Miércoles, 2 de marzo 2022, 00:33
Jacinto Rodríguez (Íllora, Granada, 1954) tiene tras de sí una amplia carrera como artista. Retirado en el Torreón de Cotillas de Ogíjares tras una larga carrera como docente, lleva el arte en las venas desde siempre. Su curiosidad le llevó a acercarse a la figura ... de Boabdil desde que era muy joven: «Quizá lo que más me conmovió fue esa sentencia que le acompaña, y que para generaciones ha supuesto una mancha en su carácter, tachándole de cobarde. Ese «Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre», que se atribuye a su madre cuando ambos iban camino del exilio».
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Para Rodríguez, la muestra 'Una mentira contada mil veces', que se puede ver en la Fundación Euroárabe hasta el próximo 11 de marzo, supone saldar una deuda pendiente con un personaje que no merece el destino que una historiografía torticera le otorgó durante siglos, en pro, según afirma, «de una propaganda nacionalcatólica impuesta por la dictadura». Pero Abú Abd Alláh Muhammad ibn Ali il-Hassan, el nombre completo del último rey musulmán de Granada, no solo fue maltratado por la historiografía castellana. También existe en el mundo musulmán sobre todo a ciertos niveles, el convencimiento de que pudo hacer más para conservar su reino.
La labor de desinformación practicada por personajes como Fray Antonio de Guevara, que convirtió una simple habladuría en verdad histórica, según Rodríguez, y luego mantenida por diversos cronistas, ha surtido su efecto hasta el día de hoy. Por ello, a partir del legendario 'manuscrito carmesí' donde Boabdil habría narrado su vida, el artista ofrece al visitante un recorrido por ese Boabdil desconocido para la mayoría.
Las obras, todas ellas realizadas en óleo sobre lienzo, muestran diversos aspectos de la biografía más o menos histórica de Boabdil. Conmueve muy especialmente el cuadro que aparece en el cartel de la exposición, titulado '¿Lloras...?', y en el que se muestra a un monarca joven sobre un caballo blanco, vestido del mismo color y que observa su palacio desde la colina de enfrente. Una imagen que sirve como excusa para contar parte de su historia: su exquisita formación humanística, su sensibilidad... Entre esta y la imagen crepuscular representada en '¿Y cómo se llama mi ciudad?', con un rey anciano y de memoria frágil, desfilan personajes tan importantes en la vida del monarca como sus dos reinas, la ambiciosa Aixa, la cual «quería ser reina más que yo rey», y la joven y desgraciada Moraima, muerta en Laujar a consecuencias de un parto. También Farax, ese guerrero que fue, según la leyenda, el amante del rey, y a quien Boabdil lloró durante mucho tiempo. En 'Las capitulaciones de Santa Fe', Boabdil porta en sus manos el documento de su desdicha. Rodríguez consigue que el visitante se identifique con ella y con el corazón del rey.
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