![José Domínguez posa en la sala de exposiciones de la Diputación con el cuadro de Martos, realizado 1986, y la imagen de Venecia, una de sus últimas pinturas.](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/03/12/dominguez%20principal%20pagina%20par-kmOG-U190880950185tYF-758x531@Ideal.jpeg)
![José Domínguez posa en la sala de exposiciones de la Diputación con el cuadro de Martos, realizado 1986, y la imagen de Venecia, una de sus últimas pinturas.](https://s3.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2023/03/12/dominguez%20principal%20pagina%20par-kmOG-U190880950185tYF-758x531@Ideal.jpeg)
José Domínguez / Pintor
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La exposición 'José Domínguez, 40 años' recoge 30 obras de sus últimos dos años y medio y se puede ver en la Diputación de JaénSecciones
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José Domínguez / Pintor
Trayectoria ·
La exposición 'José Domínguez, 40 años' recoge 30 obras de sus últimos dos años y medio y se puede ver en la Diputación de JaénLa entrevista con José Domínguez parte del cuadro 'Ciudad Futuro II', óleo sobre lienzo 116x 81 cm. Es uno de trabajos que más le gustan de la exposición y el primero que cerró de la colección 'Realismo mágico' y que le animó a seguir por ... esa línea tras el reconocimiento que recibió el trabajo, todavía en pañales, de su hija. Marteño, autodidacta y perseverante. José Domínguez no tiene detrás ningún gabinete de expertos que guíe su carrera. Ni marchante que le busque las galerías donde exhibir ni grupo de comunicación que le busque las entrevistas en los medios. Lo hace todo de forma personal, hasta las redes sociales de las que se sirve para promocionar su trabajo. La Exposición que se puede ver en la Diputación hasta final de marzo no es una retrospectiva. Con ella celebra los cuadro décadas dedicas a la pintura y son las 30 obras realizadas en dos años y medio, todas inéditas menos dos, una de ellas, 'La Dama de Madrid', tiene un premio.
-¿Por qué ha elegido Ciudad Futuro II para empezar la entrevista de entre las 30 obras de la exposición?
-Se Puede decir que es el resultado de una inquietud, Después de mucho tiempo dedicado al dibujo, lo plasme en lienzo y fue tal la sorpresa del resultado que me animó a seguir por esta línea. Hasta mi hija me lo corroboró y me hizo ver los especial del cuadro. Este trabajo me enganchó para seguir en lo que he denominado 'Realismo mágico'.
-Después de 40 años dedicado a los pinceles, puede vivir de la pintura?
-Son tiempos difíciles. Siempre digo que la constancia, el trabajo, no rendirte, no tirar la toalla... tiene su recompensa. Yo la he tenido a nivel profesional, con reconocimientos. Vivir de la pintura es muy complicado, tienes que ser constante, moverte mucho y hacer muchas exposiciones. Tienes una de cal y otra de arena. Es muy sacrificado. Hace 15 o 20 años se podía vivir de la pintura. Yo lo compagino impartiendo clases de pintura; es un ramal que te permite vivir más desahogado.
-¿Cuánto cuestan los cuadros de la exposición?
-Se puede consultar la lista de precios de la muestra. Los encuadrados en el 'Realismo mágico', que son de un formato más grande están en 3.000 euros, luego encuentras por 1.500, 800...; no debería de depender del tamaño sino de la calidad, pero es verdad que a los pintores nos influye las dimensiones de la obra a la hora de poner el precio.
-Ha citado antes los talleres de pintura que imparte. ¿Qué se encuentra en esas clases? ¿hay pequeños genios o solo gente que va por distracción?
-Hay personas que tienen unos valores impresionantes; niños de 4 o 5 años que con pocas nociones que aprenden hacen trabajos estupendos. Los propios padres se quedan sorprendidos. O personas a las que al cabo de unos cuantos trabajos se le ve cara de felicidad, asombrados por lo que son capaces de hacer en pocas sesiones. Comprobar que lo que estás enseñando o lo que transmites les llega da muchas satisfacciones.
-Qué diferencias hay entre el José Domínguez que hizo el cuadro de la panorámica de Martos de 1986, con el que ha posado para la entrevista, y el artista de 2023?
-El José Domínguez del paisaje urbano de Martos estaba lleno de ilusión, de inquietud, con ganas de experimentar. Mi batalla constante era el dibujo, superarlo, y empezar con el color y sus mezclas. Yo he sido muy atrevido. En mi primera etapa hubo críticos de arte que decían que utilizaba el color de una forma exuberante. Eran colores violetas, mezclados con los tonos cálidos, con los tonos amarillos. Una etapa impresionista, impresionante. Después se fue degradando el color y empece, como en esta última etapa, practicando con el dibujo, en una obra sobre cartulina. Cuando la obra salió a la calle la gente se sorprendió. Era el inicio de mi etapa impresionista poco coloristas, con tonos grisáceos. Con el uso del tono rojo que caracteriza algunas de mis obras y que me llevó a exponer en varias galerías de Madrid por considerarse innovador. Esa línea ha sido constante en mi obra hasta el trabajo que se exhibe en esta muestra que es más futurista y realista con tonos blancos y negros.
-¿Con cuál de esas etapas se queda?
-Es complicado. Tampoco sabría con qué cuadro quedarme de mis distintas etapas. Sí, te digo que esta exposición me está dando muchas satisfacciones. Es un paréntesis en mi trayectoria. El artista tiene que sentirse bien con lo que está haciendo y sin prisa y con constancia consigue su meta. Y yo con esta exposición he conseguido una gran meta. Me siento orgulloso de ella.
-¿Su trabajo a qué artista conocido podría asemejarse?
-En esta etapa del realismo mágico es difícil de encontrar semejanza por lo personal que es. Los comentarios que oigo la califican de futurista de innovadora. Sí te digo que mis primeros cuadros impresionistas se identificaban con Renoir y con Van Gogh.
-Dígame de estos 40 años de trayectoria su recuerdo más feliz y el momento más amargo.
-Sin duda el momento más amargo fue la llegada de la pandemia porque coincidió con un problema de salud, a raíz de mis hernias discales. Era un dolor inconsolable, no había posibilidad de tratamiento, era una lucha por superar el dolor y me evadía con la pintura. Para mí era una droga, pero que no calmaba el dolor. Pintaba sentado y con un gran esfuerzo. La obra de esa etapa, que fueron casi dos meses, no es grata para mi verla. Sentía dolor y lo plasme en los cuadros. Y el momento más feliz fue el año pasado en Martos cuando me dieron el premio Aldabón, un reconocimiento a la Trayectoria Cultural que se entrega coincidiendo con el Día de Andalucía. A parte de los reconocimientos que tengo en el resto de España y en el extranjero, que sea reconocido tu trabajo en tu pueblo es de una gran satisfacción profesional y personal.
-Su familia, ¿qué influencia ha tenido en la trayectoria profesional?
-Mi señora toda. Yo le debo mi vida y mi trabajo a Rosario Cano Lara. Ella apostó por mí desde el minuto 0, desde que estábamos novios e hice mi primera exposición en Córdoba. Fue un éxito rotundo. No sé si fue la suerte del principiante, llámalo como quieras, pero lo vendí todo. Entonces, fue ella la que me animó a dedicarme de lleno a la pintura. Me dijo: arranca, despega, que parece que te puedes ganarte la vida con esto. Fue el año 1989 y la sala era de Cajasur, en Gran Capitán. Yo iba con mucho miedo, la exposición me la ofrecieron cuatro años antes y yo la rechace porque pensé que se iban a reír de mi obra. Ante la insistencia, y varios años después, pensé que nada podía perder. El día de la inauguración ya vendí 12 cuadros.
-¿Las condiciones familiares han favorecido el que se entregase por completo a la pintura?
-Yo empece a pintar como hobby, nunca pensé que me dedicaría a esto, a pesar de que desde crío mi vocación ha sido el dibujo y la pintura. He tenido otros trabajos antes de dedicarme de lleno a pintar, desde el campo a la confección. Mis ratos libres siempre los dedicaba al dibujo, a pintar, a practicar y a leer muchos sobre pintura. Detrás hay mucha constancia, mucho estudio y la corrección de tus errores. Yo soy muy crítico con mi obra. Reconozco lo bueno, lo malo y lo regular.
-Dice que no ha tenido maestros, que es autodidacta, pero sí ha tenido influencias de otros artistas.
-Tengo un referente que marco mucho mi primera etapa colorista, Monet. Por el color, la sutileza, la valentía, porque no había dibujo, solo manchas. En un viaje a París tuve oportunidad de conocer Giverny la localidad donde vivió Claude Monet y que hizo famosa por los cuadros de nenúfares y naturaleza que pintó. Allí conocí donde trabajaba y la obra que se guarda de él. Antes de conocer su obra en el Museo Marmottan ya había despertado gran interés en mí y yo intentaba conseguir en mis cuadros los efectos de luz, la difuminación del color que había en la obra del francés.
-¿Qué importancia ha tenido Jaén capital para tu proyección?
-Jaén, después de Córdoba que fue la ciudad que me lanzó, tiene una importancia fundamental porque es el primer lugar donde expuse a nivel provincial y siempre me ha abierto sus puertas. Soy un enamorado del paisaje de la capital, lo he plasmado en un sinfín de cuadros y lo seguiré haciendo. Tiene unos entornos únicos y es una pena que sea una gran desconocida. En mis viajes siempre invito a que cualquiera que pase por Jaén se pare y la conozca. Hay una vista de la capital que es única y que para mí es la mejor, y en la que debería fijarse National Geographic, la que se contempla desde la Cruz del Castillo donde se aprecia la Catedral, el mar de olivos y las sierras de la capital.
–¿Dónde tiene que exponer para que sienta que está en la cumbre como artista?
-Reconozco que me queda mucho por recorrer. Pero el sueño, la exposición más esperada es en una galería de Nueva York, en la gran manzana, a pie de calle. Una muestra que he tenido que aplazar en dos ocasiones; una por motivos personales al no poder acompañarme mi hija, por razones de estudio, y otra por la pandemia. Cuando yo vea mi obra en Manhattan, 30 obras colgadas de José Domínguez, diré ¡ya!; es mi máxima aspiración y espero verla cumplirla.
-Pero seguro que hay otros signos que le indican que es un pintor consagrado, que su nombre será recogido en los libros especializados.
-Menciones a mi obra hay en decenas de textos especializados, pero un punto de inflexión fue mi inclusión en el Diccionario de Pintores y Escultores del siglo XX y XXI, a partir de una exposición muy marcada por mi estilo impresionista en Ciudad Real, en la sala de Caja de Madrid. Allí conocí a uno de los mejores críticos de arte de España y del mundo José Luis Marchante Araque. Después de recorrer la exposición durante 45 minutos se acercó para decirme que le daba una valoración del 95% a mi trabajo. Y me explicó que estaba elaborando el diccionario citado y que cuando llegara a la D me incluiría porque le daba la real de la gana. Y añadió que a él le ofrecían ingentes cantidades de dinero por citar a gente, pero que metía a quien realmente quería él. Meses más tarde me llegó un correo electrónico con la cita de mi inclusión en la publicación. Con los años han llegado otras citas en obras internacionales, pero la del diccionario me dio un gran subidón y tiene especial importancia para mí por la valía del crítico.
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