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Un momento del concierto de la Academia Barroca en el Centro Manuel de Falla. PEPE MARÍN
Grandes conciertos bien ejecutados por jóvenes intérpretes

Grandes conciertos bien ejecutados por jóvenes intérpretes

La Academia Barroca del Festival explora con éxito 'Concerti grossi' de Avison y Corelli, así como obras de Carl Philipp Bach, Telemann y Stamitz

José Antonio Muñoz

Granada

Viernes, 24 de junio 2022, 00:04

La Academia Barroca del Festival de Granada es una iniciativa de éxito notable. Y ello es así porque a la indudable calidad de los músicos de nuestro entorno inmediato se une la circunstancia de que está en las mejores manos posibles: las de Aarón Zapico, quien ha demostrado a lo largo de su ya larga trayectoria, a pesar de su juventud, su capacidad para extraer lo mejor de los jóvenes músicos.

En este caso, han sido una veintena los participantes en la iniciativa, los mismos que ofrecieron anoche un interesantísimo concierto en el Centro Cultural Manuel de Falla, que, a pesar del más que asequible precio de las entradas –10 euros–, registró poco más de media entrada. Así, la formación que anoche defendió el programa, integrado por obras de Charles Avison, Carl Philipp Emanuel Bach, Johann Stamitz, Georg Philipp Telemann y Arcangelo Corelli, estuvo formada por los violines Cristina Arroyo Pérez, María Beltrán Peralta, Ana Rosa Dávila Luna, Irene García Beneite, Daniel Jesús García de Castro Domínguez, María Gil Perales, Alfredo Jaime Doblado, Fernando Jesús Jurado Raya, Juan Manuel Morales Díaz, Ana Novljan y Helena Reguera Rivero; las violas Marta Alfaro Martín, Marta Asensio López y Lorena García Ruiz; los chelos Andrés García Fraile y Alba Villar Cairó; los instrumentistas de cuerda pulsada Rafael Arjona Ruz, Violeta Casado Mancebo, Elena Casquete Medina y Miguel Alejandro Núñez Delgado y la fagot Mariana Parás Peña. Junto a ellos, el experimentado y siempre eficaz clave de Darío Tamayo; el hermano de Aarón, Pablo, con la guitarra barroca, y Jorge Jiménez como concertino.

Todos pusieron lo mejor de sí mismos desde la primera anacrusa, y eso que las obras del programa no eran en absoluto fáciles. En el inicial 'Concerto grosso número 5' de Charles Avison se apreció desde el primer momento la influencia de las obras para clave de Scarlatti en la que está basado. Notas limpias, 'fáciles' y agradables al oído, pero que requieren de una altísima concentración si quieren ser interpretadas con pulcritud, como así ocurrió. En cuanto a la 'Sinfonía en mi menor, número 5' de Carl Phiipp Emanuel Bach, en su interpretación se pudo observar con nitidez la cierta evolución que dentro del esquema barroco de obras para bajo continuo y cuerda, supone un acercamiento al periodo clásico en los lenguajes.

Ritmo endiablado

La 'Sinfonía en re mayor' de Stamitz, estructurada igualmente en tres movimientos y que la Academia interpretó respetando el ritmo, a veces endiablado, que su autor imprimió a la partitura, abrió la puerta a una de las piezas estrella de la noche, la bellísima obertura–suite 'La Bizarre' de Georg Philip Telemann. De esta pieza, debemos destacar una vez más el talento interpretativo de Pablo Zapico en la guitarra barroca, sin duda un interesante ejemplo para sus compañeros más jóvenes. Tras las palabras de Aarón Zapico, en las que el director de la Academia agradeció al Festival su compromiso con esta iniciativa formativa, el conjunto abordó la última obra de la noche, el 'Concerto grosso número 8' de Arcangelo Corelli, un constante 'duelo a cuerda' entre la frotada y la pulsada, con una extraordinaria vivacidad y recreándose, como en los 'allegro' que franquean el movimiento central, en pasajes donde el tiempo casi se detiene. Las nuevas generaciones ofrecieron, en fin, una gran tarde de música.

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