Erebia de Sierra Nevada en un lecho de florecillas. Un maravilloso cóctel de colores. JAVIER OLIVARES

Patrimonio natural

El fotógrafo de las mariposas de Sierra Nevada

El granadino Javier Olivares ha capturado con su cámara imágenes de las 125 especies de lepidópteros que habitan en las cumbres granadinas, de las cuales tres se hallan en peligro de extinción

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 31 de marzo 2024, 00:04

Javier tenía ocho años cuando acompañaba a su padre a la caza. «Subíamos a la hora del atardecer a los Llanos de los Olivares, en Gorafe, donde había conejos, palomas torcaces y tórtolas», recuerda. Fue en ese momento cuando se enamoró de la naturaleza. Javier ... Olivares (Jerez de la Frontera, 1960) es uno de esos personajes imprescindibles para entender Sierra Nevada. Entre sus múltiples méritos, haber fotografiado, una por una, las 125 especies de mariposas que moran en las cumbres granadinas, las más altas de la Península. Una tarea que no empezó ayer ni anteayer, sino hace cuarenta años. Cuatro décadas en las que suma más de diez mil disparos. Un tesoro.

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Javier es un geólogo con alma de biólogo. «Yo quería dedicarme a lo segundo, por aquel entonces había pocas salidas y estudié lo primero», explica con una leve sonrisa. Se licenció en Geología por la Universidad de Granada y se marchó a trabajar por el mundo. En plataformas petrolíferas en el Mar del Norte, en el desierto de Argelia... y en 1987 en prospecciones mineras en los Picos de Europa. Aquello le cambió la vida. Fue cuando descubrió el fascinante universo de los dípteros.

Javier Olivares, co su cámara. JORGE PASTOR

Pero antes de continuar con la vida, obra y milagros del 'fotógrafo de las mariposas', metámonos en la cápsula del tiempo para viajar a principios del siglo XX. En Granada había un señor que se llamaba Arturo Cerdá y Rico que se juntaba con la elite artística e intelectual del momento. Arturo se dedicaba a retratar el mundo con su cámara de fotos. Este buen hombre, un maestro en el uso de la luz, era el bisabuelo de Javier. «No lo conocí ni a él ni a mi abuela, pero en mi casa se respiraba fotografía por todas partes», explica. Por eso vivió con emoción cuando, en 1975, con quince años, su padre le regaló una Praktica rusa con un objetivo de cincuenta milímetros. «No se me olvida la ansiedad que sentía cuando sabía que tenía una buena toma y comprobaba que estaba en el negativo», sonríe.

Mariposa briseis, Catro ocelos y Niña de Sierra Nevada. JAVIER OLIVARES

En esos primeros tiempos su especialidad eran las águilas. «En mi pueblo, Gorafe, había pastores que destruían sus nidos porque se comían los campos, pero yo las cogía y las criaba con carne de caza». «Saqué adelante tres o cuatro ejemplares de calzadas y culebreras –rememora Javier–;las cuidaba hasta que se hacían adultas, volaban durante todo el día y por la noche volvían para que yo las alimentara». La cercanía y el conocimiento de las rapaces le permitió tomar con su Praktica unas cuantas imágenes memorables que guarda en su archivo como una verdadera joya.

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Esmaltada sencilla, Lobito de Banda Blanca y Niña de Sierra Nevada. JAVIER OLIVARES

La devoción de Javier Olivares por las mariposas comenzó con aquel destino en los Picos de Europa, pero su interés por ellas se acrecentó exponencialmente cuando, en el transcurso de una excursión por Sierra Elvira, se topó casualmente con José Luis Giménez Gómez, que lo acercó a la literatura, la investigación y los artículos sobre estos maravillosos insectos alados. «Me saqué las oposiciones de profesor de Biología y Geología y después de unos años en diferentes destinos, recalé en Granada, muy cerca de mi querida Sierra Nevada», comenta. A través de su hermano conoció a José Miguel Barea, técnico del Parque Nacional, y ambos comenzaron un trabajo de documentación fotográfico que culminó en 2011 con una publicación recopilatoria. «En ese momento había 121 especies de mariposas en Sierra Nevada; en estos años hemos descubierto cuatro más».

Fotogenia

¿Por qué estos animalicos son tan fotogénicos?Basta con echar un vistazo a la instantánea de la izquierda, una Erebia de Sierra Nevada, para comprobarlo. «Por su belleza estética y por su diversidad», resume Javier. Pero también por otras singularidades, como que cada grupo tiene su propio hábitat o como su dependencia de las condiciones meteorológicas. Al igual que sucede con la flora, son más abundantes en años lluviosos que en secos.

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Trabajos de seguimiento de la mariposa Alpina de Sierra Nevada. JAVIER OLIVARES

Inmortalizarlas también requiere oficio. «No hay que correr detrás de ellas, sino esperarlas donde sabes que las encontrarás».El momento ideal para disparar es, según Javier, cuando están recién nacidas y se camuflan en las plantas. «Te puedes acercar todo lo que quieras». Respecto a los momentos del día más propicios, sin lugar a dudas, los atardeceres, «porque es cuando buscan lugares para posarse después de todo el día revoloteando». De esta forma se evita, además, que la intensidad lumínica sea muy fuerte, como ocurre en Sierra Nevada cuando el cielo está despejado. «Lo mejor es que haya una ligera capa de nubes».

Blanca de Mann. JAVIER OLIVARES

Entre esos diez mil 'fogonazos' mariposeros que Javier conserva en sus discos duros, hay uno que fue especialmente satisfactorio. El de una Parnassius Apollo, que vuela como si fuera un pájaro. «Monté el trípode en un sitio donde sabía que iban a pasar y cada vez que lo hacían tiraba una ráfaga». «No solo pillé un macho en primer plano, sino una hembra en segundo», relata con orgullo. Después vinieron otros 124 momentazos más.

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Arlequín. JAVIER OLIVARES

Mariposas más abundantes y también otras que, pese a no correr un peligro inminente, sí están en riesgo de desaparición en Granada. En general, las poblaciones han menguado un treinta por ciento en los últimos quince años, pero en los casos de la Agriades Zulluchi, la Polymmatus Golgus y la Agrodiaetus Violetae la situación es especialmente preocupante.Tanto es así que la Asociación para la Conservación de las Mariposas en Europa puso en marcha en 2015 planes de recuperación.

Melanops depositando huevo, Alpina de Sierra Nevada y Blanca del majuelo. JAVIER OLIVARES

El cambio climático está obligando a las mariposas a desplazarse a zonas más altas, donde los espacios son más limitados. La capacidad destructora del ser humano no entiende de existencias, bellezas y naturalezas. Existencias, bellezas y naturalezas como esas 125 especies de mariposas que moran en Sierra Nevada.

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