![«El franquismo ha sido el crimen perfecto en este país»](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/201810/19/media/cortadas/130178620--624x415.jpg)
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PABLO RODRÍGUEZ
GRANADA
Viernes, 19 de octubre 2018, 00:47
En el 2000, Emilio Silva (Elizondo, 1965) buscaba material para escribir un libro sobre su abuelo represaliado cuando dio con un hombre que sabía el ... lugar en el que estaba enterrado. Aquel encuentro cambió su vida y una España que hasta entonces hablaba de 'paseos' y 'sacas', pero no de 'víctimas', 'asesinatos' o 'desapariciones forzosas'. Casi dos décadas después, el periodista y sociólogo lidera una de las entidades memorialistas más importantes del país, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, un grupo que lleva ocho años peleando también fuera del país para que el Gobierno se haga cargo de lo que él considera que siempre fue responsabilidad del país. A Granada viene hoy (19 horas, Condes de Gabia) a participar en encuentro que analizará el proceso memorialista y los peligros que lo acechan.
-A Granada viene a participar en una mesa que debate sobre el proceso de memoria y los peligros actuales que le acechan, ¿cuáles son?
-Los peligros actuales son los mismos del pasado y tienen que ver con gente que no quiere que se conozca el pasado, con la falta de políticas de reparación y de acceso a la justicia.
-Son muchos los que creen que recuperar a las víctimas de las cunetas es «reabrir heridas». ¿Cómo se plantean las asociaciones enfrentarse a esto?
-Abriendo las fosas. Soy nieto de un desaparecido. Mi abuelo fue la primera víctima identificada por ADN. Aquellos comenzó porque quería escribir un libro y me encontré a un hombre que sabía dónde estaba enterrado mi abuelo. Escribí un artículo en un diario local de León en la que criticaba cómo los españoles habían celebrado entonces la detención en Londres de Pinochet y, sin embargo, no hablaban de lo ocurrido aquí. Ni siquiera se les llamaba víctimas. Se usaban eufemismos como 'sacas' o 'paseos', pero no se mencionaban las desapariciones forzadas que es el delito más grave que se puede cometer contra una persona por lo que afecta su vida y por la capacidad para multiplicar el dolor en personas y años posteriores... Quien dice que recuperar a las víctimas es reabrir heridas no sabe lo que es perder a un familiar y lo que esconde esa frase es que prefiere que se mantenga una ignorancia fabricada desde hace décadas. El franquismo ha sido en este país el crimen perfecto: asesinó a decenas de miles de civiles en sitios que no eran frente de guerra, se apropió de los bienes de miles de personas, torturó y enterró a homosexuales en lugares como Fuerteventura... La gente que habla de reabrir heridas quiere quedarse con la versión franquista de los hechos. Recuperar las víctimas y darles un enterramiento digno es un ejercicio de moral.
-¿Cómo afecta al proceso de recuperación de las víctimas el ascenso de la ultraderecha y los discursos de odio?
-Esos discursos siempre han estado ahí, no nacieron hace dos semanas en Vistalegre. La derecha votaba a otros partidos y ahora busca otra representación. Cuando alguien le dice a una persona de 80 años que su padre se debe quedar en una cuneta por el bien de España es una frase fascista. No se me ocurriría que una persona con un familiar fascista en una cuneta no pudiera enterrarlo donde le diera la gana.
-¿Qué le parece la propuesta de Casado de una ley de concordia?
-Cuando hizo el anuncio, usó una frase brutal. Habló de «paladas de rencor». Cualquier psicoanalista podría hacer una tesis sobre el uso de la palabra 'paladas' en ese contexto... Llevo desde el 2000 ayudando a gente que busca a sus familiares desaparecidos y nunca he visto rencor. Casado demuestra con sus palabras desconocimiento. Alguien que tiene ese discurso contra las víctimas queda inhabilitado para representar la palabra concordia. Alguien que piensa que la gente que pide ayuda para encontrar a su padre y enterrarlo dignamente lo hace por rencor tiene serias dificultades para la empatía y entender el dolor.
-Para Casado, la actual ley de memoria histórica es sectaria. ¿Está de acuerdo?
-No sé, debería explicar por qué lo dice. Él nunca explica que cuando acabó la guerra, el franquismo fusiló a 55.000 personas en juicios disfrazados de legalidad. El franquismo dio a las familias de las víctimas franquistas pensiones especiales y puestos en la administracion. A los que eran religiosos, se les entregaron estancos y gasolineras. Hubo beneficios solo para ellos. Aquí no hay nada de sectario. Todo el mundo tiene derecho a una sepultura digna y eso no tiene que ver con el carnet que tiene uno en el bolsillo. Eso sí es sectario, dejar a un ser humano en una cuneta.
-Durante los años de Rajoy, la ley de memoria histórica estuvo sin presupuesto y la ciudadanía no dijo nada. ¿Cómo lo explica?
-Todavía hay bastante miedo a significarse. Franco hizo una ley de responsabilidades políticas en la que se penaba a la gente que se había significado. Eso provocó que millones de personas se vaciaran de significados. Por otro lado, aquella ley y las subvenciones fueron un truco del PSOE porque la ley nunca tuvo subvenciones. Las ayudas se dieron en enero de 2006, casi dos años antes de la ley y por lo tanto no estaban vinculadas a ella. Nosotros no pedimos subvenciones. Creemos que esto es una responsabilidad del Gobierno, que es quien tiene que recuperarlos.
-¿Entonces debe España asumir el gasto de recuperar a las víctimas en las actuales circunstancias?
-Yo no lo llamaría gasto, sino inversión en derechos humanos. Lo que no puede ser es que a una democracia le duelan las víctimas del terrorismo y no las de las cunetas. A un gobierno deben dolerle todas las víctimas. Para unos hay dinero y para otros, nada. Lo digo por todos los gobiernos, ninguno se ha responsabilizado de esto. Tampoco el que aprobó la ley de Memoria Histórica, una ley en la que se habla de facilitar las cosas simplemente. Que ocurra esto tiene que ver con la incultura de los derechos humanos que hay en España. Amnistía Internacional sacó un informe sobre la formación en derechos humanos de los 15 países del núcleo de la Unión Europea en el que España estaba a la cola y eso es así porque esa incultura se ha diseñado políticamente por todos los gobiernos. Se ve, por ejemplo, cuando a unos cientos de metros de la Moncloa hay un arco de la victoria de Franco, Hitler y Musolini. Todos los presidentes pasan cientos de veces por el lado y a ninguno le molesta eso... Es un poco peculiar que haya esa dejadez.
-El Gobierno anunció que antes de final de año, Franco estaría fuera del Valle de los Caídos y parece que va a La Almudena. ¿Qué opinión tiene al respecto?
-Me parece bien que salga del Valle de los Caídos. Llevamos 15 años pidiéndolo. No es comprensible que las víctimas paguen la tumba del dictador. Que vaya a la Almudena no me parece bien, pero me parece normal. No puede ser que el Gobierno este de cuclillas y arrugado por una familia. Si acaba en el centro de Madrid, su presencia volverá a mostrar una debilidad democrática. No hay país en el mundo que tenga a un dictador como tenemos nosotros a Franco. Videla está enterrado con seudónimo, Trujillo está en Madrid porque no lo querían en su país, en Alemania tiraron los restos de Hess al mar para que su tumba no se convirtiera en un lugar de significación fascista. Tenemos un gobierno que dice pero que no hace y si llega a Madrid reflejará la fragilidad democrática del país.
-Menciona a Videla, ¿qué puede aprender España de cómo Argentina ha hecho su propio proceso de memoria?
-Argentina es el país que ha llevado la justicia transicional más lejos. Hay más de 500 condenados responsables de violaciones de los derechos humanos, hay espacios como la ESMA, que tenía un precio impensable por su localización, y aún así fue entregado a los movimientos de derechos humanos. Ellos se han enfrentado al pasado.
-Uno de los casos que denunció es la desaparición y asesinato de Federico García Lorca. ¿Cómo valora la nueva campaña que se va a realizar en Alfacar?
-Me parece muy bien que se busque como en cualquier otro caso, aunque no sabemos si se encuentra ahí. Creo que la familia tendría mucho que decir. Los Lorca sabían el lugar del enterramiento a los dos días de que lo asesinaran y no entiendo ese silencio. Sabiendo ese lugar, cuando afecta a otras personas, creo que hay que buscarlo y darle el significado que tuvo y tiene hoy en día: es un referente internacional que ha influido a millones de creadores. Por otra parte, no sé hasta qué punto los intentos anteriores querían buscarlo o encontrarlo. Nosotros cuando vamos a buscar, no paramos hasta que encontramos la fosa. Si excavas solo 200 metros cuadrados y te detienes, no sé hasta que punto tenían intención.
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