El escritor Gil Craviotto, en su última entrevista concedida a IDEAL en 2022. JORGE PASTOR

Fallece el escritor granadino Francisco Gil Craviotto

El autor que mejor retrató el alma granadina, nacido en Turón hace 91 años, deja una amplia obra teñida de fino humor y análisis profundos

Viernes, 22 de marzo 2024, 14:06

En el día de hoy ha fallecido el escritor granadino Francisco Gil Craviotto (Turón, 1933), decano de los escritores granadinos, miembro de una generación de ilustres en la que también militaron nombres como Rafael Guillén o Elena Martín Vivaldi. El autor mantuvo durante décadas una ... fructífera colaboración con este diario, iniciada en la etapa en que residió en París. Formaba además parte de la Academia de Buenas Letras de Granada.

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El también escritor Fernando de Villena ha destacado su capacidad para definir el alma granadina en sus semblanzas de personajes locales, de las que editó dos tomos, y novelas como 'Los cuernos del difunto' (1996), 'La boda de Camacho' (2004), 'El Oratorio de las lágrimas' (2008) y 'La verja del internado' (2012), muchas de ellas teñidas de un fino e inteligente humor. «Fue uno de los fundadores de la tertulia del Salón, junto con Enrique Morón, Gregorio Morales y yo mismo. Más tarde, creó otra tertulia de historiadores», dice Villena. «Nos veíamos todas las semanas; era un gran lector, muy barojiano», recuerda.

Su actividad se extendió a campos muy diversos, desde la traducción al español de autores franceses como Rousseau, Mirbeau o Maupassant, hasta la realización artículos para catálogos de diferentes exposiciones, prólogos para libros de clásicos granadinos como José Fernández Castro, y capítulos en libros colectivos como 'Granada 1936' o 'El tam-tam de las nubes'. Además, comisarió la exposición que se dedicó al periodista Seco de Lucena en la Casa de los Tiros.

Apuntes biográficos

Como recuerda el 'Diccionario de autores granadinos' de la Academia de Buenas Letras, Gil Craviotto fue el primogénito de cuatro hermanos, y su padre fue el secretario del Ayuntamiento de Turón. Estudió en un internado almeriense, y luego vivió en Benalúa, donde su padre fue destinado. Estudió Derecho sin interés hasta tercer curso, y fue temprano colaborador de diversas revistas granadinas. Tras la publicación de su primer libro, 'Raíces y tierra' (1959), conjunto de relatos que refleja el ambiente rural de la Alpujarra y en el que nostalgia y lirismo no orillan el realismo y la crítica social, José María Bugella, por entonces director del diario Patria, le encargó coordinar la sección de cultura, tarea que desempeñará hasta su marcha a Francia, donde residió durante casi tres décadas hasta que regresara a Granada en 1993 tras su jubilación. Durante todo el periodo francés, no perdió el contacto con su tierra pues sigue colaborando esporádicamente con diferentes medios de prensa locales, siendo digna de mención la serie publicada en IDEAL con la cabecera común de 'Impresiones de un español en París'.

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La catedrática y crítica literaria Remedios Sánchez dice de él que ha sido la memoria viva de Granada, el representante último de una generación de personas que se comprometían verdaderamente con la ciudad. «Lo conocí en 2002 y descubrí en él la figura de un hombre discreto, elegante y generoso, siempre dispuesto a compartir sus conocimientos y a poner a disposición de quienes estábamos iniciando nuestras carreras profesionales en el ámbito del estudio de la literatura los datos precisos de lo que él había vivido en aquella ciudad gris de los años 50 poco antes de marcharse a París», recuerda.

Fue 'importador' de libros prohibidos durante el franquismo, que traía en la maleta escondidos entre las medias de su mujer

Sin embargo, desde París siguió vinculado a Granada. «Él era quien traía algunos libros prohibidos entre las medias de su mujer en el fondo de la maleta. Los destinatarios eran amigos suyos como José Fernández Castro, otro valiosísimo escritor al que se le ha hurtado su lugar. En esta amistad de más de 20 años he tenido la oportunidad de leer casi todos sus libros que eran una ofrenda de amistad y de esta manera he tenido la suerte de constatar que ha sido un notable novelista, un sagaz periodista, un sobresaliente crítico literario y un excepcional biógrafo». Sánchez le describe como un polígrafo completo que nunca ansió el protagonismo sino hacer de la literatura una herramienta para comprender mejor el mundo y para comprenderse mejor a sí mismo.

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De Gil Craviotto se recordará siempre su profunda sapiencia, su generosidad y calidad humana, y la libertad que tiñó todo su pensamiento y su actividad literaria. Descanse en paz.

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