Superman vuela con bata blanca por Granada

Al trabajar en casa, intentó sentarse a seguir con Batman, al que había dejado a medias. Pero no conseguía concentrarse bien. Hasta que dieron las diez de la noche. «Decidí salir al balcón. Vista la tensión y la desesperación en las redes sociales a lo largo del día, temía que lo más probable sería verme a mí solo como un tonto dando palmadas al aire». Pero no fue así, claro.

«En cuestión de segundos –sigue– había decenas de personas reales, probablemente con mil formas distintas de ver la vida, saludándose entre sí y dándose ánimos los unos a los otros en un aplauso infinito de agradecimiento a quienes se están partiendo la raspa por nosotros. Hacía años que no sentía tanta emoción. En ese momento corrí a mi zona de trabajo y la mano ya habló por sí misma».

Jorge dibujó a un Superman real: un médico. «Y no sólo los sanitarios de cualquier índole, sino todos los que ahora mismo, en cualquier campo, se la están jugando para que nosotros estemos a salvo. Los héroes reales. A los que yo sólo puedo dar las gracias una y mil veces».

El artista granadino está pasando el encierro con su pareja, «sacando páginas como churros, que no hay mal que por bien no venga». Jorge, que se confiesa «un poco hipocondríaco», dice que se revisa de vez en cuando la temperatura y que llama mucho a su familia y amigos. «Estoy preocupado por ellos y también triste por la de vidas que esto se está llevando. Ojalá la gente sea muy responsable y les contagien esa responsabilidad a los que se creen muy listos y salen de más».

Batman sigue pendiente la situación, desde la mesa de Jorge. «Dibujar me ayuda a desconectar y le da un toque de normalidad a todo. Me ha costado años llegar a dibujar la serie regular de Batman y ahora estoy a tope con él. A Batman no le afecta nada. Y mucho menos el coronavirus este», termina, sonriente y esperanzado.