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Pepe Bellido en el taller. Ramón L. Pérez
La guitarra granadina está de luto

Obituario en Granada

La guitarra granadina está de luto

Casi más que un constructor de guitarras, Pepe Bellido destacaba por su generosidad y buen corazón, el mismo que le ha fallado

Jorge Fernández Bustos

Viernes, 10 de mayo 2024, 15:39

José López Bellido, Pepe Bellido, uno de los guitarreros más queridos de Granada murió en la mañana de este viernes. Llevaba varias semanas ingresado por una operación de corazón. No ha podido superarla.

López Bellido nació en Granada, el año 1943. A muy temprana edad, entró a trabajar en el taller de Eduardo Ferrer como aprendiz, en el que pasó catorce años, hasta que, en el año 1968, decidió independizarse y abrir su propio taller en la Cuesta Gomérez, donde ha construido sus guitarras hasta su jubilación en 2012. Cabe destacar además de su genialidad como constructor, su labor como maestro de grandes constructores como Antonio Raya Pardo o Martin Bernd.

Pero casi más que un constructor de guitarras, Pepe Bellido destacaba por su generosidad y buen corazón, el mismo que le ha fallado. En 2021, en plena pandemia, repartió 10 millones de euros, que le habían tocado en la Lotería de Navidad, entre sesenta familias necesitadas («gente que las estaba pasando canutas», dijo en aquella ocasión). Cuando veía que se apagaba alguna de las reuniones o encuentros que mantenía constantemente con sus amigos; él era el encargado de romper la tristeza y la seriedad. Enseguida cogía la guitarra y se ponía a tocar y a cantar. Destaca también su buen humor y su gracia contrastada.

En 2021, en plena pandemia, repartió 10 millones de euros, que le habían tocado en la Lotería de Navidad, entre sesenta familias necesitadas («gente que las estaba pasando canutas», dijo en aquella ocasión)

Para mí y para todos los aficionados era un gran entendido del flamenco, sobre todo del mundo de la guitarra. Después de cualquier concierto, lo buscaba con la mirada y me acercaba a él, para saber su opinión, sobre todo si había algo en el toque o en el entendimiento del guitarrista y el cantaor que no me encajaban. Siempre estaba acertado y, aunque no comprendiera los últimos devaneos de los flamencos, respetaba a todo el mundo y hacía por entenderlos.

Las sonantas de Granada sonarán hoy con menos brillo y sus maderas parecerán menos nobles, pues nos ha dejado Pepe Bellido, para construir guitarras celestiales.

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