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Hubo un tiempo en el que el cine empezaba antes de entrar en la sala. Las carteleras eran auténticas galerías de arte, mucho más que meros pósters con exceso de marketing y ningún carisma, como ahora. Pósters de películas que permanecen enmarcados en pasillos y habitaciones, contando una historia plena;un recuerdo real. Aquellos pósters (Indiana Jones, Los Goonies, Rocky, Hook, La Princesa Prometida...)se extinguieron como dinosaurios enfurecidos a mediados de los 90. La industria abandonó la artesanía por una vía más rápida, más fácil, más seductora; pero no más fuerte. 25 años después, un regreso inesperado al futuro: surge un potente mercado de coleccionistas que demandan pósters de cine como los de antes. Y, como si se tratara de un mosquito encerrado en ámbar, los dinosaurios vuelven a la vida. Son pósters alternativos, de autor, piezas exclusivas de coleccionismo por los que se pagan auténticas fortunas. Esos dinosaurios, los ilustradores, son un reducido número de artistas en el mundo. Diez, a lo sumo, en España. Yuno aquí: Juan Carlos Ruiz Burgos (1982), el Drew Struzan de Granada.
El estudio de Ruiz Burgos, en pleno centro de la ciudad, responde a los cánones del buen friki: vitrinas repletas de figuras de todos los tamaños, cómics y libros ordenados placenteramente en estanterías, las videoconsolas a los pies de una gran pantalla y un rincón de trabajo en el que parece que cualquiera podría hacerlo bien. Y, por las paredes, pósters. Uno de ellos, de la serie 'Westworld', tiene unas firmas encima. «Son de Jonathan Nolan –el creador– y de los actores de la serie. Me lo mandaron para agradecerme el póster. Fue el póster con el que empezó todo», dice. ¿Todo?, le pregunto. «Todo esto», responde mientras saca un enorme archivador negro que abre cuidadosamente. Dentro se esconden Gal Gadot, Sean Connery, Jeff Bridges, Peter Weller, Venom, John Travolta, Scarlett Johansson... «Este es mi trabajo. Pósters de cine».
Efectivamente, todo empezó con 'Westworld'. «Hice un póster de la serie porque me gustaba mucho y lo subí a Internet. Entonces, un tipo que decía ser coleccionista me escribió por Facebook y me preguntó si lo iba a imprimir. ¿Imprimir cómo?, le pregunté. Pues un grupo de coleccionistas te pagamos y nos llevamos una tirada reducida, me dijo. Me ofrecían 1.500 euros. Me pareció una locura, algo absurdo por algo que había hecho para mí. Dije que sí, claro. Ahora sé que no era tanto dinero. Ya me pagan mucho más por los pósters. Bastante más».
Tras hacer el de 'Westworld' diseñó un cartel para la película 'Ghost in the Shell', que estaba cerca de estrenarse. Y pasó lo mismo. «Desde entonces, empezaron a hacerme peticiones que me pagaban cada vez mejor: 'El gran Lebowski', 'Pulp Fiction'...» Si han leído atentamente, habrán percibido un curioso detalle en el proceso:Facebook. «Hay grupos de coleccionistas, en Estados Unidos, que se organizan para hacer peticiones a artistas. Los buscan, les piden algo y lo pagan entre todos. Son pósters alternativos, no oficiales, claro. Pero al poco de lanzar los primeros pósters, empezaron a llamarme las galerías de arte. Y eso es otro mundo».
El mercado de coleccionistas está en Estados Unidos y, la mayoría, en Austin, Texas. Allí nació la mítica cadena de cines 'Alamo Drafthouse', famosa por sus sesiones dobles de películas clásicas. Para hacer aún más especiales aquellas sesiones empezaron a crear sus propios pósters de películas. Esas ilustraciones funcionaron tan bien que la empresa que los hacía, Mondo, se independizó para crear una galería dedicada a ese tipo de material, a la fusión del cine y el arte. «Mira», señala Juan Carlos a una de sus estanterías, «ese libro tiene 400 pósters de Mondo, es una pasada». Con ese mismo espíritu nacieron otras galerías de arte como Hero Complex Gallery, en Los Ángeles; y Bottleneck Gallery y Grey Matter Art, ambas en Nueva York. Las salas más importantes del mundillo en Estados Unidos. Y en todas hay obras de Ruiz Burgos.
Estas galerías son las que se encargan de gestionar con las productoras los derechos para hacer pósters de autor oficiales de las películas. Es decir, pósters que estén avalados y reconocidos por Disney o Warner o Universal, por ejemplo. «La galería me pregunta qué me gustaría hacer y me dice si tiene los derechos. A veces, tienen los derechos de una película en general pero no puede salir algún actor o actriz en concreto. En el de 'Robocop' tuve que quitar el coche porque no teníamos el permiso de Ford. Y luego, también, te hacen propuestas de licencias que ellos trabajan en sus galerías». Entre los pósters con licencia oficial deRuiz Burgos destaca el de 'Wonder Woman', que se viralizó por redes como la chispa de 'Misión Imposible'. «Es mi póster de mayor éxito ahora mismo. Cuando Bottleneck Gallery lo puso a la venta se agotaron las dos versiones en menos de cinco minutos. Fue una locura. La directora de la película, Patty Jenkins, lo compartió en sus redes sociales». El de 'Robocop', de la Grey Matter Art, corrió la misma suerte:cinco minutos disponible. El precio de venta por unidad de los pósters de Ruiz Burgos ronda de los 50 a los 150 euros. Pero, al ser ediciones limitadas, algunos de ellos se revenden por Internet por más de 600 euros.
En la mesa de trabajo de Ruiz Burgos reina una wacom, una tableta gráfica de 32 pulgadas con la que mantiene un idilio de 10 horas al día. «Mi trabajo es digital. Dibujo sobre la pantalla. Lo cierto es que es exactamente igual que dibujar encima de un papel, pero sobre la tableta». Los dibujos están formados por numerosas capas de color y se imprimen con un primoroso proceso de serigrafía, que le da ese toque clásico que tanto gusta a los coleccionistas.«Las impresiones se hacen también en Estados Unidos, en una imprenta especializada por la que pasan todos los proyectos de este tipo. Lo que hacen es un arte», explica.
En el escritorio de su ordenador se intuyen algunos de los proyectos –secretos, aún– en los que está enfrascado ahora. «Tengo trabajo de sobra hasta fin de año, es un no parar». Una de las obras que ya está terminada es de la película 'It', de la que todavía no tiene copia en casa... pero sí un recadito:«Me escribió una de las montadoras de la película para decirme que había visto el póster, que le encantaba, que si le podía mandar uno para ella, otro para el director de la película y otro para que me lo firmaran todos y me lo reenviaran».
Una de las anécdotas más divertidas, de hecho, le pasó con un diseño de 'Crackdown 3', un juego para XBox. «Me lo pidieron para la San Diego Comic-Con. Tuve que dibujar al actor Terry Crews, que sale en el videojuego. Y le hicieron una foto posando con mi dibujo para enviármela. Me hizo mucha ilusión». Ha realizado numerosas portadas para 'The Game Magazine', entre las que destaca una ilustración de 'Star Wars' (un duelo entre Darth Vader y Luke Skywalker en Hoth) para promocionar el videojuego 'Battlefront'.
Una de sus obras fue el cartel oficial del 'SXSW', el festival más importante de cine de Austin; «empapelaron toda la ciudad con el dibujo». Y en el museo de originales que hay en las oficinas de IMAX de Los Ángeles, un retrato a lápiz, sin ordenador, del Joker de 'El Caballero Oscuro'... No está mal, ¿verdad? Una historia que comienza, curiosamente, en la sección de perecederos del Carrefour de Pulianas.
Cuando Juan Carlos Ruiz Burgos terminó en Artes y Oficios comenzó a mover su porfolio por salones y festivales. «En un Ficzone de Granada, el editor de Dibbuks me presentó a El Torres (un guionista malagueño, autor de numerosos cómics que se venden en Estados Unidos). Le gustó mucho mi trabajo y me dijo que me escribiría en breve. Al poco hice mi primera portada para 'Bribones'». Tras meter cabeza en el mundo, un agente norteamericano le contactó para guiarle por el mercado. «Me metió en una editorial pequeña, 'Red Giant', que quebró. Pero vi que se podía vivir de aquello». En estos años creó portadas para cómics de 'Sherlock Holmes', 'G.I.Joe', 'Alien' y 'El Cuervo', entre otras. Y diseñó portadas para revistas especializadas en videojuegos con ilustraciones de 'Uncharted', 'Star Wars', 'Street Fighter', 'Resident Evil'... Con esa experiencia en el sector editorial, ¿por qué sólo portadas? «Yo no sé narrar. Tú puedes saber dibujar pero si no sabes contar, no sirves. Yo soy ilustrador. Sé componer, hacer una imagen atractiva, pero no sé contar una historia en viñetas. Lo intenté, pero me di cuenta rápido de que lo mío eran las portadas de cómics. Hasta que descubrí que no lo era. Lo mío eran los pósters de cine, ¡pero no sabía que existía el mercado!»
Quizás se lo preguntó al final del primer párrafo. Si no, ya lo hago yo por usted: ¿Quién demonios es Drew Struzan? Struzan es, quizás, el autor de pósters de cine más relevante de la historia. Puede que no conozca su nombre, pero sus imágenes las ha visto miles de veces: 'La última cruzada', 'E.T., el extraterrestre', 'Rambo', 'Los Goonies', 'El Imperio Contraataca'... «Struzan es el referente de cualquiera que pinte pósters. Sus composiciones son leyenda», dice Ruiz Burgos mientras acaricia a Django, su gato, que acaba de subirse a la silla. «La gente echa de menos a Struzan. Por eso esto funciona tan bien. Antes, todos los pósters eran preciosos y la gente los ponía en su casa. Hoy no pasa». Esa gente de la que habla, sus clientes, son en su mayoría jóvenes que rondan los 40 años, niños que crecieron comprando figuras, cómics y películas «pero con un poder adquisitivo más alto».
Django lleva mucho tiempo con Juan Carlos, pero sólo conoce de oídas el prólogo a su historia. La historia de un niño que era mal estudiante, que se sacó el título de técnico de informática porque tocaba y que empezó a trabajar en un Carrefour por pura necesidad. Allí, en la sección de perecederos, decidió que iba a estudiar diseño gráfico. «Lo hice y me contactaron rápido... pero aquello tampoco me gustaba. No era lo mío... Mis amigos me decían desde siempre que dibujara. Que me dedicara a dibujar. Así que me apunté a Artes y Oficios para hacer Ilustración. De allí pasé a hacer portadas de cómics, luego encargos y, después de lo de 'Westworld', hace tres años, descubrí qué era lo mío».
Un curioso camino repleto de piedras y tropezones sin el que no hubiera llegado a una profesión tan original como inesperada. «Soy muy feliz –sigue–. Al principio tenía miedo de dedicarme a dibujar por si le pillaba tirria. Necesito dibujar. Siempre lo he necesitado. No quería perderlo. Y no lo he hecho. Estoy muy contento».
A la pregunta ¿qué quieres dibujar? Juan Carlos siempre tiene una doble apetencia: Batman e Indiana Jones. «Mis favoritos», dice. Ambos personajes volverán al cine en los próximos años. ¿No se imaginan un Ruiz Burgos como póster oficial?Ojalá. A fin de cuentas es, a todas luces, el Drew Struzan de Granada. El nuestro.
Un tatuaje de Watchen en la mano. Unas zapatillas converse de Superman. Y, en el papel, Batman con vistas a Sierra Nevada. El dibujo de una entrevista.
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