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JOSÉ LUIS GONZÁLEZ
CAZORLA
Martes, 5 de noviembre 2024, 18:16
Nada mejor para escapar de la tragedia y el vocerío en el que España se encuentra atrapada estos días que escuchar la voz pausada y atemperada de Héctor Alterio. Semejante suerte la tuvo durante 70 minutos el público del Teatro de la Merced, con el actor hispano-argentino interpretando el papel de su vida en todos los sentidos de la expresión; escrito para él por su compañera de viaje, la dramaturga Ángela Bacaicoa con el nombre 'Una pequeña historia'.
La guinda final a esta gran noche fue la entrega a Alterio del XXVIII Premio 'Ciudad de Cazorla' de teatro. Se podría decir que pocas veces tan merecido si no fuera por la larga lista de nombres ilustres de las artes escénicas que jalonan la historia de este galardón, aunque a los 95 años de este inmenso actor no sería nada desacertado. Sus parcas palabras al recibir la estatuilla de La Tragantía de manos del alcalde cazorleño, José Luis Olivares, fueron tan solo de agradecimiento por este reconocimiento y «por tanto cariño demostrado por la gente de Cazorla antes, durante y después del espectáculo». Sobre el escenario también estuvieron la delegada de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, María José Lara; la concejal de Cultura, Nuria Serrano; y el director del FIT, Mario Olivares.
'Una pequeña historia' narra la llegada a Madrid del propio Héctor Alterio un año antes de la muerte del dictador Franco. Era aquel 1974 un año que marcó para siempre la vida del actor, que con 40 años presentaba aquí la película 'La Tregua'. Nunca pudo pensar que Buenos Aires quedara tan lejos a partir de ese momento. Porque se vio obligado a quedarse exiliado en España sin aviso previo y sin remedio. Como no podría ser de otro modo, la vida de Alterio dio un vuelco y tuvo que adaptarse a su nueva situación física y emocional. Incluso se vio obligado a esconder su acento argentino para poder seguir trabajando, ejerciendo su profesión como el gran actor que ya era.
En esta odisea, la poesía de León Felipe fue un primer refugio. Precisamente un poeta español también exiliado, que expresaba en sus poemas el fervor por la cultura y la justicia que también ambos compartían. Y quien mejor que su pareja, Ángela Bacaicoa, para traducir esa experiencia vital, esa 'pequeña historia'. Musicalizada magistralmente sobre el propio escenario por Juan Esteban Cuacci, al piano. Recreando así, a través de la voz de Alterio y las melodías de su memoria, aquellos años de transformación para todo un país como era la España que lo acogió.
Pero esta es una obra que va mucho más allá de la vida Héctor Alterio. Es un homenaje a la Cultura en general, la de aquella época y también la de esta que vivimos hoy. Observada como un pilar que sujeta nuestro 'yo' más profundo y duradero, por el que se nos recordará como sociedad, como comunidad, en el futuro. A través de nuestro teatro, de nuestra poesía, de nuestra pintura, de nuestra música… Razón por la cual el público ofreció el mejor agradecimiento que tenía a su alcance, con un larguísimo y cálido aplauso a este actor que ya ha marcado una época de la interpretación teatral a uno y otro lado del Atlático.
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