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Philip Cummings coge del hombro a su amigo Federico García Lorca en una foto tomada en el año 1929. IDEAL
El erotismo homosexual en las obras de Lorca

El erotismo homosexual en las obras de Lorca

La verdad ignorada ·

Un libro del catedrático Emilio Peral analiza el homoerotismo en la producción literaria del poeta de Fuente Vaqueros y en la de otros autores como Cernuda o Benavente

Jorge Pastor

Granada

Viernes, 14 de octubre 2022, 01:12

Desde que existen noticias de la presencia de los homínidos sobre la faz Tierra, hace 2,3 millones de años, las relaciones entre personas del mismo sexo siguen lejos de normalizarse –no tiene más que ver cualquier telediario para comprobarlo–. Esto también sucede en la literatura, aunque hay escritores que a lo largo de la historia han superado el tabú, la construcción cultural y la autocensura para escribir bellísimas páginas en clave homoerótica. Algunos de ellos, como Federico García Lorca o Luis Cernuda, desde una homosexualidad patente y latente. Y otros, como el matrimonio formado por Gregorio Martínez y María de la O Lejárraga, desde la heterosexualidad.

«Todos ellos fueron valientes porque, desde la posición privilegiada de una burguesía urbana, supieron crear espacios para la convivencia e hicieron de la literatura un mecanismo más o menos explícito para reivindicar su forma de amar», asegura el catedrático Emilio Peral en 'La verdad ignorada' (editorial Cátedra). Un libro donde analiza textos que exudan erotismo desde un prisma gay, acotando su estudio al periodo comprendido entre 1890, desde que Jacinto Benavente irrumpe en las letras nacionales, hasta el inicio de la Guerra Civil.

Luis Cernuda y su gran amor, Serafín Fierro. IDEAL

Buena parte del análisis, de un valor académico más que relevante, está centrado en la figura de Federico GarcíaLorca, del que EmilioPeral es un profundo estudioso –tanto es así que comisarió la exposición sobre 'El maleficio de la mariposa' que se celebró a finales de 2020 en el Centro Lorca–. «Lorca no renunció nunca a exhibir su pulsión homoerótica, aunque tardó en encontrar el modo más efectivo de hacerlo desde la estética surrealista», asegura Peral, quien agrega que el poeta de Fuente Vaqueros necesitó tiempo en «adquirir la valentía para mostrarla».

«Lorca no renunció nunca a exhibir su pulsión homoerótica, aunque tardó en hallar el modo efectivo de hacerlo»

eMILIO pERAL

Catedrático de Literatura Española en la Universidad Complutense de Madrid

Hay muchos personajes del primer Lorca que pueden ser observados desde esta óptica. Desde Curianito el Nene de 'El maleficio de la mariposa' (1920), su primer estreno teatral que se saldó con un rotundo fracaso, hasta Perlimplín en 'Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín' (1926). «No estoy de acuerdo, en consecuencia, con aquella máxima que hace de Lorca un dramaturgo fundamentalmente de mujeres», dice. «Primero –apunta el autor– porque los personajes más descarnados de su imaginario teatral son hombres que o bien aman a otros hombres o bien se muestran reacios a asumir caminos estereotípicamente heterosexuales». Es el caso de Gonzalo de 'El Público', el Joven de 'Así que pasen cinco años' o del ya citado Perlimplín. «El problema es que esas piezas no alcanzaron los escenarios o lo hicieron de una forma muy episódica». Incluso cuando Lorca asume el bastidor del drama rural y se apoya en féminas, «muchas de las obsesiones vitales de estas son una proyección de las suyas propias y de sus íntimas frustraciones».

Blanco-Amor. IDEAL

Respecto a la manera en que la homosexualidad de Lorca influye en el conjunto de su producción, Emilio Peral acude a una frase del profesor Alberto Mira, quien afirmó que los textos «no son homosexuales porque hablen de homosexualidad, son homosexuales porque se escriben desde una perspectiva homosexual».

Belleza y perfección

«La condición sexual de Lorca –añade Peral– no supone un valor añadido a la belleza y perfección de su obra, pero sí le otorga una singularidad que no puede pasar desapercibida en ninguna aproximación a ella, pues en tal caso sería, sin duda, incompleta». Solo así se puede entender la lucha entre la visibilidad y la ocultación que se desarrolla en 'El Público'. Solo así se puede entender los 'peligros' que se ciernen sobre los amantes en algunos de los 'Sonetos del amor oscuro'. Y solo así podemos entender ciertas metáforas sensoriales de 'Poeta en Nueva York'.

'La verdad ignorada' –el nombre se corresponde con un verso de Luis Cernuda– aporta una mirada filológica a los estudios sobre el homoerotismo. «Mi gran objetivo –relata Peral– era dignificar un conjunto de escritos muy notables desde la forma». «Documentos socialmente importantes porque abren puertas y armarios, pero sobre todo por su perfección, hasta el punto componer un corpus que más allá de cantar el amor entre hombres, conforman algunos de los momentos culminantes de la poética, narrativa y dramática española desde el inicio del siglo XX».

Lorca y Rafael Rodríquez Rapún en Madrid. IDEAL

Emilio Peral, que tiene previsto impartir una conferencia sobre Jacinto Benavente en La Madraza el próximo 9 de noviembre, está trabajando en varios proyectos que verán la luz en los próximos meses. Entre ellos, una edición crítica de 'Los miedos', la novela de Blanco-Amor' y un sensayo sobre el teatro lorquiano.

Cuando Lorca escribió aquello del «amor duerme en el pecho del poeta» lo hizo desafiando la amenaza censora que latía fuera. «Sigue durmiendo, vida mía. ¡Oye mi sangre rota en los violines! ¡Mira que nos acechan todavía!».

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