Juan Van Halen, cabecilla de la masonería y protagonista de una biografía escrita por Pío Baroja. R. C.

Inquisidores contra masones en Granada

El profesor Ismael Ramos narra en 'Heliópolis', el papel protagonista que tuvo la capital en una lucha digna de una película de espías

Jueves, 27 de julio 2023, 23:43

Cuando el peor rey de la historia de España, Fernando VII, volvió de Francia, comenzó uno de los periodos más negros del devenir de nuestro país. Granada era una ciudad donde el concepto de libertad emanado de la Constitución de 1812 había prendido con inusitada ... fuerza, que había resistido al invasor con todos los medios posibles (recuérdese el episodio del Museo Josefino) y que no se resignó a sufrir la más cruel de las dictaduras por parte de la camarilla del 'rey felón'. Este es el escenario en que se desarrolló una guerra sin cuartel, aunque sin muertos conocidos, entre dos facciones irreconciliables: la ya moribunda Inquisición, convertida en una suerte de Gestapo, y la masonería, transformada en un foco ideológico y factual de resistencia al absolutismo. Las calles de Granada albergan el secreto de aquella lucha, que el profesor e investigador Ismael Ramos desvela en 'Heliópolis. Inquisidores contra masones', su nueva obra, publicada por Editorial Masónica.

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EL conde de Montijo, tío de Eugenia la emperatriz, estuvo en la cárcel de la Inquisición hasta 1820 R. C.

Esta obra ha llevado a su autor 12 años de trabajo, y está construida a partir de fuentes directas, siendo entre ellas la más importante los llamados 'Papeles reservados de Fernando VII', 118 tomos conservados en el Archivo General de Palacio, en Madrid. «Eran documentos que el rey retiró del Archivo General, por tener un contenido especialmente sensible», afirma Ramos. El Archivo de la Inquisición y el de algunas chancillerías han completado sus pesquisas. En ellos descubrió que Granada fue la sede de la masonería española durante el Sexenio Absolutista (1814–1820), una ciudad a la que tanto inquisidores como masones asignaron el nombre en clave de Heliópolis. «La primera masonería netamente española surge en Granada, y desde aquí se dirige la conspiración que llevará al pronunciamiento de Riego en 1820», asegura el investigador.

El profesor e investigador Ismael Ramos, autor de 'Heliópolis'. J. A. M.

Entre los personajes clave de este enfrentamiento está, por la parte masona, el conde de Montijo, tío de la futura emperatriz de Francia, Eugenia, encerrado en la cárcel de la Inquisición hasta 1820, y Juan Van Halen, un personaje emparentado con Carlomagno, que fue teniente general del ejército belga, mayor del ejército ruso y mariscal de campo del ejército español. Como gran maestre, aparece muy probablemente la figura del diplomático Carlos Beramendi, empeñado en restablecer el orden constitucional. El lugar de sus 'tenidas' era la actual Casería de Montijo, en una especie de cueva rodeada un foso de agua. Entre los inquisidores generales, destacan los nombres de Mier y Castillón y Salas.

La cárcel secreta de la Inquisición, en la calle Marqués de Falces, según los planos hallados en la British Library. R. C.

La guerra entre masones e inquisidores la inicia la delación de un infiltrado, que vende unos papeles en clave donde se cuenta la operativa de la logia granadina. Esta delación da origen a la llamada 'Causa Van Halen', un procedimiento que hizo implosionar a la propia Inquisición al descubrirse que entre los 'hijos de la viuda' había eclesiásticos, inquisidores y altos cargos del gobierno fernandino. Toda una trama de agentes dobles que intercambiaron mensajes en clave, algunos escritos con sangre desde la cárcel. El propio Van Halen fue torturado en un procedimiento que se revela en el libro, perfectamente pautado, en el que el secreto era la norma. Así, nadie sabía por qué lo detenían, ni los funcionarios sabían quién era el reo, y los traslados se hacían de manera oculta. La cárcel secreta de la Inquisición estuvo situada en la calle Marqués de Falces. También se usaron las mazmorras de la Alhambra para ocultar a reos, sometidos a torturas psicológicas y a veces físicas, respaldadas por informes médicos de la época.

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La 'camarilla' de Fernando VII, representada en el lecho de muete del rey. R. C.

En aquella cúpula masónica granadina estaban también el general Campo Verde y Sandino, funcionario de Correos al que la Inquisición sometió a vigilancia extrema. Van Halen ideó un sistema de pirotecnia para comunicarse, y fue maestro en la creación de pistas falsas que confundían a los inquisidores. Los masones untaban los sobres con azufre para detectar manipulaciones, y empleaban mensajes en clave como «he perdido un reloj que marcaba las diez», para que el receptor entendiera que debía hacer una cosa u otra. Sin duda, un episodio de nuestra historia que merece la pena conocer en profundidad.

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