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Miguel Gil y Miguel Ángel Pugnaire observan el cielo de Gorafe y una infografía de cómo quedará el Complejo Astronómico Los Coloraos. RAMÓN L. PÉREZ

Dos granadinos montan una colonia marciana en Gorafe para observar las estrellas

En el Complejo 'Los Coloraos' habrá dos cúpulas, dos domos y un anfiteatro desde el que organizarán conciertos, cuentacuentos y catas de vino a la luz de las velas mientras proyectan en la pantalla las imágenes que capten los telescopios

Lunes, 7 de junio 2021, 00:21

La tierra roja, el cielo azul y el sol brillando sobre todas las cosas. Los pies de Miguel Ángel Pugnaire (Almería, 1989) se hunden en el suelo, hasta el tobillo, como los del astronauta que da un pequeño paso. Con los brazos en jarras, observa la inmensidad que le rodea en el horizonte: el cerro del Jabalcón, el Mencal, Sierra Nevada, el parque Natural de Baza y la Sierra de Cazorla. «Este sitio es un privilegio», dice, mientras respira hondo. «Y desde aquí veremos el universo». Entonces, de una gran zancada, comienza a señalar espacios vacíos conforme se dibujan en sus pupilas: «Allí estarán las cúpulas con los telescopios, aquí los domos con las aulas didácticas y allí el anfiteatro. El que entre aquí –coge un puñado de tierra del suelo– pensará que está dentro de una colonia marciana. Bienvenidos –abre los brazos, con los dedos estirados– al Complejo Astronómico Los Coloraos».

Aunque ahora mismo sólo hay desierto, este terreno de 150 metros cuadrados se transformará en un lugar que parecerá sacado de un relato de ciencia ficción, una imponente estación de observación espacial que abrirá a finales de verano. Que estemos en Gorafe, el corazón del Geoparque de Granada, no es casualidad: aquí están los mejores cielos de Europa para ver las estrellas. «Llevamos dos años entre proyectos y permisos y por fin empezamos a construir en junio», explica Pugnaire. Sin moverse del sitio, despliega los planos de la estación y varias infografías que recrean cómo quedará el complejo. En la primera fase habrá dos cúpulas astronómicas donde se colocarán los telescopios y dos grandes domos (construcciones semiesféricas) de seis metros de diámetro. «En los domos estarán el aula didáctica, donde habrá una exposición de meteoritos, charlas y otras actividades; y la sala de ordenadores, para trabajar».

Miguel Ángel y Miguel pasean por el terreno donde se instalará el complejo. RAMÓN L. PÉREZ

En medio del complejo se situará la gran explanada de observación donde, además de ponencias al aire libre, habrá un sistema solar a escala, simulando las órbitas de los planetas. «Ahí sacaremos artillería pesada y colocaremos telescopios muy grandes que no están hechos para las cúpulas». Y, en la parte izquierda, se excavará un anfiteatro escalonado que contará con una gran pantalla. «El proyector estará conectado a lo que ven los telescopios de las cúpulas, ¿te imaginas?». La primera fase se completará antes de fin de año con la inclusión de un radiotelescopio de cinco metros de diámetro.

«La idea es mezclar divulgación, ciencia y entretenimiento –dice Pugnaire–. Un lugar para todos los públicos: niños, mayores, familias, colegios, grupos de amigos, asociaciones... Ofreceremos talleres y observaciones estelares, pero al tener un sitio amplio nos permite otro tipo de actividades muy interesantes». ¿Como qué? Conciertos mensuales a la luz de las velas mientras proyectan la salida de la Luna en el anfiteatro, cuentacuentos mágicos, clases de yoga en la puesta del sol, una cata de vino bajo las estrellas... «Vamos a acompañar la astronomía con mil actividades que maridan muy bien».

Infografías y sección del complejo Los Coloraos.
Imagen principal - Infografías y sección del complejo Los Coloraos.
Imagen secundaria 1 - Infografías y sección del complejo Los Coloraos.
Imagen secundaria 2 - Infografías y sección del complejo Los Coloraos.

Este será, por supuesto, un lugar de ciencia. «Colaboraremos con el Instituto de Astrofísica de Andalucía, el de Canarias y con otros proyectos nacionales e internacionales. Ofreceremos que la gente vea cómo se trabaja en ciencia, que se sienten cerca de los investigadores y vean cómo se obtienen los datos, que pregunten, que hagan fotografías... Que sea un punto de encuentro». Además, habrá un huerto astronómico, esto es, una pequeña parcela donde los usuarios puedan dejar sus telescopios y hacer astronomía en remoto. «Así, gente del hemisferio sur podrá ver nuestro cielo en directo». El complejo quedará listo a finales de verano, así que el sueño se hará, por fin, realidad. Pero, un momento, ¿quién ha montado todo esto y por qué?

Soñadores

Entre el centro de Gorafe y el Complejo Astronómico Los Coloraos hay un par de kilómetros. A mitad de camino aparece Miguel Gil (Granada, 1964), el otro impulsor de este proyecto. «Esto es puramente vocacional. Creemos que no hay nada parecido en España que combine tantas cosas». Es tan vocacional, de hecho, que ellos han realizado toda la financiación del proyecto: algo más de 100.000 euros. «Aunque para las siguientes fases esperamos subvenciones públicas. Nos está ayudando el Grupo de Desarrollo Local de Guadix y parece que subvencionará la mitad, con lo que podremos empezar a plantear la siguientes fases».

Los soñadores. R. L. PÉREZ

Miguel Gil es un experto en marketing que, después de trabajar en varias multinacionales y terminar en la industria farmacéutica, le dio un vuelco absoluto a su historia. «Decidí que lo que me restaba de vida iba a hacer lo que más me gustaba –confiesa Gil–. Así que empecé a combinar la fotografía y la astronomía y es a lo que me dedico ahora». El granadino organiza safaris y rutas fotográficas por el Geoparque y divulga, con Miguel Ángel, los secretos del universo. Miguel Ángel Pugnaire, por su parte, es médico de familia en Zújar y vive en Baza con su familia. «La astronomía y la ciencia me han gustado siempre –recuerda Pugnaire–. De pequeño vendí mi Playstation 2 para comprar un telescopio. Aunque fue en 2015 cuando me reenganché otra vez. Para mí ha sido una vocación constante, desde que veraneaba en Fuente Vaqueros, todas las noches mirando arriba... De allí me viene la vena de las estrellas».

«Hemos pasado años recorriendo la provincia, creando afición por la astronomía»

Una tarde de la primavera de 2015, Leonardo, dueño de una tienda de fotografía de Guadix, presentó a los Migueles y se entendieron a la perfección. Empezaron a organizar observaciones estelares en plazas, pueblos y miradores. «Hemos pasado años recorriendo la provincia, creando afición por la astronomía. Hasta que vimos la oportunidad de montar el complejo», dice Miguel Ángel, que tiene una facilidad innata para contagiar su pasión por la ciencia. «Ver las estrellas es bonito. Pero que te las expliquen como te lo explica Miguel Ángel, eso es impagable», apunta Gil.

La construcción y el montaje será tan rápido, cuestión de un par de meses, porque todas las estructuras son prefabricadas y no necesitan apenas obra. «Hay que sumar el aparataje electrónico, los programas, las instalaciones... pero a final de verano podremos montar observaciones, aunque no esté totalmente optimizado el complejo».

R. L. PÉREZ

Pero todo esto no hubiera sido posible sin un protagonista tan evidente como carismático: el pueblo de Gorafe. El propio Gil, hace ocho años, fue el promotor de la certificación Starlight para los cielos de Gorafe, un título que colocaba en el mapa del turismo astronómico al municipio granadino. «El apoyo del pueblo ha sido decisorio y fundamental para el proyecto –sigue Gil–. El Ayuntamiento y sus 400 vecinos sienten que esto es algo suyo y se han implicado muchísimo. Fíjate, por ejemplo, cuando hacemos una observación el pueblo se apaga por completo para ver un anochecer natural y disfrutar de la vía láctea como los primeros pobladores, tan importantes en esta zona».

El verano pasado, el de la pandemia, los Migueles realizaron veinte observaciones nocturnas en distintos pueblos de Granada, con un mínimo de cien participantes por sesión. «La primera que hicimos en Gorafe trajo más de doscientas personas. Eso da una idea de hasta donde puede llegar esto», indica Gil. Si a eso le suman la belleza indiscutible del Geoparque, absolutamente abrumadora y salvaje, la colonia marciana de Los Coloraos será un destino brillante en Granada.

«Si viéramos el complejo desde el cielo, a vista de pájaro, veríamos la constelación de Orión dibujada en el suelo»

Fotografías nocturnas realizadas en el cielo de Gorafe. MIGUEL GIL
Imagen principal - Fotografías nocturnas realizadas en el cielo de Gorafe.
Imagen secundaria 1 - Fotografías nocturnas realizadas en el cielo de Gorafe.
Imagen secundaria 2 - Fotografías nocturnas realizadas en el cielo de Gorafe.

Antes de marcharse, Miguel Ángel mira al cielo y señala emocionado a la figura que baila sobre sus cabezas. «¡Mirad! ¡Un águila!». El ave realiza un vuelo preciso sobre la tierra roja hasta que, tras un giro elegante, se marcha por el Jabalcón. «¿Sabes? –termina el médico, con una sonrisa cómplice– Si viéramos el complejo desde el cielo, a vista de pájaro, veríamos la constelación de Orión dibujada en el suelo, entre las cúpulas, los domos y la plataforma». Ya ven. El cielo de Gorafe se refleja en la tierra. Y viceversa.

R. L. P.

'Breve guía del Cosmos', un libro para empezar el viaje

Miguel Ángel Pugnaire acaba de publicar ' Breve guía del Cosmos ' (Editorial Sonámbulos, 2021). «Es un libro pensado para el aficionado que da sus primeros pasos en el fascinante mundo de la astronomía, pero también para aquel que gusta descubrir pequeños detalles que antes haya podido pasar por alto». Una completa guía repleta de bocetos, infografías e, incluso, viñetas cómicas (realizadas por Jesús Carmona, de Astronoches). Pugnaire lleva años tomando notas y dibujando lo que ve en el cielo, un contenido que comparte en su blog ' El Nido del Astrónomo '. «Tengo publicadas unas tres mil páginas en el blog. Hay tanto, de hecho, que ya tengo proyectado otro libro».

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