«Conjuga el rigor histórico de un terrible caso real con el suspense de un thriller»

–Su interés por el asesinato que da pie a 'La Cuarta Bestia' viene de lejos.

–Me lo encontré de sorpresa. Hace unos 15 años, aproximadamente, yo estaba indagando sobre la vida de un maquis muy famoso que era de Castillo de Locubín, Tomás Villén 'Cencerro', sobre el que luego escribí el libro 'Cencerro, un guerrillero legendario'. Entrevistando a los más ancianos del pueblo me decían: pero si aquí ha habido cada caso... y entonces me contaron este. Yo me quedé impactado. Tomé nota, terminé el libro de 'Cencerro' y al poco tiempo empecé a buscar información sobre este caso.

–¿A qué fuentes acudió?

–Me fui a la Chancillería de Granada buscando el sumario, que por cierto lo robaron para que no se conocieran detalles escabrosos. El único documento que se conserva ahí es la sentencia, pero el proceso entero lo hicieron desaparecer. En la hemeroteca, sobre todo periódicos de tirada nacional, he encontrado mucha información del juicio, las declaraciones y las ejecuciones públicas con la que he podido reconstruir la historia.

–El crimen se cometió en 1898.

–Sí, un año de triste recuerdo para la historia de España. España perdió Cuba y sus colonias de ultramar, dejó de ser un imperio y Estados Unidos se estableció como primera potencia mundial. El desastre del 98 no fue más que un reflejo de la crisis española marcada por esa España profunda, por el subdesarrollo, la injusticia social y la pobreza. En el ámbito rural, estos problemas se agigantan en una sociedad hermética, profunda y muy religiosa, hasta el punto de producirse situaciones delirantes como las que se describen en esta novela y que te ponen los pelos de punta.

–Aborda el crimen, pero también otros temas de calado con don Virgilio.

–Se tocan interesantes aspectos colaterales. La novela está escrita con la técnica literaria del flashback, un recurso utilizado con frecuencia en cine y televisión, por eso es muy cinematográfica. Se alternan secuencias cronológicas de la historia trasladando la acción al pasado. Así, se entrelazan dos historias distantes en el tiempo: por un lado, lo que está ocurriendo en 1898 y, por otro, el tiempo actual que es mi viaje a Madrid para entrevistarme con don Virgilio, un viejo abogado retirado que sabe más de lo que dice y que me va a aportar claves para el conocimiento de este insólito caso. Con él sostengo fascinantes conversaciones sobre el móvil del crimen, el modus operandi, el juicio, los puntos que nunca se aclararon en el proceso, la sociedad de aquel tiempo, la existencia o no del crimen perfecto, la mentalidad psicopática o incluso la habilidad de algunas personas para leer los ojos.

–Usted defiende ahí que no existe el crimen perfecto.

–No existe, eso lo sostengo. Si un crimen se queda sin resolver es por una investigación imperfecta, nunca porque el crimen sea perfecto.

–Siempre quedarán flecos, ¿no?

–Claro. Es que el criminal, aunque sea muy experimentado, no puede preverlo todo. No puede prever un testigo de última hora, una marca de un frenazo, una colilla o un pelo que se cae. Al final siempre hay algo. Otra cosa es que se sepa descubrir o no.

–La defensa intenta probar en el juicio la «imbecilidad» del acusado. ¿Se quería justificar por la vía del trastorno mental la maldad humana o de verdad había indicios de enfermedad?

–El abogado del asesino intentó demostrar que su defendido tenía rasgos imbéciles. La imbecilidad era una enfermedad mental y no, no lo consiguió porque no los tenía. El juicio es real, están las declaraciones en la prensa. Además, tengamos en cuenta que a finales del siglo XIX no había las técnicas de policía científica y de investigación criminal que hay ahora. Se tenía que utilizar mucho más la perspicacia, la investigación basada en los seguimientos, en las contradicciones, en los indicios, es decir, era más difícil desvelar a un asesino astuto, de ahí el mérito.

–¿Dónde se puede comprar 'La Cuarta Bestia'?

–La editorial Almuzara ha apostado por esta novela y ha hecho una gran tirada con distribución internacional. Ahora mismo está en todas las librerías de España, en grandes superficies y en Hispanoamérica. Se está traduciendo al inglés en este momento. El director de cine Luisje Moyano está haciendo un guion cinematográfico para su adaptación a la gran pantalla. Él me acompañará en la presentación del jueves en la Biblioteca Provincial de Jaén junto con la ilustradora de la obra, Elena Ortega Yáñez, que ha hecho un trabajo magnífico porque ha sabido captar esa atmósfera decadente de la España negra y profunda de finales del siglo XIX.

–¿Cuál es el proceso para que la película sea una realidad?

–Ahora mismo estamos en el primer paso de los muchos que hay que dar, que es hacer un guion interesante. Llevamos unas 20 páginas y son 80 o 90. Una vez terminado se inscribirá en el Registro de la Propiedad Intelectual y a partir de ese momento hay que presentarlo a las productoras cinematográficas, para que estudien la viabilidad. Ahí hay que llamar a muchas puertas, a ver si sale. Yo confío en que sí porque es una historia tremenda. Estamos muy ilusionados.

–Ha estado en la Feria del Libro de Madrid, mañana en Jaén. ¿A qué otras ciudades irá?

–El 3 de noviembre estaré en Martos, el 10 de noviembre en Úbeda y el 15 de diciembre en Andújar.

–¿Qué le trasladan los lectores?

–La inmensa mayoría, que no pueden dejar de leer. Puse mucho empeño en conseguir atrapar al lector, eso es algo que una novela tiene que hacer siempre, y no es fácil conseguirlo. Pero 'La Cuarta Bestia' tiene todos los ingredientes, los de la novela histórica y los de la novela negra. El mérito de esta novela, y posiblemente su éxito, ha sido conjugar el rigor histórico de un terrible caso real presentándolo con la intriga y el suspense de un thriller.