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El traductor e intérprete y profesor de la UGR se ilumina con una lámpara Presidente, frente a unas vistas envidiables de La Alhambra. ALFREDO AGUILAR

El genio de las lámparas Fase: de estar en todas las casas a ser objetos de culto

Óscar Jiménez atesora en Granada la colección más importante del mundo de este tipo de lámparas 'extintas', valoradas de los 200 a 3.000 euros y que se han convertido en habituales del cine y la televisión

Domingo, 3 de enero 2021, 23:59

La lámpara Fase se enciende –¡clic!– como las pesetas de antes que ahora valen miles de euros. Óscar Jiménez (Málaga, 1970) pulsa el botón y la luz salpica las paredes de su hogar a toda velocidad. Es un hogar acogedor, frente al Paseo de los Tristes, en Granada: muebles de diseño y estanterías repletas de libros, de Murakami a María Moliner. Hitchcock en el despacho, el Napoleón de Charles Santore en el salón y unas vistas a La Alhambra enmarcadas en pequeñas ventanas verticales que son auténticas pinturas en movimiento. Y por cada parpadeo, una lámpara Fase distinta. «No hay enchufes para todas», bromea, mientras aprieta tres interruptores más. «Estas lámparas estaban en todos los hogares de España y ahora son objetos de culto en el mundo entero».

El día que Óscar entró por primera vez en su despacho de la Facultad de Traducción e Interpretación de la Universidad de Granada, allá por 1998, el flexo de su mesa le llamó la atención. «Era una lámpara muy básica, muy bonita, muy bien hecha». Intrigado, levantó la lámpara y leyó en voz alta el nombre de la marca: Fase. Poco a poco, averiguó que se trataba de una empresa española que había diseñado cientos de lámparas en los 70 y que ahora se vendían en anticuarios y páginas de coleccionismo. Pero, ¿quién las diseñaba? ¿Cuál era su historia? ¿Por qué están por todas partes? «Era un misterio total para mí. Así descubrí una historia apasionante que nadie había contado».

Óscar Jiménez, en su casa de Granada. A. AGUILAR

Pedro Martín y Luis Pérez de la Oliva diseñaron en 1963 la primera lámpara Fase, dando a luz a una de las marcas más grandes y carismáticas de la historia de España. En pocos años, no había salón ni despacho que no luciera su propia lámpara Fase. Eran tan comunes que tener una Fase era como tener un frigorífico. Combinando mecanismos ingeniosos y piezas de madera, grandes diseñadores (que nunca firmaron sus obras, por cierto. Se sabe que Teixidó o Tomás Díaz Magro, por ejemplo, diseñaron algunas) crearon lámparas con nombres formidables: Planeta, Impala, Persépolis, Venus, Babilonia, Tarsis, Prisma, Faro, Geisha, Falux, Eclipse... «Esta es la Presidente –dice Jiménez, acariciando la elegante lámpara, colocada en el centro de la mesa junto a otro puñado de Fases–, la más conocida de todas. Está impecable y tiene 57 años. Una lámpara pensada para líderes».

Más allá del éxito empresarial, Pedro Martín se convirtió en un personaje habitual de la prensa internacional y era fácil verlo en actos sociales, a veces, incluso, acompañado por un cachorro de león que adoptó como mascota. Fue patrocinador del equipo de Emilio de Villota en Fórmula 1 y su pasión incondicional por el fútbol dejó anécdotas divertidísimas, como el anuncio que publicó a página completa en ABC, el 23 de junio de 1986, por el gol anulado a Míchel en el Mundial de México: «Esto es un homenaje a todos los que no ven bien», decía el texto (el nieto de Martín, además, es el futbolista Álvaro Morata). Y en un momento en el que Fase ya vendía por todo el mundo, literalmente, llegó el año 2000 y se apagó. «Cerraron por un problema con Hacienda. Dejaron de fabricarse para siempre. Y empezó el mito».

Varios modelos de lámparas Fase.
Imagen principal - Varios modelos de lámparas Fase.
Imagen secundaria 1 - Varios modelos de lámparas Fase.
Imagen secundaria 2 - Varios modelos de lámparas Fase.

En un almacén de la Vega de Granada, Óscar atesora la mayor colección de lámparas Fase del mundo. «Tengo más de cien diseños distintos y, en total, doscientas lámparas». Con la desaparición de Fase, nació un interés artístico por sus productos, que empezaron a convertirse en piezas únicas. Esas lámparas que años atrás se encontraban por todas partes multiplicaron su valor hasta rondar de los 200 a los 3.000 euros. Auténticos objetos de culto que hoy, en su mayoría, siguen apilados en buhardillas y áticos como viejas pesetas sin valor. «Es curioso porque no existe un catálogo de modelos de Fase. Nadie sabe cuántos diseños hay en total... todavía siguen apareciendo nuevos. Así que esto –Óscar golpea con su palma un libro que descansa bajo los focos de las lámparas– podríamos decir que es el primer catálogo de lámparas Fase».

Óscar presenta el libro 'Fase, The Book', rodeado de lámparas Fase. A. AGUILAR

'Fase, The Book' es el único libro del mundo dedicado a este microuniverso de lámparas españolas. Escrito por el propio Óscar Jiménez y diseñado por Juan Luis Gómez Frieiro, repasa en 350 páginas la historia de la empresa al tiempo que sirve de muestrario de las Fase 'descubiertas' hasta el momento. El libro, al igual que las lámparas, ya es un objeto de culto entre los coleccionistas y cuenta con prólogos de Claudette Didul, decoradora de 'Mad Men' y Antxón Gómez, director artístico de Pedro Almodóvar, ganador del Goya y confeso amante de las lámparas Fase.

La comunidad

¿Y por qué 'Mad Men'?, se preguntarán. Muy sencillo: Don Draper tenía en su despacho una lámpara Fase. Y no una cualquiera: una Presidente. «Aquello fue un estallido en el mundo moderno. La gente no sabía de dónde venía la lámpara, pero llamó la atención. Y ahora, las Fase son las lámparas del cine y la televisión». Desde 'Gambito de Dama' a 'Los favoritos de Midas', pasando por 'Star Trek', las Fase están en infinidad de producciones audiovisuales. Y eso es algo que, curiosamente, no es nuevo. Cuando se producían, aparecían en casi todas las películas españolas de la época, junto a Sacristán, Landa, Martínez Soria o Esteso, pero también en el despacho de Harrison Ford en Indiana Jones, entre tantas otras escenas. «Ahora no podrás ver series y películas como antes –advierte Óscar–. Verás como cuando salga una Fase la señalas sorprendido, porque son muy reconocibles».

Don Draper en su despecho de 'Mad Men'. Antxón Gómez, todo un coleccionista. Y un fotograma de 'Star Trek'.
Imagen principal - Don Draper en su despecho de 'Mad Men'. Antxón Gómez, todo un coleccionista. Y un fotograma de 'Star Trek'.
Imagen secundaria 1 - Don Draper en su despecho de 'Mad Men'. Antxón Gómez, todo un coleccionista. Y un fotograma de 'Star Trek'.
Imagen secundaria 2 - Don Draper en su despecho de 'Mad Men'. Antxón Gómez, todo un coleccionista. Y un fotograma de 'Star Trek'.

Miquel Barceló, Boris Izaguierre, Iván Ferreiro, Javi Ojeda... En España hay grandes coleccionistas de Fase, pero ninguno como Jiménez. «Mi sueño es que mi colección termine en un museo y por eso he contactado con varias instituciones. Podría ser aquí, en Granada, donde están ahora, o en el Museo de las Artes Decorativas de Madrid, que es de donde eran todos los miembros de Fase». ¡Clic! ¡Clic! ¡Clic! Óscar apaga una a una lámparas que se reparten por su salón. Fuera es de noche y La Alhambra brilla.

Óscar Jiménez, intérprete. A. AGUILAR

De la Interpol y la ONU a los premios Princesa de Asturias

Óscar Jiménez, además de coleccionista Fase y profesor en la Universidad de Granada, es traductor e intérprete 'freelance', un trabajo que le ha llevado por aventuras inesperadas. En su despacho cuelga el diploma de 'colaborador fundador de Vodafone', por traducir la primera oferta de una licencia de telefonía móvil en España. Ha interpretado a los últimos cuatro presidentes del gobierno y ha trabajado para instituciones como la Unión Europea, la ONU o la Interpol: «Lo de la Interpol parecía que estaba dentro de un capítulo de 'Homeland'. Eran reuniones secretas para tratar temas de yihadismo. Se veían cosas que no ves en la calle, con una confidencialidad tremenda. La última fue en Sevilla, hace cuatro años».

Pero sin duda, el trabajo más importante de su carrera como intérprete es en el Princesa de Asturias. «Llevo 16 años como intérprete de los premios, trabajo para el Rey allí. Es flipante. He conocido personas alucinantes como la fotógrafa Annie Leibovitz o el cineasta Francis Ford Coppola. Pasas días enteros con ellos, les acompañas a las visitas que hacen y vas interpretando y traduciendo sus palabras. Eso genera una relación muy cercana con ellos». En la última gala, al ser online, trabajó desde casa. «Si visteis la ceremonia, la voz masculina es la mía. Fue un placer ponerle voz a John Williams».

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