Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
ANTONIO JAVIER LÓPEZ
Martes, 19 de julio 2022, 11:13
Desde la Costa Azul francesa, la baronesa enfila uno de los veranos con las aguas más calmadas de los últimos años. Firmada con el Gobierno la cesión de una parte de su colección después de un largo tira y afloja, encauzada su relación con su hijo mayor Borja y con sus hijas Carmen y Sabina asomándose a la adolescencia, Carmen Thyssen pasa revista al pasado, el presente y el futuro lejos de la nostalgia.
–Baronesa, le escucho un poco entrecortada.
–¿Sí? Yo te escucho perfectamente. Quizá sea la cobertura. Estamos en Saint-Tropez.
–¿Cuánto lleva allí?
–Unos diez días. Hemos estado en Montecarlo, Portofino...
–¿Va a menudo?
–Sí, solemos venir. Tenemos amigos de toda la vida.
–¿Y tiene ya decidido qué hará el resto del verano?
–No. El verano hay que dejarlo un poco suelto, un poco en el aire para poder disfrutarlo mejor. Me gustaría ir a varios sitios, como Málaga. Lo estoy preparando con las niñas.
–¿Algún recuerdo especial de un día de playa o de una jornada de verano?
–Muchos, muchos... Tengo muchos recuerdos muy bonitos de muchos veranos, sobre todo de hace ya algunos años con Heini (su marido Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza, 1921-2002)... Fíjate, para mí un verano muy especial fue el anterior al que abrimos el Museo Carmen Thyssen Málaga, cuando se abrió el museo... Lo recuerdo con mucho cariño.
–Suele decir que el Thyssen de Málaga es su ojito derecho...
–Es muy especial. Además, el museo va de maravilla. Es la única colección que existe en el mundo de cuadros del siglo XIX y XX. No hay una colección tan completa como la que tenemos en Málaga de cuadros nuestros, españoles.
–Ese museo muestra una parte de su colección. ¿Se siente valorada como coleccionista?
–Los entendidos ya lo saben y no hace falta recordárselo. Y a los que no lo saben, ¿para qué molestarse? (Ríe)
–¿Ha aprendido a capear las críticas?
–Sí, claro. Aunque como coleccionista no he tenido muchas críticas, gracias a Dios.
–¿Nunca le ha preocupado el qué dirán?
–Nunca. Una es como es y no te puedes estar preocupando de lo que dirá la gente. Si no te comprenden, pues lo siento mucho, no se puede contentar a todo el mundo.
–¿Siente que ha tenido una vida feliz?
–Bastante, con sus altibajos, como todos nosotros, pero siempre he intentado salir adelante de una manera positiva.
–¿Cuál sería el momento más feliz de su vida?
–Cuando estábamos todos reunidos, con mi madre, mi marido, mi hermano... Seres que ya no están en este mundo. Eso lo recuerdo con mucha alegría. Esas épocas ya pasaron, las recuerdo también con nostalgia, claro, pero hay que mirar hacia adelante.
–¿Le vence la nostalgia?
–No, no... La nostalgia la dejo a un ladito y sigo adelante.
–Se cumplen dos décadas de la muerte del barón Thyssen. ¿Ha sido el gran amor de su vida?
–Bueno, he tenido dos grandes amores en mi vida: mi primer marido, Lex Barker y Heini. Cada uno a sus años. Yo era muy joven cuando estuve con Lex Barker y luego con Heini Thyssen más en la madurez. Esos han sido los grandes amores de mi vida.
–¿Le cuenta esas historias a sus hijas?
–No tienes por qué guardarlo. Las memorias están ahí y es bonito compartirlas.
–¿Le tienta escribir sus memorias?
–Estoy haciéndolo.
–¡Anda! ¿Y cómo va?
–Pues bastante bien, porque ahora en verano voy a tener un poco de más tiempo para escribir (Ríe).
–¿Va a ajustar muchas cuentas en sus memorias?
–Bueno... No quiero ni meterme con nadie ni dejar de hacerlo. Las cosas las contaré como son. No es cuestión de poner a nadie en su sitio o fuera de su sitio, solo contaré las cosas como son.
–Sigamos haciendo memoria. ¿Algún momento fundamental en su vida?
–Todos. Cada momento de tu vida es fundamental cuando lo vives.
–¿Se arrepiente de algo?
–Siempre te arrepientes de cosas que no has hecho o que te hubiera gustado hacer de otra manera.
–¿Hay algo que le haya pesado especialmente?
–Te molestan cosas, claro. Cosas que hiciste de una manera o que no pudiste hacer. Es normal. No somos perfectos. Aprendemos a lo largo de la vida. Eso es vivir.
–¿Cuál ha sido la mayor lección que ha recibido en ese aprendizaje que es la vida?
–Ser fiel a ti misma, no ser otra persona que los demás quieren que seas. Creo que esa sería la gran lección de la vida: ser fiel a ti misma, siendo positiva, limpia y sin hacer daño a nadie a sabiendas.
–¿Ha pagado un precio por ser fiel a sí misma?
–Sí, claro. Siempre se paga.
–¿Se verá con su hijo Borja y su familia este verano?
–Seguramente lo haremos, a mediados de verano, en agosto.
–Y ahora que por fin ha firmado el alquiler de su colección con el Estado, ¿se ha dado algún capricho?
–No, qué va... Tenía deudas... (Ríe)
–¿No me dirá que ha dedicado ese dinero a tapar agujeros?
–¡Justo eso! Ser un coleccionista te acarrea muchos gastos, sobre todo cuando dejas tu colección gratuita como he hecho yo tantas veces.
–Quizá sea un prejuicio, pero no parece transmitir la imagen de una persona con deudas.
–No conozco a ningún coleccionista que entienda esa labor como una manera de compartir la belleza de unas obras maravillosas y que no vaya adquiriendo también muchos problemas.
–¿Pesa mucho el apellido Thyssen?
–Sí, claro que pesa, es un apellido que tienes que respetar. Pero ha sido una suerte poder estar en el momento oportuno para poder crear ese Museo Thyssen en España, para traer una colección como la que Heini y yo teníamos entonces. Eso compensa los sacrificios que tienes que hacer. Me siento feliz de que los cuadros estén valorados. El arte es especial.
–He leído que una de sus hijas tiene inquietudes creativas. ¿Le gustaría que fuera artista?
–Ojalá. Pero yo no empujo. Serán lo que ellas quieran ser. A una de ellas, cuando le cuento alguna historia, la recrea en dibujos y lo hace muy bien.
–¿A qué le gustaría que se dedicaran?
–Me gustaría mucho que se dedicaran al arte, al coleccionismo, como yo he hecho.
–¿Tiene su colección el futuro garantizado?
–¡Eso espero! (Ríe)
–Con sus hijas Carmen y Sabina y también con Borja.
–Sí, él desde pequeño ha estado muy relacionado con el arte. En Villa Favorita vivíamos prácticamente en un museo y las niñas también han crecido rodeadas de arte, así que espero que les guste seguir con ello.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez
Fernando Morales y Álex Sánchez
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.