![Las exposiciones 'colgadas' por la alerta sanitaria en Granada](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/202005/06/media/cortadas/exposiciones%20%20(1)-ktoB-U11064039441a0C-1968x1310@Ideal.jpg)
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Fue un viernes 13. Un viernes 13 de marzo de 2020. Ese día el mundo echó la persiana. Han tenido que pasar dos meses para que se empiece a abrir –aunque sea tímidamente, y con todas las cautelas que implica este periodo de tránsito hacia la 'nueva normalidad'–. Aquel día también se cerraron hasta nueva orden los centros culturales, aplazando programaciones perfiladas hasta con dos años de antelación y también exposiciones que, literalmente, se han quedado colgadas, aunque se haya superado con creces sus fechas de finalización. Obras de arte en salas completamente vacías y cerradas a cal y canto. Donde tendría que haber cientos de visitantes, ahora tan sólo hay guardias de seguridad que hacen ronda mañanas, tardes y noches.
Hasta doce muestras que se estaban desarrollando en esos momentos en Granada, que afectan a otros tantos artistas –la mayor parte de ellos, granadinos–, quedaron 'varadas' a la espera de acontecimientos. La mayoría de ellas, como las promovidas por la Universidad, quedarán prolongadas para compensar estas semanas de parón. En otros casos, como las de la Fundación CajaGranada, esta opción no es factible porque, además de que alguna estaba ya prácticamente finalizada, se trata de cuadros que en algunos casos tienen que volver a sus propietarios porque así se pactó con ellos.
Precisamente la situación más singular se da en la Fundación CajaGranada. A finales de mayo acaba la cesión por treinta años del Centro de Exposiciones de Puerta Real, situado en un edificio propiedad del Ayuntamiento de Granada. ¿Qué sucede? Pues que con el estado de alarma es completamente inviable cumplir con los plazos. En primer lugar porque ha sido imposible desmontar 'Fiat Lux', una impresionante exposición multidisciplinar compuesta por 36 obras de creadores como Miquel Barceló, Joan Miró, Cristina García Rodero o Chema Madoz proveniente de la excepcional Nueva Colección Pilar Citoler, una de las más reputadas coleccionistas de arte y mecenas culturales de España. Y en segundo término, porque lógicamente no ha habido tiempo material para que la Fundación desmonte todo lo suyo y para que los locales queden completamente liberados en el momento en que se devuelvan las llaves.
Fernando Bueno, director gerente de la Fundación CajaGranada, ha comentado que la entidad se ha puesto en contacto con el Consistorio para solicitar una prórroga equivalente a lo que dure el estado de alarma. «Aún no hemos recibido respuesta, pero entendemos que no habrá problemas al tratarse de una causa de fuerza mayor», afirma el responsable de la Fundación. Respecto a la muestra de la pintora Ángeles Agrela en el Museo Memoria de Andalucía, el edificio donde a partir de ahora CajaGranada centrará toda su actividad, también se ha dado por finalizada porque, según explica Fernando Bueno, había obras que estaban cedidas para la ocasión por particulares y galerías, y tienen que retornar a sus dueños según lo establecido. A pesar de ello, la mayoría de cuadros siguen montados en el Museo. Habrá que esperar a la reapertura, aún por fijar, para empaquetarlas.
La Diputación de Granada gestiona varios centros de referencia, como el Palacio de los Condes de Gabia, el José Guerrero o el Palacio de las Niñas Nobles. En todos había exposiciones en curso… y ahí se han quedado y se quedarán mientras Junta y la propia Diputación detallan los protocolos de actuación para estas semanas de tránsito y para el esperado día del 'arranque'.
La Diputación ha visto trastocados todos sus planes y eventos con motivo del veinte aniversario de la apertura del José Guerrero. Quedaba una semana para que se clausurara 'Solovky', una exposición documental de los fotógrafos Juan Manuel Castro Prieto y Rafael Trapiello sobre el archipiélago ruso del Mar Blanco donde Stalin instauró el primer 'gulag' –campo de concentración–. Ahí sigue. Con las luces apagadas. «Teníamos todo previsto para recoger –comenta Francisco Baena, director del José Guerrero– pero sobrevinieron los acontecimientos, recibimos la orden de cierre y lo único que pudimos hacer es traer unas cajas de madera que estaban en un almacén de Armilla». «Cuando llegue el momento, hablaremos con ellos y embalaremos para concretar la entrega», dice Baena. Se da la circunstancia de que 'Solovky' es itinerante. Después de Granada tendría que haber viajado hasta Murcia.
El 14M quedó todo en suspenso en el José Guerrero. Lo más inminente era el inicio del ciclo 'Canciones populares acústicas', conciertos 'desenchufados' con músicos cuya identidad no se revelaba hasta que se encendieran los focos para mantener el factor sorpresa. El José Guerrero tenía muchas citas interesantes con motivo de su cumpleaños. «Nuestro planteamiento general es revisar el calendario y cumplir con todas por responsabilidad social con los artistas, que hacen su bolo y reciben sus ingresos», asegura Francisco Baena. Tendrán que adecuarse, eso sí, a las limitaciones de público, y apostar por otras posibilidades que ofrece la tecnología como las retransmisiones a través de plataformas de 'streaming' o la grabación para la difusión posterior a través de redes sociales.
La Universidad de Granada también ha tenido que cambiar el paso y volver a planificar de manera que todas las exposiciones que tenía en marcha –y eran unas cuantas– se reabran cuando sea pertinente. Nada se suspende. Todo se aplaza. Incluso alguna de ellas, como la de Miguel Benlloch en el Hospital Real, ha mantenido actividades paralelas 'on line'. El pasado lunes hubo una mesa redonda sobre políticas de identidad de género y este jueves habrá una conferencia. Todo ello se puede ver a través de los canales multimedia de la UGR. Eso sí, los documentos, las performances, los carteles… de 'Miguel Benlloch. Cuerpo Conjugado' siguen en la Sala del Crucero del Hospital Real. La UGR tampoco ha anulado ninguna de las exposiciones que tuvo que cerrar de forma precipitada. Tanto la de Bernardino Sánchez en la Madraza como las de Julia Cantó y Alejandro de Pablo Ramírez en el Campus de la Salud serán visitables cuando se den las condiciones oportunas y se alargarán el tiempo que les ha robado el coronavirus.
El problema de las exposiciones que se quedaron 'colgadas', como reza el título de este reportaje, no se debe de analizar tan sólo desde la perspectiva de las entidades exhibidoras, básicamente administraciones públicas y fundaciones, sino también desde el prisma de los creadores, que han observado impotentes cómo proyectos que les ha supuesto años de trabajo quedan en el aire en un escenario, además, de mucha incertidumbre.
Es el caso de Carmen Almécija y su 'Border', una visión del drama de los menores refugiados a partir de diecisiete pinturas de gran formato y dos esculturas, en el palacio de las Niñas Nobles entre el 5 y el 29 de marzo. «Todo fue inmediato; tan sólo pude recoger cuatro cosas personales que quedaban en la sala», relata Almécija. «Se paró el mundo, parecía algo irreal». El cerrojazo dio al traste con todas las actividades paralelas que tenía previsto llevar a cabo en 'Border'. Entre ellas, una performance y una lectura de poemas. «Espero que, cuando llegue el momento, se puedan recuperar esas semanas; sería lo justo».
El plan de transición hacia la nueva normalidad elaborado por el Gobierno sí aporta una fecha para la posible reapertura de las salas expositivas. Se enmarca en la denominada 'fase intermedia', la segunda, y se iniciaría, si se dan las condiciones adecuadas, quince días después de la primera. Estamos hablando, por tanto, del 26 de mayo. El Ejecutivo fija dos obligaciones: un tercio de aforo y control de aglomeraciones.
Ya existe un día marcado en rojo en el calendario, pero hay que ponerlo en 'cuarentena' (nunca mejor dicho). Lo normal es que los titulares de estas salas tengan que cumplir con una serie de protocolos de ámbito regional, provincial e incluso local para garantizar la máxima seguridad del publico, por lo que todo se puede alargar algunas semanas.
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