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González Alcantud muestra la ficha con sus huellas que figuran en sus documentos de detención en 1975 y 1977. JORGE PASTOR
Las huellas de los últimos granadinos detenidos por el franquismo
Historia

Las huellas de los últimos granadinos detenidos por el franquismo

El profesor José Antonio González Alcantud recibe 50 años después los papeles de sus dos arrestos en la antigua Jefatura Provincial de Policía en la plaza de los Lobos

Jorge Pastor

Granada

Lunes, 2 de septiembre 2024, 23:12

Fu el 27 de septiembre de 1975. José Antonio, encarcelado en la prisión de Granada por «asociación ilícita y actividades subversivas», escuchaba Radio Francia Internacional en una pequeña radio de pilas que escondía debajo de su almohada. La emisora gala, el principal referente informativo de los contestatarios al franquismo, informaba del fusilamiento de tres miembros del Frente Antifascista y Patriota (Frap) y de Eta Político Militar, las últimas ejecuciones antes de la muerte de Franco el 20 de noviembre de ese mismo año. «Fui el encargado de darle la noticia a todos los compañeros en el patio de la cárcel», recuerda. «No temimos por nuestra vida, yo al menos, pero aquello nos estremeció», aclara.

José Antonio González Alcantud, coordinador en aquel momento de la Organización Sindical de Estudiantes, es hoy día catedrático de Antropología de la Universidad de Granada y acaba de recibir, casi cincuenta años después, el expediente de sus dos detenciones, en 1975 y en 1977, que se guardaba en los archivos del Ministerio del Interior.

Faschada principal, en la calle Duquesa, de la Jefatura Provincial de Policía. JORGE PASTOR

González Alcantud es una de las diez firmas que han escrito 'Plaza de los Lobos 1968-1977', un libro que recoge las memorias de estudiantes de la UGR que fueron apresados entre 1968 y 1977 por razones ideológicas, que pasaron por los calabozos de la Jefatura Provincia de Policía en la plaza de los Lobos y que sufrieron en primera persona los últimos zarpazos de la Dictadura.

Ventana de uno de los calabozos de la comisaría de plaza de los Lobos. JORGE PASTOR

«Solicité los papeles al Ministerio del Interior hace un par de años, con la incertidumbre de que hubieran desaparecido con la Ley de Amnistía de 1977, cuando se hizo borrón y cuenta nueva, pero finalmente me llegaron a principios de agosto, durante mi estancia en la Universidad de Berkeley (California, Estados Unidos)», explica el profesor de la UGR ante las puertas del edificio de la plaza de los Lobos. En el dossier remitido por Interior, de cuarenta y cuatro páginas, figuran las declaraciones ante el juez, los informes de entrada y salida de la penitenciaría de Granada y una ficha con sus huellas dactilares.

Le ingresaron en prisión por «asociación ilícita» y le pusieron una multa de 300.000 pesetas

¿Cómo fueron aquellas tres jornadas en plaza de los Lobos? Empecemos unos días antes. González Alcantud, en su condición de cabecilla de la Organización Sindical de Estudiantes –un ente que defendía la democracia directa asamblearia a la manera del 68 francés– participó en una reunión clandestina en las puertas de la piscina Miami. «A mí se seguía desde hacía tiempo un agente de la Policía Política que iba disfrazado de vagabundo –rememora el profesor–; me encausaron después de entrar en mi domicilio familiar buscando indicios de mis actividades», dice.

Placa de la Universidad de Granada que recuerda que hubo muchos estudiantes que estuvieron en el calabozo por sus ideas. JORGE PASTOR

Hallaron, entre otros documentos 'delictivos', una edición de 'El Principito' de Antoine de Saint-Exupéry, que cubrió la Guerra Civil como reportero gracias a un permiso del Gobierno republicano. Una 'prueba' más que suficiente en aquellos momentos convulsos por las movilizaciones nacionales e internacionales por la pena de muerte de los militantes del Frap y de Eta Político Militar. En Granada también hubo jaleo que se coció, precisamente, en aquella cita furtiva en la Piscina Miami.

Paliza

En la comisaría de la Plaza de los Lobos, comprada en su día por la Universidad de Granada como Lugar de Memoria –hay un proyecto de rehabilitación–, González Alcantud fue recibido con una paliza. «Me metieron en un calabozo que se hallaba en el sótano, iluminado con una luz cenital y donde había una manta de la Guerra Civil». «No nos daban de comer –en aquella 'razia' hubo varios arrestados– y a mitad de la noche me llevaron a mi casa para interrogarme», relata González Alcantud.

Por la calle de la Jefatura Provincial de Policía. JORGE PASTOR

El juez decretó su ingreso en la PrisiónProvincial de Granada y le condenó a una multa de 300.000 de las antiguas pesetas, «lo que valía un piso por aquel entonces». «Una sanción que no podíamos pagar y que fue apelada por mi padre», refiere González Alcantud, por aquel entonces un joven estudiante de menos de veinte años en la Facultad de Filosofía yLetras. «Los presos políticos estábamos diferenciados de los comunes en una especie de comuna», narra González Alcantud. «Solo teníamos contacto con el exterior a través de nuestros abogados, en mi caso Jerónimo Páez, y mediante un transistor que cada día oíamos uno».

Expediente de detención. JORGE PASTOR

En 1977, dos años después del fallecimiento de Franco, González Alcantud fue nuevamente detenido por las protestas por la matanza de abogados laboralistas de Atocha.La intermediación del entonces decano de la Facultad, JesúsLens, fue definitiva para su rápida puesta en libertad. Al año siguiente fue destinado a hacer la milicia en el Regimiento Mixto de Ingeniería número 1 de la División Acorazada Brunete, donde acabaron muchos de los disciplinados. «Ahí sí temí por mi vida, hasta el punto de tener que cargar el fusil en alguna ocasión», asegura. Una historia pendiente de escribir.

González Alcantud muestra el libro editado por la UGR. JORGE PASTOR

Fue hace 50 años y sí, parece que fue ayer.

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