El tren a Flagstone, Guadix, llega con retraso. Tres rudos pistoleros se adentran en la silenciosa estación, rodeados por un imponente desierto al que aún no ha llegado el nuevo mundo. El tiempo golpea como una gotera infinita sobre el ala del sombrero; el ... calor es una mosca pegajosa que no responde a soplidos ni amenazas. El viejo sol, en su punto más alto, anuncia el crepúsculo de una era con la aparición, a lo lejos, de la imparable locomotora Baldwin. Justo en ese momento, Ennio Morricone aguanta ocho segundos más de silencio antes de utilizar el mítico tintineo con el que arranca el tema de 'Hasta que llegó su hora' ('Once Upon a Time, In The West', Sergio Leone, 1968). El tintineo que imita la campana del tren al entrar en la estación, el tintineo que precede a la voz de Edda Dell'Orso, la voz de Jill (Claudia Cardinale), la voz que entona la melodía que, desde entonces y para siempre, sería patrimonio de la vida y de la muerte.
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Dicen que Ennio Morricone (Roma, 1928-2020)ha muerto. El mismo Ennio que nunca estuvo en Guadix, al igual que Guadix nunca fue el Viejo Oeste americano. Lo que no quiere decir que ambos no formen parte de un legado mucho más grande; más trascendente: Morricone es de Guadix y Guadix, de Morricone. Al tiempo que el genio italiano componía bandas sonoras para el cine, también lo hacía para las calles accitanas, por donde es imposible pasear sin tararear, de vez en cuando, alguna de sus melodías.
La hermosa canción de Jill, de 'Hasta que llegó su hora'; o la épica incontestable de cualquier entrega 'La trilogía del Dólar' ('Por un puñado de dólares', 'La muerte tenía un precio', 'El bueno, el feo y el malo'). Guadix, como Almería, se llevó un pedacito de la historia del cine para que cada vez que alguien interprete sus acordes broten los escenarios como viejas fotografías en un álbum familiar.
Fotos como las que atesora Emilio Bújez, instantáneas de un valor incalculable en la que los vecinos de Guadix, extras de las películas, aparecen vestidos de indios y vaqueros. Aunque la joya de su colección es la cámara de fotos que se usa en una de las escenas de 'El bueno, el feo y el malo'. «Vinieron buscando una cámara de aquella época, de la Guerra de Secesión, y mi abuelo les alquiló la más vieja que tenía y que guardaba en un almacén», detalle Bújez. Él y Eduardo Ramírez son íntimos amigos. Eduardo ya está jubilado, pero ha sido uno de los directores más queridos de la Banda Municipal de Guadix. «Entré a los cinco años. Y recuerdo tocar siempre temas de Morricone. Los tocábamos todos, en los conciertos, habremos hecho cientos de homenajes a su obra... El cine va a sentir mucho, mucho, su pérdida... Para Guadix es muy conocido. Silbas la canción y viajas a la película. Es un grato recuerdo».
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La escena inicial de 'Hasta que llegó su hora' –los tres pistoleros, la gotera, la mosca, el tren– se rodó en la estación La Calahorra-Ferreira, en los aledaños de Guadix. Allí se filmaron casi todas las escenas ferroviarias de las películas de Sergio Leone, con Sierra Nevada y la Sierra de Baza de fondo. Flagstone, de hecho, fue el primer poblado construido para un rodaje de Leone. Y Flagstone está en Guadix.
El sueño de Antonia Requena, responsable de la oficina de Turismo de Guadix, era llevar a Ennio Morricone allí, a Guadix, para celebrar un homenaje por todo lo alto. «Nos quedamos con las ganas», lamenta. Requena lleva ocho años desarrollando un ambicioso proyecto: 'Guadix de Cine'. «Aquí se han rodado más de cien películas, todas de gran calibre. El cine es una manera formidable de atraer gente», explica. Así, se planteó tres fases muy claras. La primera, ya conseguida, ha revolucionado la comarca: si visita Guadix le entregarán un folleto promocional en cuatro idiomas donde se indican las películas más relevantes que se rodaron en el casco histórico. Además, hay seis sillas de director colocadas en los puntos emblemáticos donde se situaron artistas como Sergio Leone o Steven Spielberg. «La gente se puede colocar en ellas y ver lo que veían los directores, lo que se ve exactamente en esa película». Y, entre medias de todo, claro, la gran protagonista del Guadix de Cine: la Baldwin.
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La locomotora Baldwin estuvo en –prácticamente– todos los rodajes que se hicieron en Guadix. Como dice Requena, «es la Marilyn Monroe de Guadix, la máquina a la que Hollywood le debe un homenaje». Con ella compartieron escena personajes tan memorables como Indiana Jones o el Doctor Zhivago. «Le veo un gran potencial –continúa– y la encendemos cada tres meses para moverla unos treinta metros. Esos días, la gente viene de todo el mundo para verla». Sobre la Baldwin, recuerda Eduardo Ramírez, hubo un tiempo en el que la locomotora viajaba de Almería a Guadix, hasta la Plaza de las Palomas, y allí esperaba Morricone: «Nos poníamos con la banda en la plaza, a esperar a la Baldwin, y cuando llegaba tocábamos sus temas más míticos del Oeste para recibir a los pasajeros. Era muy bonito».
Junto a la Baldwin se ha transformado un antiguo depósito en un auténtico plató de cine que invita a imaginarse como un forajido del Viejo Oeste o un intrépido arqueólogo. «En esa zona hemos colocado cartelería gigante con aquellas películas. Las primeras, la 'Trilogía del Dólar' de Leone, con Morricone de fondo».
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Cuentan que Sergio Leone viajaba en tren, hacia Almería, cuando pasó por la zona de la Calahorra y se enamoró del paraje. Por eso creó allí y no en Almería, como suele pensarse, el primer poblado del Oeste: Flagstone. Sí, el mismo Flagstone al que se dirige el tren que llega tarde en 'Hasta que llegó su hora'. «Allí aún hay restos de aquel poblado, son fáciles de ver. A Leone le enamoró el lugar, pero también la luz de la comarca y la gente, nuestra gente, la gente de Guadix, que podía ser gente de cualquier lugar del mundo».
Requena está ahora enfrascada con la segunda fase: un parque temático del cine y de Renfe. «Quiero trasformar la zona donde está la Baldwin. Y quiero preparar los primeros 8 kilómetros de la vía verde de Guadix, cuyo cañón aparece en casi todas las películas. ¿La tercera fase? Arrancar la máquina y hacer excursiones. Será una pasada».
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Y es que el Viejo Oeste parece que no está tan olvidado como parecía. En estos momentos, hay una productora internacional buscando localizaciones en el municipio granadino para rodar un nuevo western, porque la comarca sigue siendo un gran plató de cine y televisión. El año pasado, por ejemplo, vimos la Casa del Desierto, en Gorafe, en uno de los episodios de 'Black Mirror'; además de las decenas de videoclips y anuncios que utilizan con frecuencia las imponentes vistas del Mirador del Fin del Mundo.
Ennio Morricone es coautor de la banda sonora de Guadix. El otro, por supuesto, es John Williams. La fanfarria de 'Indiana Jones y la Última Cruzada' también late muy dentro de la ciudad. Cada vez que hay un evento para conmemorar el paso de Harrison Ford y Sean Connery por Guadix, fans de todo el mundo –literalmente– acuden en masa a disfrutar del gran héroe del cine. Williams fue uno de los que vino en aquel tren que anunciaba Morricone, el tren de los nuevos tiempos. Ojalá que la voz de Edda Dell'Orso, patrimonio de la vida y de la muerte, tarde mucho en sonar.
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