![El Ballet de Lucía Lacarra escribe y envía una emotiva carta desde el Generalife](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2024/07/06/0705%20LACARRA01-k1JH-U2206376630540LF-1200x840@Ideal.jpg)
![El Ballet de Lucía Lacarra escribe y envía una emotiva carta desde el Generalife](https://s2.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2024/07/06/0705%20LACARRA01-k1JH-U2206376630540LF-1200x840@Ideal.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Cómo describir la casi olvidada emoción de recibir una carta quienes tuvimos la suerte de esperar que viniera el 'Ten o'clock postman' y nos la trajera. Cómo describir el temblor de los dedos cuando, nerviosos, rasgábamos el papel del sobre al mismo tiempo que ... maldecíamos su resistencia. Cómo hemos disfrutado cuando, incluso por error, nos hemos encontrado con esas cartas perdidas en un cajón. Y cómo hemos llorado con lo que perdimos.
Noticia relacionada
Pues todo eso, y mucho más, se encierra en 'Lost letters' ('Cartas perdidas'), la primera coreografía del Lucía Lacarra Ballet, la flamante compañía de la bailarina vasca, con una coreografía que ha corrido a cargo de su codirector y pareja, Matthew Golding. Ciertamente, Lacarra no es una neófita en un festival que conoce muy bien. Anteanoche, antes del ensayo general, nos confesó que los cipreses del coliseo alhambreño son casi como el tejado de su casa, construida a veces con dolor y sueños, con emoción y alegría.
'Lost letters' es una perfecta mezcla de técnica y color, de paisaje y música, de momentos deseados y de otros que todos hemos vivido de una u otra manera. Su fórmula se sustenta en tres elementos fundamentales: en primer lugar, una premisa argumental fácilmente entendible –la existencia paralela que un hecho, en este caso la recepción de una carta, permite escribir–. En segundo lugar, una música absolutamente deliciosa a cargo de dos autores cuya creación se encaja en este montaje como la tinta de una pluma buena en un papel de alto gramaje. El primero, Rachmáninov, uno de los clásicos del repertorio dancístico, vertebra con el 'Adagio sostenuto', segundo movimiento de su 'Concierto para piano número 2' el tramo inicial del montaje. El segundo, uno de los nuevos clásicos, el alemán Max Richter, quien ha conseguido reinterpretar con la misma elegancia con la que Lucía Lacarra se desenvuelve sobre el escenario algunas pautas musicales que creíamos perdidas. El genio del teutón –no se pierdan las 'Cuatro estaciones' de su 'Vivaldi recomposed'– brilla en los pasajes más líricos de la pieza.
La tercera virtud de 'Lost letters' es la conjunción entre el elemento audiovisual y lo que el espectador ve sobre el escenario. Es difícil, para quienes están acostumbrados a vivir en una pantalla, sustraerse al encanto de las imágenes rodadas por Golding y Albite. Pero hacer el ejercicio de observar lo que ocurre a ras de tierra compensa. Los 'flysch' de Zumaia, escenario también de la serie 'Juego de Tronos' son el punto de partida de una historia de amor contada con una delicadeza y un esmero que hacen subir muchos quilates a estas cartas.
No piensen que nos hemos olvidado del ballet. Todo él se contiene en lo ya explicado. Sobre un escenario, no solo se narran conflictos o cuentos. Sobre un escenario, se puede contar la vida y danzar el amor. Y emocionar, como lo hace 'Lost letters'. Obviamente, los momentos cumbres son la aparición de Lacarra vestida de rojo y el juego que se establece entre forma y fondo, y el impresionante a la vez que sencillo final, envuelto en azul. Pero todo el montaje destila calidad y cuidado. Por eso funciona.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.