Granhada y el arte del asombro

Da igual lo que le cuenten de 'La magia te transforma', porque no hay palabra o imagen que iguale la experiencia. Es el asombro, el más puro y sincero asombro continuado a lo largo de cinco capítulos y seis magos internacionales hilvanados por el genio de la lámpara de Granada: MagoMigue. «Vamos a hacer un viaje maravilloso por medio planeta –arrancó el granadino–. ¿Estáis preparados para la magia? Desde Corea del Sur...».

Manho Han se vino a Granada de ¿compras? El coreano subió al escenario prácticamente desprovisto de todo y terminó con gafas nuevas, tirantes llamativos, unos zapatos brillantes... y todo salió de un puñado de revistas de papel que se transformaron en bolsos con ropa dentro y pelotas que cambiaban el color de la tela delante de los presentes... ¿Cómo? Ni idea, pero fue alucinante. «Que tiemblen en el Nevada», bromeó MagoMigue, antes de presentar al siguiente artista. «Desde Rusia con amor...».

La guerra sorprendió a Artem Shchukin fuera de su país y todavía no ha regresado. Lleva dos años trotando por el mundo, realizando espectáculos de magia que convierten los escenarios en una extensión de su hogar. Shchukin, con aires de dibujo animado, apareció detrás de un sombrero y solo necesitó una carta y una bola para que el teatro realizara un viaje de película.

MagoMigue jugó magistralmente con los sentidos del público –qué risas– como prólogo a la enorme ilusión que estaba por llegar. «Desde Barcelona...». Ramó y Alegría trajeron un número que lo ha ganado todo, entre otras el Primer Premio Europeo de magia en la categoría de Grandes Ilusiones. ¿Hubo alguna vez un duelo de espadas, bueno, de paraguas más emocionante sobre una caja de cartón? No, sin duda.

«El siguiente artista –continuó MagoMigue, tras atarse los cordones– trae una obra de arte dramágico, desde Guadalajara...». Gonzalo Albiñana, Campeón de Magia en España 2023, propuso una velada de sombras y miedos que generaron una emoción muy diferente. Lo de Albiñana fue pura poesía y una motivación formidable para ser rematadamente valientes. Qué pequeño y qué grande, qué sencillo y qué complicado: qué cosa más bonita, más mágica.

¿Que cómo sacó MagoMigue la carta en la que estaba pensando Nacho, de 8 años? «Esto es Hocus Pocus, amigos», dijo el maestro de ceremonias, que recordó cómo, en 2003, ganó el Campeonato del Mundo de Magia. «Ese año, junto a mí, ganó otro caballero. Dos décadas después tengo el honor de presentar a mi queridísimo amigo, uno de los mejores artistas del mundo, desde París...». Norbert Ferré, «un gabacho», apareció en el escenario con las piernas retorcidas y la sonrisa de oreja a oreja.

«Un gabacho bueno», añadió, con sus zapatos nuevos y una caja repleta de sorpresas. Entonces bailó con los pies y con las manos y de una pelota salieron cinco y de las cinco se quedó una bien colocada, como una nariz de payaso. Ferré abrió los brazos y cientos de desconocidos aspiraron aire para soltarlo con un «oh» infinito que se mezcló al instante con una carcajada terriblemente fácil de traducir. La sonrisa dura todavía.