Domingo, 7 de abril 2024

El periodista granadino Javier Martínez Brocal (1978) es uno de los especialistas en información vaticana de referencia a nivel mundial. De ello da buena cuenta el hecho de que el Papa Francisco haya confiado en él para publicar juntos 'El sucesor' (Planeta), el primer libro ... donde el actual pontífice habla sin tapujos de su antecesor, Benedicto XVI, y de la coexistencia de ambos, el primero como pontífice ejerciente y el segundo como emérito. Una coexistencia llena de rosas, pero no exenta de espinas. El periodista, corresponsal de ABC, presentará en Granada el libro esta tarde a las 20.00 horas, en el edificio de la Curia (plaza Alonso Cano).

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El tema del libro es delicado. ¿Cuándo y por qué cree que el Papa decidió abordarlo?

–Se lo propuse unos días después del fallecimiento de Benedicto. Me sorprendía que, en algunos sectores, si hablabas bien de Benedicto, parecía que estabas criticando a Francisco. Poco a poco, ese sector se estaba 'apropiando' de Ratzinger, como si no fuera de toda la Iglesia. Evidentemente también preocupaba a Francisco.

¿Por qué aceptó?

–Porque es un libro antídoto a la polarización. Es evidente que Benedicto y Francisco tienen visiones distintas de la Iglesia y de la sociedad. Pero eso no significa que fueran enemigos. Todo lo contrario.

¿Se llevaban bien ambos?

–Había mucha lealtad y cariño entre ellos. Benedicto nunca consintió que lo usaran para atacar a Francisco. Y si hubo algún momento de tensión, que lo hubo, no con Benedicto, sino con su entorno, Francisco superó la situación a base de cariño y paciencia.

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Hay un episodio muy revelador, cuando un médico de Benedicto acusó al enfermero que avisó a Francisco de que este agonizaba, y que le acompañó en su última visita, de ser un chivato.

–Así es. El propio Francisco narra que cuando salía, acompañado por este enfermero, ocurrió este incidente, que él califica de «muy feo». La reflexión que hace el propio Papa es que entonces cayó en la cuenta de que tenían a Benedicto casi 'bajo custodia'. No preso o encerrado, pero sí custodiado.

Opiniones

¿Qué opinaba Francisco de Benedicto?

–En el libro dice muchas cosas… Por ejemplo, que para él fue como un padre. Que no era un teórico, ni una persona lejana.

Una vez instalado en el Papado, a Francisco se le está mirando con lupa. ¿Cree usted que este libro ayudará a comprender mejor sus decisiones?

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–Ayudará sobre todo a entender por qué los cardenales lo eligieron Papa. Benedicto acababa de renunciar. Había estado tan 'arropado' por sus colaboradores que acabó agotado. Y Francisco se propuso desde el primer momento conquistar libertad para él y sus sucesores: nadie le impone cuestiones secundarias como cuándo hablar, el color de los zapatos, ni dónde vivir o dónde ser enterrado.

«Creo que todos los pontífices de los siglos XX y XXI han recibido bofetadas por todas partes»

Jesucristo dijo en un determinado momento que venía al mundo a ser signo de contradicción. Es difícil encontrar un papa en fecha reciente cuyas acciones y relaciones con gobernantes hayan suscitado tanta controversia como las de Francisco.

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–Creo que todos los papas de los siglos XX y XXI han recibido bofetadas por todas partes. Pasa como con el fútbol, que desde la grada es fácil opinar sobre lo que debe o no debe hacer el entrenador. Ahora, con las redes sociales, esto se escucha más, pero es lo que siempre ha pasado. Lo importante es estar atentos para no dejarse envenenar con mentiras y bulos.

El único acercamiento a la relación entre los dos papas ha sido hasta ahora una película con más de fabulación que de realidad. ¿Cree usted que este libro ayudará a despejar ciertas incógnitas que se han creado en torno a la transición en el Papado?

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–La realidad es siempre mucho más apasionante que la ficción. En este caso, han sido sorprendentes las diferencias. Me he divertido mucho haciendo el libro.

Como católico practicante usted tiene una relación muy personal con la fe. ¿El acercamiento a la figura del Papa Francisco y a sus circunstancias le ha hecho mirarla de otra forma?

–¡Por supuesto! Leer y escuchar a Benedicto era una de las mayores satisfacciones para un periodista que cubre el Vaticano y me convenció en muchas cuestiones de fe. Ver con qué audacia Francisco pone en práctica esos mismos principios me obliga a darme cuenta de que la fe no es solo «estar convencido» sino poner por obra lo que crees, que es mucho más difícil.

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Templar gaitas

De las palabras de Francisco se desprende la gran complejidad que tiene gobernar la Iglesia católica no solo desde el punto de vista orgánico sino desde el punto de vista de las relaciones personales. ¿Ha palpado usted como corresponsal de ABC en el Vaticano esa complejidad?

–El Papa tiene que templar muchas gaitas, sí. Dice que quiere que la Iglesia tenga «el estilo de Dios»: ternura, misericordia y cercanía. Hace falta mucha paciencia para conseguirlo.

Quienes compren este libro lo van a hacer por diversos motivos. Uno de ellos buscar el morbo. No hablemos de morbo sino de afirmaciones impactantes. ¿Cuáles cree usted que son las más reveladoras que le hizo Francisco durante sus entrevistas?

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–Me impactó cuando le pregunté por qué, según su opinión, renunció Benedicto, y me respondió: «Más que una hipótesis, te cuento lo que Benedicto me dijo a mí…».

«Este libro ayudará a muchos a entender por qué los cardenales eligieron Papa a Francisco»

¿Cómo fueron esas conversaciones, aparte de 'endulzadas'?

–(Risas) El Papa estaba tranquilísimo; yo, un poco tenso, concentrado. Luego, poco a poco me fui soltando. En una ocasión acababa de regresar de Granada y al Papa me hizo notar que había recuperado el acento andaluz.

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A lo largo de las charlas que mantuvo con el Pontífice, él no cesaba de animarle a preguntar. ¿Se le quedó finalmente algo en el tintero?

–Nos vimos tres veces, y luego completamos alguna cosa por teléfono y también por escrito. Le hice todas las preguntas que se me ocurrieron. Pero ahora que he terminado el libro, ya he encontrado otras nuevas para la segunda parte.

La visita a Granada para presentar el libro esta tarde, ¿va a ser para usted un bálsamo?

–Y tanto. Me va a costar mucho regresar a Roma. Aquí están mi familia y mis amigos, y he convencido a algunos de ellos para que presenten el libro. Se ve que aquí no se aplica lo de «nadie es profeta en su tierra».

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