La escritora sueca Marit Kapla estará en la Feria del Libro este sábado. OLA KJIELBYE

Marit Kapla | Escritora y periodista

«Es importante hablar de lo que el campo ha perdido»

Presenta este sábado en la Feria del Libro su obra 'Osebol' (Capitán Swing), donde pone voz a las vidas silenciadas de los vecinos de su pueblo natal

Sábado, 27 de abril 2024, 00:07

Marit Kapla nació en el pueblo sueco de Osebol en 1970. Periodista y escritora, cineasta y en su día miembro del jurado del Festival de Cine de Cannes, pasará por Granada esta tarde para presentar en la Feria del Libro la obra que ha dedicado ... a su pueblo natal, publicada por Capitán Swing, un fresco lleno de personas pintado a ritmo de verso.

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–¿Es 'Osebol' una alegoría de la grandeza que existe en las pequeñas cosas?

–Realmente no lo escribí como una alegoría, sino que estaba obsesionada con todos los detalles fascinantes de la realidad. Pero cuando lo terminé y lo leí desde la primera página hasta la última, sentí que también era un libro sobre temas existenciales. Espero que el libro 'Osebol' pueda ser muchas cosas diferentes, dependiendo de quién sea el lector.

–¿Qué encendió la 'chispa' de este libro? ¿Cuál fue esa primera mirada?

–Mi primera decisión fue escribir un libro. Es algo que he querido hacer desde que era niña. Cuando tenía 45 años me di cuenta de que tenía que empezar a trabajar en ese libro si algún día iba a escribirse.

Mi segunda decisión fue escribir un libro sobre Osebol, el pueblo donde crecí. Probablemente hay muchas razones por las que sentí que Osebol tenía que ser el tema de mi primer libro. Una razón fue que había notado que la discusión pública sobre la ciudad versus el campo se había vuelto más aguda e intensa durante las últimas décadas. No es productivo crear antagonismo entre la ciudad y el campo, porque ambos dependen uno del otro. Pero es importante discutir lo que el campo ha perdido y sigue perdiendo para que no quede desatendido.

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También entendí que Osebol se había convertido en un lugar exótico para mucha gente. La mayoría de los niños en Suecia hoy crecen en una ciudad o pueblo, no en un pueblo. Vivía en Gotemburgo desde 1998 y mi familia abandonó Osebol en 2007 cuando mi padre enfermó. Me di cuenta de que incluso yo me había convertido en una de esas personas urbanas que no tienen idea de lo que sucede en un pueblo como Osebol. Cada vez que leía en el periódico una noticia sobre el campo, parecía presentada con muchos prejuicios. No reflejaba la rica e interesante vida cotidiana que conocí en Osebol. Eso me hizo enojar mucho. Todas estas cosas me hicieron querer escribir un libro sobre Osebol.

–Cuando mira al cielo como lo hacen los habitantes de Osebol, ¿le parece la Tierra más pequeña?

–Es cierto que las estrellas son más visibles en Osebol que, por ejemplo, en Gotemburgo, donde vivo ahora. Las noches son más oscuras por la ausencia de luces de la ciudad. El tiempo te está afectando más en el campo. En ese sentido la vida es un poco diferente. Tienes que quitar la nieve del exterior de casa y arreglar tú mismo la calefacción del interior de la casa, nadie lo hace por ti. Pero me resulta imposible decir si los habitantes de Osebol consideran el mundo tan pequeño como alguien que vive en la ciudad. Cuando vivía en Osebol, pensaba que el mundo era más grande de lo que lo veo ahora, pero supongo que eso se debía a que era una niña y una adolescente.

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–Familias rotas, padres en paradero desconocido... ¿Es este un libro tanto de los presentes como de los ausentes?

–Sí, creo que lo es. Cuando hice las entrevistas con la gente de Osebol, descubrí cuánto hablas de otras personas cuando hablas de ti mismo. Los seres humanos dependen unos de otros. Quizás eso sea más visible y obvio si vives en el campo. Al menos, es algo que quería resaltar en el libro.

–¿Dónde encontró el «ritmo» que impregna todo el libro?

–Me alegra que perciba usted ritmo en 'Osebol' pero es muy difícil para mí decir algo sobre su origen. Cuando trabajé en el libro, escuché las voces de las entrevistas una y otra vez. Leí las transcripciones y traté de hacer justicia a lo que percibí como las cosas más importantes que se dijeron, incluso si se dijeron entre líneas.

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Puertas abiertas

–En un lugar donde suceden muchas cosas a puerta cerrada, ¿cómo logró que estas historias traspasaran el umbral de las puertas?

–Cuando decidí escribir un libro sobre mi pueblo natal, decidí que lo escribiría como lo habría escrito la escritora bielorrusa Svetlana Alexiévich. Eso significaba que iba a entrevistar a la gente que vive ahora en Osebol y a basar el libro en lo que me contaron, porque ellos son los actuales expertos en la vida en Osebol. Casi todos los habitantes del pueblo en el momento en que hice las entrevistas, en 2016 y 2017, aceptaron ser entrevistados. Parecían muy felices de hablar de sus vidas, tanto de las dificultades como de los momentos felices. Todos han aceptado lo que está impreso en el libro. Mi impresión es que la mayoría de la gente quiere hablar de sus experiencias, recuerdos y opiniones, solo hay que preguntarles.

–En nuestro país utilizamos el concepto de 'España Vaciada' para describir lo que ocurre en los pueblos pequeños. Pero Osebol no parece estar muy vacío...

–Creo que es un poco injusto llamar a un lugar 'muerto' o 'vacío'. Por supuesto, deberíamos hablar de por qué la gente se ha estado trasladando del campo a las ciudades durante varios cientos de años, y deberíamos hablar de cómo eso está afectando a las personas, a la sociedad y a las naciones. Pero la vida en los pueblos pequeños es, de hecho, tan interesante y emocionante como la vida en una gran ciudad, y las personas que viven allí son tan similares y diferentes entre sí como todos los demás. De eso quería escribir en 'Osebol'.

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–¿Qué significa para usted estar en Granada?

–He estado en España varias veces antes y siempre es un placer. Esta vez estoy muy feliz de visitar por primera vez el pueblo natal del gran autor Federico García Lorca. También será muy interesante formar parte de la Feria del libro de Granada. Mi ciudad natal, Gotemburgo, es también una ciudad literaria de la Unesco, al igual que Granada. Mi plan es ir también a la Alhambra, que siempre he querido ver.

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