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Fran Ortiz hace una pose de break en su estudio, con el premio al Mejor Fotógrafo de Bodas del año. A la derecha, dos de sus fotos premiadas. PEPE MARÍN y FRAN ORTIZ

El granadino Fran Ortiz, mejor fotógrafo de bodas del año

Hip hop ¡clic! ·

Ha ganado gracias a su estilo original, travieso y con mucho carisma que nace de otra de sus pasiones, el hip hop

Sábado, 24 de diciembre 2022, 13:20

No había empezado y aquello ya era una fiesta. Padrinos subiendo escaleras, niños vivarachos corriendo por los pasillos, amigos colocando detalles de colores por las mesas, los del cátering poniendo orden en la cocina… Vaya, lo que viene siendo el entrañable y caótico follón previo a una boda. Entre medias, un tipo que parecía la gota de Fairy en la sartén, seguía divertido lo que pasaba a su alrededor. «¿Dónde no me esperan?», se preguntó, con la cámara de fotos colgando de sus manos. «Me voy», dijo.

Tras deambular por la casa durante unos minutos, vio la puerta del cuarto de la novia entreabierta y decidió entrar. «¡Virginia!», exclamó al ver a la novia completamente desnuda. Ella rió divertida mientras él enfocaba la cámara y colocaba su propia mano delante del objetivo, para tapar estratégicamente lo que no debía salir en la foto. ¡Clic!

Fran entra con una taza de té a su estudio, en Cenes de la Vega. Lleva dos pendientes negros, a juego con las uñas de las manos. Las zapatillas están decoradas con 'Rick y Morty'. La barba, milimétricamente moderna. Y los tatuajes de los brazos se escapan por la muñecas. «Soy Fran Ortiz, retratista», dice. «Y me gusta lo de retratista, con todo lo moderno que soy –ríe–. Fue por mi tía de Zaragoza, la Antonia. Nos preguntó a los primos a qué nos dedicábamos y yo dije que era fotógrafo. Ella dijo ¿retratista? Y me gustó tanto, me pareció tan añejo y tan real, que me lo quedé».

F. ORTIZ

En la pared hay una pizarra blanca llena de frases como esta: «Si un gato puede creerse humano y comportarse como tal, tú puedes ser lo que te rodee». Bajo la ventana, un precioso gato persa saluda a los invitados. «Se llama Unoga. Cuando lo adoptamos buscaba 'un hogar', así que lo llamamos así: un-o-ga».

El gato salta a la mesa y se pasea con elegancia entre el ordenador y una pequeña caja oscura. En la pantalla está Virginia, la de la boda, y dentro del cofre una pieza de cristal en la que se lee «Fran Ortiz. Fotógrafo del año 2022». El premio lo concede Fotógrafos de Boda, un colectivo formado por los mejores profesionales del sector. «El jurado valora la originalidad a lo largo de cuatro rondas, una cada tres meses. A mí me han seleccionado quince fotos, que es una maravilla».

Galería. Las mejores fotografías de boda de Fran Ortiz retratista.

Fran es retratista. Pero también profesor en la Escuela de Arte y en Filmosofía; mentor de fotógrafos; jurado a nivel nacional de la Federación Española de danza; e, incluso, fue campeón de lucha libre cuando era niño. Pero todo, absolutamente todo, empieza con el hip hop.

Pascone

Los que prueban

Fran Ortiz hace una fografía mientras baila. PEPE MARÍN

Una navidad, por aquello de imitar al hermano mayor, se puso a bailar hip hop en una cena familiar. «Lo hice muy mal, pero me hizo ilusión. Es algo que suelo decir: hay dos tipos de personas, los que prueban a hacer algo y los que no. Yo pruebo». Rondaba los 10 años cuando empezó a bailar break, el momento en que nació su alter ego: Pascone. «Era muy vergonzoso, así que me inventé un personaje para quitarme la vergüenza». Y ahí, bailando en la calle, empezó a hacer fotografías. «Le hacía fotos a mis colegas. Me gustaba mucho ese momento justo en el que estaban volando. Hacer esa foto es complicado, tienes que saber contar los tiempos, saber cuándo va a clavar un ocho (un movimiento). Descubrí que era muy bueno haciendo esas fotos en el aire, en un instante que dura solo unas décimas de segundo».

Del hip hop saltó a la foto urbana, a los conciertos en La Copera y, finalmente, a las bodas. «La gente ve frescura en mis fotos y eso es porque vengo de la calle, de la cercanía». Quince años en la profesión que le han valido uno de los reconocimientos más prestigiosos del sector. Porque sus fotos son, efectivamente, traviesas, picantes, rabiosamente originales y, sobre todo, carismáticas. «Yo necesito gente con carisma. Por eso no cojo todas las bodas. Si veo que no encajo con los novios, digo que no. Necesito gente que vaya a disfrutar, a estar tranquila. He estado con novias que se han manchado el vestido en mitad de la cena y me he ido con ellas a quitarse la mancha. Son ese tipo de novios con los que digo 'estos la van a clavar en el ocho', como en el hip hop».

Ortiz, con el trofeo y dos de sus fotos. PEPE MARÍN y FRAN ORTIZ
Imagen principal - Ortiz, con el trofeo y dos de sus fotos.
Imagen secundaria 1 - Ortiz, con el trofeo y dos de sus fotos.
Imagen secundaria 2 - Ortiz, con el trofeo y dos de sus fotos.

Pero no todo está en los novios, también en la mirada. «Mi inspiración son los dibujos animados, como 'Rick y Morty'. Los dos están en una movida y por la cara –chasquea– pasa otra cosa totalmente inesperada. Eso hago yo, con David Burgos, mi compañero. Me pregunto ¿dónde no me esperan? Y ahí voy. Puede ser un sitio, un ángulo, una perspectiva…».

Como aquella vez en que un aro de flores ardió en el convite o cuando el perro se llevó los zapatos de la novia. O cuando todos los playeros se quedaron mirando a los novios, vestidos de gala, saliendo del mar. O el niño llorando cuando se le cayó el arroz. O la abuela arrugando el gesto mientras ve hacer un nudo de corbata…

«Si eres, eres»

«A hacer fotos de boda me ha enseñado mi madre, Marilitas. Porque mi madre es madre y se fija en cosas que solo se fijan las madres», ríe Fran, remangándose la camiseta para mostrar un tatuaje que dice «no te tatúes más», escrito a mano y firmado por la propia Marilitas.

En el otro brazo, a la misma altura, hay otro tatu que dice «si eres, eres». «Y yo soy retratista, 24 horas al día –remarca–. Ahora, con el premio, toca apretar más el culo porque los que vienen detrás llegan con ganas. Esto es como cuando bailas hip hop: he puesto mis cartas sobre la mesa y ahora los demás van a intentar mejorarme. Tengo que ser mejor». Unoga maúlla desde la puerta justo cuando Fran hace una pose de break para la foto. Así, clavando el ocho.

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