Rakky Ripper posa para IDEAL en Granada. PEPE MARÍN
Música

Rakky Ripper se redescubre a través del 'hyperpop'

La cantante granadina de 25 años vio frustrada una gira de doce fechas con su primer disco, 'Neptune Diamond', cinco de ellas en el Reino Unido, pero ya trabaja en su próxima evolución

Domingo, 14 de febrero 2021, 01:46

Rakky Ripper (Granada, 1995) temía que no la tomasen en serio si decía en su casa que quería dedicarse a la música, pero ese fue su sueño desde el principio. «Tengo grabaciones de mis padres bailando y cantando desde pequeña con las cintas de ... Disney, y nunca he dejado de hacerlo. Siempre he querido ser cantante, pero claro, antes no era tan fácil como ahora», apunta. De ahí que se graduase en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Granada y se formara en doblaje, modelaje y arte dramático. «He tocado todos los palos», sonríe. La revolución de las plataformas digitales le abrió la puerta a crear su propia música y no la desaprovechó. «Ahora estoy haciendo la música que siempre he querido hacer», subraya orgullosa Rakky Ripper.

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Fue durante su beca Erasmus en Stuttgart (Alemania), con veinte años, cuando se dedicó a autoinstruirse a través de Youtube en los distintos programas de producción musical disponibles de forma gratuita. Aunque ya empezó a crear sus propias canciones con quince años junto a una 'minibanda' de pop rock, 'Swart Prick', Rakky Ripper se animó cuando descubrió a Badgyal. «Solo tenía tres vídeos y me encantó. Vi que aquello era el futuro por la frescura que tenía. Si ella podía, ¿por qué yo no? Me di cuenta de lo fácil que era autoproducirse y publicarlo en las plataformas digitales y de la cantidad de artistas que estaban saliendo así. Me compré un micrófono de ochenta euros y una tarjeta y me puse a grabar en mi casa», explica.

Su primer tema se viralizó en Foroches, en 2016. «Me decían de todo. Eran los comienzos del trap en España y se reían de todos los que luego han triunfado. Recibí hasta amenazas de muerte por una frase, 'los tíos en Graná huelen peste', por la que casi me crucifican», recuerda ahora entre risas. Poco de lo que hacía entonces le representa a día de hoy, y de hecho ha procurado una limpia de canciones en sus plataformas. «He dado un cambio estilístico muy grande desde 2017, aunque me gustaba lo que hacía entonces porque era muy experimental. El reggaetón me salía algo forzado porque estaba sumándome al carro, como mucha otra gente, y no me avergüenza decirlo. Ahora sí estoy haciendo la música que llevaba tiempo queriendo hacer», reivindica.

Ha abrazado un género de reciente etiqueta bautizado como 'hyperpop'. «Es un pop electrónico y brillante, muy colorido y con mucha influencia de los 2000», explica, influida por «olas de Estados Unidos y Reino Unido». «He encontrado un sonido a medida que además es muy propio, porque mantengo cosas muy mías, aunque no deje de experimentar. Estoy muy cómoda con lo que hago; siempre he sido muy 'frikona' y súper fan del anime y del pop. Me siento yo misma. Llevo llamándome 'Rakky Ripper' desde los trece años, pero Rakky Ripper no es lo que era cuando empecé a hacer música», comparte.

En 2019 publicó 'Neptune Diamond', su primer trabajo tras varios singles. «Llevaba mucho tiempo trabajando en él junto a mi productor Eurosanto, pero no esperábamos tanta recompensa. Hubo muchas reviews positivas y personas que admirábamos nos empezaron a seguir. La única pena es que no se pudiera materializar con una gira», expresa. Y es que Rakky Ripper tenía programado el anuncio de doce fechas para el mismo día que el presidente Pedro Sánchez declaró el estado de alarma por la pandemia. «Cinco iban a ser en Reino Unido e incluía un festival en Portugal. A saber qué de cosas bonitas nos habrían pasado», suspira.

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Con todo, el pasado 19 de diciembre dio el concierto más especial de su corta carrera en Madrid. «Me lo preparé mucho y usamos visuales y atrezzo sobre el escenario. Se agotaron las cincuenta entradas que dejaba el 30% del aforo y todos eran fans y cantaban, tuvo muy buena respuesta. Allí está prácticamente todo mi público», apunta Rakky Ripper. En Madrid vivió un tiempo, de hecho, con el propósito de vivir de la música, pero no lo vio «factible». «Para vivir de esto no puedes pagar un alquiler con media jornada y crear música luego. Me jodió mucho porque allí está toda la movida, pero volví con mi familia y a día de hoy lo que gano de la música lo reinvierto en seguir haciéndola», razona.

Rakky Ripper, junto al Parque de las Ciencias de Granada. PEPE MARÍN

En sus canciones está presente el autotune como un «aporte estilístico». «No soy Mariah Carey ni Christina Aguilera pero sé cantar, tengo un buen nivel de canto. De hecho, mi último concierto lo di sin él porque nos falló, algo que para otros sería impensable. No es solo que corrija el tono, sino que le da un punto metálico a la voz y es muy guay. Hoy en día todos los grandes se corrigen con autotune. El sonido analógico de los 80, tan orgánico, ya no se hace; ahora todo está digitalizado», explica Rakky Ripper.

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Sus mayores referentes en la música son todas mujeres, entre ellas Charli XCX, SOPHIE, Björk o Grimes. «Se les da poca luz para lo vanguardistas que son», esgrime. También lo es de alguna manera su buena amiga Lola Índigo, a la que conoció por redes sociales. Ella también estuvo cerca de entrar en Operación Triunfo, en la edición de 2018. «Me quedé en el casting final», reconoce, con amistades entre quienes sí consiguieron acceder finalmente. «Desde que hablamos por primera vez mantenemos relación, hay admiración mutua y quién sabe si algún día haremos algo juntas. Lo hemos hablado, pero de momento no hay nada», sugiere.

Ya tiene preparado su próximo EP, que llevará por título 'Xtra Cost' y verá la luz el 19 de febrero, y en la actualidad trabaja en el sonido de su próximo álbum. «Le estoy dando aún una vuelta, porque quiero que sea fresco. Estoy haciendo un montón de canciones, y ya veré cuáles meto y cuáles no y con qué artistas me gustaría colaborar», cuenta. Rakky Ripper habla de su música y aún se sorprende: «Flipo con todo lo que me está pasando, todavía no me lo creo». La niña que quería ser cantante ya puede decirlo en voz alta.

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