama por la Cuesta del Caidero (con sus cármenes) y el callejón Niño del Royo (en la Fundación Rodríguez Acosta diseñó el edificio del Instituto Gómez Moreno), discurre por las inmediaciones del Cuarto Real de Santo Domingo (donde creó los edificios de viviendas de la plaza de los Campos) y la plaza de Isabel la Católica (en cuyas inmediaciones se encuentra el edificio comercial de viviendas de INANCO), y continúa por la Gran Vía (donde se halla la antigua sede central del Banco de Granada) y la avenida de la Constitución (Edificio Elvira, con viviendas y futura sede del nuevo hotel HMO Martina, en el espacio que ocupaba el histórico Hotel Luz), llegando incluso hasta los barrios más alejados, como el Zaidín o la Chana, con los edificios de los colegios e institutos de secundaria que llevan el nombre de Juan XXIII. Fueron un total de 19 los proyectos, construidos o no, que el sevillano dibujó para la capital.

La antigua sede central del Banco de Granada. C. O. A. G.

«El Centro Cultural Manuel de Falla fue concebido como tal en su cabeza desde el minuto uno», comenta su hija Elena García de Paredes Falla, presidenta además de la Fundación que custodia el legado del compositor, su tío abuelo. «No fue mi madre –Isabel Falla, sobrina y ahijada del músico– ni fue el alcalde de turno quien le apuntó idea alguna al respecto», añade. Por ello, profundo conocedor de la realidad de una capital que adolecía de una falta de espacios expositivos públicos, incluyó uno dentro del edificio, como también salas de ensayo para los músicos y aulas, así como el espacio que luego albergaría el propio Archivo, cuyo espacio, por cierto, se está quedando pequeño.

Uno de los edificios creados para la institución educativa Juan XXIII. C. O. A. G.

Granada es una ciudad con un gran patrimonio arquitectónico contemporáneo, con firmas tan importantes como las que crearon el carmen de la Fundación Rodríguez Acosta –Cendoya, Santacruz y otros–, Campo Baeza en el complejo de edificios de la antigua CajaGranada, o Álvaro Siza, autor de la manzana del Hotel Zaida, entre otros. Sin embargo, como recuerda la hija de García de Paredes, «las innovaciones en arquitectura no han sido siempre bien comprendidas». Ello no obsta para que señale lo obvio: que la gran obra del Paseo de los Mártires, pionera en la nueva concepción de salas de concierto españolas, es única en Andalucía, y la ciudadanía la ha hecho suya.

Viviendas en la plaza de los Campos. C. O. A. G.

La relación del arquitecto con Granada se intensificó a raíz de la exposición sobre la figura de Falla, celebrada en el Monasterio de San Jerónimo en 1963. Allí se gestó la posibilidad de dedicar un auditorio a la figura del más granadino de los gaditanos. Pero antes de construirlo, asumió retos como la construcción del Colegio Juan XXIII del Zaidín, realizada en apenas cuatro meses, de mayo a septiembre de 1964. Continuaría al año siguiente con el Colegio de Cristo Rey de San Gregorio Alto, y en 1966 convirtió un solar de forma muy irregular en el edificio de INANCO, cuya escalera helicoidal remite a las soluciones del italiano Moretti.

Recreativo

El edificio de la Real Sociedad Tiro de Pichón data del mismo año. El complejo, descompuesto en múltiples planos con el objetivo de facilitar la visión de las pistas deportivas y las canchas de tiro, se construyó solo en seis meses. En las viviendas de la plaza de los Campos (1967), el arquitecto integró el jardín interior y consiguió unas imponentes vistas de la zona de la Antequeruela o Sierra Nevada. Y en el edificio central del Banco de Granada en la Gran Vía solucionó hábilmente las diferentes alturas necesarias –salas de operaciones o de juntas y plantas administrativas– otorgando una gran armonía al conjunto.

El céntrico edificio de INANCO. C. O . A. G.

Su obra emblemática en Granada fue el Centro Falla, construido entre 1974 y 1978 y luego reconstruido en menos de un año tras el pavoroso incendio que lo destruyó en 1986. El edificio del Archivo completó el conjunto en 1990. No es un secreto que la extraordinaria acústica –alabada por Lothar Cremer en 1978– no se perdió tras la reconstrucción, aunque algunos echemos de menos las butacas originales. Muchas, aparte de su extraordinaria disposición, son las aportaciones de este edificio. Entre ellas, el Mirador de Melisendra y la cafetería situada inmediatamente debajo de este, afortunadamente salvada en fecha reciente de una intervención salvaje que habría arruinado su esencia.

Algunos cármenes de la Cuesta del Caidero. C. O. A. G.

El propio García de Paredes definió en las páginas de IDEAL (10 de junio de 1978) al Auditorio como «un centro de proyección intelectual». Junto a él, habría redondeado su ya de por sí ingente aportación a la ciudad ese Anfiteatro del Generalife a ejemplo del de Epidauro que, según algunos expertos, se habría elevado a la categoría de monumento contemporáneo, superando el nivel del que finalmente se construyó. Solo su muerte en 1990 lo impidió.

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