«El libro tenía que llamarse 'Los niños de las caras' porque eso es lo que soy. Lo que somos»
El autor moraledo Juan Cano Pereira presentó su primera novela que relata de manera ficticia cómo vivieron los niños el suceso en Bélmez
IRENE MORAL
Jaén
Viernes, 20 de agosto 2021, 00:53
Es agosto del año 1971 y un niño de tan solo seis años contempla a los medios de comunicación y a los curiosos que han ... invadido su hogar, un pueblo pequeño donde «nunca pasa nada». Todo su mundo está patas arriba debido a un acontecimiento que los expertos califican de paranormal o hasta mágico, la aparición de unas misteriosas caras en el suelo de la cocina de María Gómez, una vecina más de Bélmez de la Moraleda.
El escritor Juan Cano Pereira, natural del municipio, ha presentado su novela 'Los niños de las caras' en la que relata cómo vivieron los vecinos del pueblo de Sierra Mágina la aparición de las caras, especialmente los niños.
De esta manera el libro constituye un relato que mezcla ficción y realidad y que tiene como protagonista a un niño, alterego del autor. En su portada, hay una foto de los más pequeños de esos días. «En los tiempos en los que los medios estaban más interesados por las caras, el Diario Pueblo venía mucho por aquí», explicó el autor. «Un día querían entrevistar a María en su casa y los niños que estábamos por allí jugando no nos callábamos, por lo que no podían proceder con la entrevista. Me acuerdo que el fotógrafo se acercó a nosotros y nos dijo que nos echaría una foto y nos la mandaría a cada uno si les dejábamos trabajar y lo hizo. Sacó la foto y años después algunos de nosotros todavía la conservamos. Es así como surgió la portada de mi libro».
Acusaciones de fraude
El libro, por lo tanto, pretende explicar como vivieron y crecieron esos niños, los niños de las caras, alrededor del suceso que tanto impacto les causó en sus vidas. «Para nosotros al principio fue impactante», cuenta Juan Cano. «Éramos muy pequeños en un pueblo en el que nunca pasaba nada y de repente todo cambió. Lo asimilamos muy rápido claro, en cuestión de diez o quince días ya habíamos integrado por completo las caras en nuestras vidas. Es algo que forma parte de la historia de Bélmez, algo que forma parte de nosotros. Nos acostumbramos, a ningún niño del pueblo le daban miedo las caras, excepto a uno que soñó con ellas una vez».
Así, el autor ha querido señalar lo duro que fue para su adolescencia y sus estudios fuera de Bélmez las acusaciones de fraude que esgrimieron algunos medios de comunicación, que acusaban directamente al pueblo de haber creado las caras mediante pintura adulterada con nitrato de plata.
«Yo me fui fuera a estudiar y durante toda mi adolescencia y gran parte de mi vida adulta tenía miedo de decir de dónde procedía realmente, siempre daba respuestas largas para evitar el tema. La gente reaccionaba mal, nos llamaba los 'caraduras de Bélmez' o 'los caras'. No se ha podido demostrar nunca que las caras fueran realmente adulteradas, pero aún así el pueblo se vio sometido al escarnio público. Siempre tenías que entrar en una discusión con la gente y los vecinos que pertenecíamos a la generación marcada por el suceso empezamos a cansarnos. Fue algo que nos trajo dolor y frustración. Pero yo al final entendí que las caras no son solo algo nuestro, sino que se han convertido en parte de la cultura popular, por lo que es normal que la gente haga chistes sobre ellas y sobre nosotros», relató el autor.
El libro constituye para Juan, por lo tanto, una «reconciliación» con el fenómeno de las caras, aceptándolo como parte de sus raíces. «Necesitaba escribir el libro para cerrar un capítulo. Quería que representase a ese niño que vuelve al pueblo convertido en hombre, sin avergonzarse más de las caras o de sus orígenes. Por eso tenía que titularse 'Los niños de las caras' no podía llamarse de otra forma. Porque es lo que soy, lo que somos los que salimos en esa foto».
Además de esta primera novela, Juan Cano Pereira ha publicado varios relatos. Es también colaborador de IDEAL, donde escribe columnas de opinión y relatos relacionados con el pueblo de Bélmez.
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