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Entrega de un traje de luces a la Matriz de la Virgen de la Cabeza por parte de Juan Ortega. JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ
A hombros, Diego Ventura, Juan Ortega y Pablo Aguado en la noche torera de Andújar
Feria de San Eufrasio

A hombros, Diego Ventura, Juan Ortega y Pablo Aguado en la noche torera de Andújar

El diestro Juan Ortega donó un traje de luces a la Hermandad Matriz de la Virgen de la Cabeza

ÁNGEL A. DEL ARCO

ANDÚJAR

Domingo, 8 de septiembre 2024, 11:01

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Con la última luz del día y las luces de la plaza de toros encendidas, pasadas las ocho y media de la tarde de este sábado comenzó la corrida de toros mixta en Andújar, con motivo de las fiestas en honor al patrón San Eufrasio.

Un festejo que se celebró con un tiempo revuelto. Nuboso, con amenaza de lluvia y viento durante toda la tarde noche. En fin, la temperatura fue agradable, aunque ese viento molestó a los toreros durante la lidia. Algunos aficionados se quejaban del horario, prefiriendo ese dicho de «sol y moscas». Otros, sin embargo, agradecían el horario huyendo del calor que en esta zona siempre suele ser importante e insoportable.

Lo cierto es que a la hora del comienzo de la corrida, los tendidos de la plaza de toros registró una entrada superior a la mitad de su aforo, no llegando a los tres cuartos de entrada.

Andújar ha tenido siempre una gran tradición taurina. El ambiente en torno a los festejos taurinos siempre ha sido muy bueno. No hay que olvidar que en esta zona de Sierra Morena hay muchísimas ganaderías, viviéndose muy intensamente todo lo relacionado con el toro. En su plaza de toros se han vivído algunos momentos históricos que han quedado grabados en la memoria de los aficionados. En la actualidad, la etapa que estamos viviendo nada tiene que ver con lo antes referido.

Diego Ventura, en banderillas. JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

En la ciudad iliturgitana hay afición. Cuando las cosas se hacen bien, el público en general responde. En la actualidad se están haciendo bien las cosas, hay una empresa comandada por el empresario local Antonio Sáez y el sevillano José León que están luchando y peleando por devolver el brillo a una plaza que lo perdió hace ya demasiado tiempo. No lo están teniendo fácil, la época actual no es la mejor, pero con ganas, imaginación y mucho trabajo están encontrando esos resultados que les anima a continuar. El cartel era extraordionario, sobre todo para los aficionados, pero quizás no lo suficiente para esa entrada que todos esperábamos. Todo necesita su tiempo y en Andújar quizás mucho más.

El cartel mixto tenía los máximos atractivos, con un rejoneador Diego Ventura que en la actualidad es el número uno indiscutible en el escalafón y dos matadores de toros que atesoran el don del toreo clásico y eterno como son Juan Ortega y Pablo Aguado, que hicieron su presentación en esta plaza.

Antes de que los diestros cambiaran la seda por el percal, sonó el himno de España ante una atronadora ovación del respetable.

Juan Ortega, durante una faena. JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

Juan Ortega con muchas vinculaciones en esta tierra tuvo el detalle de donar un traje de luces a la Hermandad de la Virgen de la Cabeza. Un detallazo de Juan Ortega que levantó una gran ovación del público entre los vivas a la Virgen de la Cabeza, sonando el himno a la Virgen en un momento de máxima emotividad.

Se lidiaron dos toros para rejones de la ganadería salmantina de San Pelayo, de correcta presencia y de juego noble, facilitando la labor del rejoneador. Y cuatro toros de 'El Pilar' que también permitieron el lucimiento de los espadas.

Diego Ventura

Con los largos prolegómenos el primer toro salió cercano a las nueve de la noche. Un toro que no tuvo mucho celo en los primeros compases, pero que se le adivinaba mucha nobleza, algo que aprovechó el ambicioso jinete para realizar una labor que fue brillante y que levantó al público de sus asientos en varias ocasiones durante la lidia.

Colocó un sólo rejón de castigo, un acierto por parte de Ventura, un segundo rejón hubiera dejado al astado muy mermado, teniendo en cuenta la fuerte costalada que se dio cuando bregaba el subalterno. En banderillas la labor subió de tono a lomos de 'Fabuloso', un caballo espectacular que temple de costado al hilo de las tablas a milímetros de los pitones. Las palmas echaban humo. Puso tres pares que quedaron desiguales en cuanto a la colocación. Lo mejor vino en la parte final a lomos de 'Guadiana', formando un auténtico lío en un par a dos manos soberbio, tres cortas en la suerte del violín y dos rosas como remate. El público en pie. Con seguridad se hubiera llevado doble premio, pero un pinchazo, un rejonazo trasero y un golpe de verduguillo dejaron el premio reducido a una oreja que paseó entre grandes ovaciones. El toro de la ganadería de San Pelayo fue muy aplaudido en el arrastre.

Con el cuarto, también de la ganadería salmantina de San Pelayo, toro que tuvo un mayor empuje, se lució de nuevo en el tercio de banderillas. A lomos de 'Lio' y 'Guadiana' colocó buenos pares al quiebro, a dos manos, las cortas y tres rosas en un tercio que fue muy largo, saltándose el reglamento en el número de pares, que el presidente ni siquera aviso.

Un pletórico Diego Ventura que se llevó dos orejas con petición de rabo, consiguiendo una puerta grande más a otra exitosa temporada, una más en una carrera impresionante y difícil de igualar.

Juan Ortega

Al fino torero sevillano se le quiere y mucho en esta tierra de Andújar. Familiares suyos tuvieron una ganadería en plena Sierra Morena, pasando mucho tiempo en ella el bueno de Juan Ortega. Parte de su formación taurina la realizó en esta tierra, por lo que su presencia en el cartel de Andújar fue un gran atractivo.

En primer lugar tuvo a un toro de 'El Pilar'. Bonito de hechuras, largo y con una cara que incitaba al toreo bueno. Lo recibio el torero con buenas verónicas, destacando la media de remate. Tuvo el toro buen son, con una embestidada noble, aunque con cierta debilidad. El quite por 'tafalleras' fua a cámara lenta, torerísimo el remate de la media.

Tras brindar la faena de muleta a un amigo que se encontraba en el tendido, la inicio de forma genuflexa al hilo de las tablas de forma bellísima. Pero que bien torea Juan Ortega. Con un cite exquisito, intentó reducir la embestida del noble animal en las dos primeras tandas sobre el pitón derecho. Al natural, con la mano izquierda salieron los muletazos más profundos, aunque a esas alturas de la faena al buen toro de 'El Pilar' le fueron abandonando las fuerzas. Le dio tiempo para torear de rodillas, algo poco habitual en este torero, sacándose de la chistera antes de la suerte suprema cuatro ayudados por alto de una toreria sublime en un remate de faena que tuvo el sabor al toreo puro y añejo. Un lujo de torero este sevillano de menuda figura que tumbó al noble toro de un estoconazo volcándose. Momento emotivo el de un bravo toro y un artista en plenitud. Dos orejas y una fuerte ovación en el arrastre.

Con el quinto de la noche y tras una breve lluvia, el toro de 'El Pilar', feo y de peores hechuras, correteó sin fijeza en los primeros compases. Ortega le bajó la mano intentando fijar la embestida, algo que consiguió a medias sin encontrar el lucimiento deseado por el torero. Tras un largo puyazo y cuando menos se esperaba, el sevillano se sacó un torerísimo quite por 'delantales' y con una media verónica que duró una eternidad.

Sin lucimiento en los siguientes tercios, llegó a la muleta el toro de 'El Pilar' muy agotado y con una embestida cansina y sin alma. No fue impedimento para disfrutar de la clase y calidad de un torero que nos recuerda a los toreros antiguos y de otra época.

Pablo Aguado, durante una faena. JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

En el inicio de faena, un cambio de manos duró una eternidad. El medio pecho en el cite y unas muñecas de seda fueron una delicia en tiempos de tanta vulgaridad. Una pena lo desfondado del toro, pero los aficionados disfrutaron de unas exquisitas formas de torear que no abundan en estos timpos. El toro se echó totalmente agotado antes de que Juan Ortega entrara a matar. Una pena, el toro fue apuntillado y el torero recibió una calurosa ovación por parte del respetable.

Pablo Aguado

Había ganas de ver a Pablo Aguado después de la gran faena con la que nos deleito hace unos días en Linares. Está en buen momento el también sevillano y eso se demuestra en el ánimo que le pone en todo lo que hace.

A su primero, sin embargo, no encontró la manera de lucierse en el toreo a la verónica, uno de sus fuertes. No se empleó el toro. Por contra, en la suerte de varas, derribó hasta dos veces al varilarguero, empujando con fijeza a la cabalgadura.

La faena de muleta la brindó al empresario del Grupo MT y gran aficionado de Baeza, Manolo Torres. No terminó de romper el toro hacía adelante, saliendo de cada muletazo con la cara a media altura, lo que dificultó y de que manera el lucimiento del torero. Quiso mucho el torero que con su infinita calidad le instrumentó buenos muletazos por ambos lados, pero sin la ligazón necesaria para calentar a un tendido que, de todas maneras disfrutó de las exquisitas maneras de un torero que tiene una enorme sensibilidad.

Pablo Aguado, en su vuelta al ruedo. JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ

Ya en el tramo final del trasteo le instrumentó una buena tanda sobre el pitón derecho, apretando al toro, obligándole a embestir. Esa tanda, un final torerísimo por ayudados por alto y pases de la firma y una estocada entera le pusieron en sus manos dos orejas y la seguridad de salir a hombros en su primer turno.

Con el sexto y último de la larga corrida y a unas horas poco habituales, el sevillano Aguado intentó lucirse con el capote, pero salió desarmado y airado por un toro que fue protestado por su falta de fortalezas.

A media altura y con suavidad le consiguió extraer muletazos sueltos, pero sin ligazón y nula emoción. La sosería del torofue patente, destacando el torero por sus formas clásicas de interpretar el toreo.

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