Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
ÁNGEL A. DEL ARCO
Domingo, 27 de agosto 2023, 23:00
Tras la decepcionante apertura de la feria taurina de San Agustín de Linares a pesar de las dos puertas Grandes conseguidas por parte de Diego Ventura y Miguel Ángel Perera, más por la generosidad del público que por los méritos contraídos por lo visto en ... el ruedo, llegó la segunda jornada. Aún así, no se crean ustedes que mejoró mucho la cosa, más al contrario, hubo de nuevo decepción ganadera, motivado principalmente por la escasa presencia de los astados de Zalduendo. Un conjunto anovillado y que decía poco, salvados algunos de ellos por la excelsa nobleza y la dulzura en almíbar de sus embestidas. No se puede explicar muy bien el resultado numérico del festejo con lo visto realmente en el ruedo, si no ajustamos a los cánones establecidos de lo que debe de ser un toro bravo y una faena acorde a las condiciones del toro.
Uno que intenta ser siempre positivo, cuesta trabajo serlo cuando en una feria de la importancia y solera de la de San Agustín en Linares ocurre con tanta asiduidad espectáculos cómo los vividos el pasado sábado y en temporadas pasadas. Se debe de ser mucho más meticuloso, sobre todo en el apartado ganadero, mejorando su presentación, para que Linares vuelva a ser referente en lo taurino.
En cuanto a la afluencia de público, en la tarde de ayer poco mejoró respecto al día anterior, estando muy por debajo de lo esperado. Por tanto, estamos hablando que en la tarde de ayer, la entrada de público se acercó a los dos tercios de su aforo para ver a las llamadas figuras, que, por el resultado obtenido no decepcionó al público asistente.
La gente que se dió cita en el coso taurino de Santa Margarita todavía se acordaban del petardo que dió Morante de la Puebla el año pasado con los toros de Miura. Otros, sin embargo, su mente se deslizaba dos años atrás cuando el sevillano se llevó los máximos trofeos volviendo loco el tendido con su toreo barroco y sevillano a la vez.
Para empezar, el primero de la tarde fue devuelto por manifiesta flojedad. Vaya sorpresa nos llevamos, siendo sustituido por otro que tampoco andaba sobrado. Quiso Morante de la Puebla estirarse a la verónica, gustándose en varias de ellas por el pitón derecho. El de Zalduendo apenas si fue picado, para después de un tercio de banderillas sin brillo, realizar una faena de muleta en la que intentó cuidar más que torear al endeble torito.
Empleó el sevillano suavidad y temple en el inicio con muletazos por ambos lados. Lo mejor vino en las dos posteriores series por el lado derecho, mejor la segunda, más arrebatado, consiguiendo arrancar las primeras ovaciones de la tarde. Cuando lo intentó al natural, la labor bajó la intensidad. Volviendo a la diestra para intentar subir el nivel, el animal ni quiso ni pudo seguir la muleta de Morante que se fue a por la espada. Pinchazo hondo que fue suficiente, escuchando una ovación el torero y pitos el toro en el arrastre.
Con el cuarto de la tarde, segundo del lote del sevillano, nos sorprendió el recibo, administrándole un ramillete de 'chicuelinas' y una excepcional media de remate. Hasta para eso es distinto 'Morante de la Puebla' con un recibo nada normal, aunque los toros de hoy en día desgraciadamente si permiten esas licencias.
Tras un breve paso por el caballo y un tercio de banderillas escaso de lucimiento, el genio de la Puebla inició su labor de muleta pegado en el estribo con tres soberbios ayudados por alto rematado con un monumental pase de pecho. Todo indicaba que estábamos ante una faena grande, pero todo quedó condicionado por la escasa fuerza de un toro que tuvo mucha nobleza y calidad pero escasa fortaleza para seguir los engaños, en este caso, la poderosa y mágica muleta de Morante. Recetó muletazos soberbios, también en los remates con mucha variedad y torería. Un lujo y una pena que el toro no durara un poquito más. Nos pudimos deleitar con un torero distinto que finalizó con una estocada entera y algo tendida, cortando una oreja con fuerte petición de la segunda que acertadamente el presidente no concedió.
El francés Sebastián Castella se presentó a su cita de Linares tras una temporada que empezó con dudas y que sin embargo ha remontado de forma sorprendente.
Con su primer Zalduendo, primero de su lote, animal justo de todo y de fuerzas también, le recetó un soberbio recibo a la verónica, meciendo el capote y saliéndose hacía los medios. La media de remate fue soberbia. Tras un breve puyazo, de nuevo el francés se lució en un largo y ajustado quite por 'chicuelinas'.
Se vió a un torero que está en buen momento, centrado y disfrutando de cada tarde. Inició su faena en el tercio, clavando las zapatillas en la arena, ligando cuatro 'estatuarios' sin moverse, un cambio de mano y pase de pecho. El inicio perfecto y la gente a favor. A continuación, y sobre la mano diestra, ligó una primera serie en la que destacaron los dos primeros muletazos. A partir de ese momento al toro le costó repetir la embestida, su falta de casta y raza se lo impedía. No se aburrió el torero que a base de insistir y en sus cercanías extrajo muletazos de buen trazo. Finalizó su faena de muleta con 'manoletinas' en el tercio. Se llevó una oreja después de un pinchazo y una buena estocada.
De nuevo se lució Castella con el quinto y a la verónica, alternando con chicuelinas y una media. De presencia anovillado, el toro de Zalduendo pareció tener mayores fortalezas, destacando en la brega José Chacón.
El inicio de faena tras brindar al público fue explosivo poniendo la plaza en pie. Se plantó en el centro del platillo, pegándole dos pases cambiados por la espalda, un ajustado cambio de mano y un pase de pecho, todo ligado en un palmo de terreno. La plaza crujió. Posteriormente siguió de la misma guisa, plantado y muy quieto para ligar las series por ambos lados. En la parte final del trasteo acortó las distancias, encontrando en ese sitio la emoción final en un tendido que lo jaleó en todo momento. La estocada con la que finiquitó su labor fue de efectos fulminantes cortando dos orejas. Tres orejas para una tarde muy serie de Sebastián Castella en Linares.
La dupla de Morante de la Puebla y Manzanares en Linares se está convirtiendo a base de insistir año tras año en un clásico. Parece que tienen un contrato vitalicio para que toreen todos los años y juntos. Y la verdad es que ya empieza a cansar a pesar del nivel tan alto que tienen las dos figuras.
El alicantino, al igual que lo fuera su padre, tiene la virtud del temple y del empaque, lo que le da a sus trasteos una solemnidad que llega y emociona al público. Ayer lo consiguió por momentos. Con el tercero de la tarde se estiró en un templado recibo a la verónica en la que sobresalió la media con la que remató.
El burraco de Zalduendo, bonito de hechuras y muy justo de fuerzas tomó algo así como un simulacro de puyazo. Cómo decían los antiguos «ni para un análisis».
La faena de muleta de Manzanares duró literalmente dos muletazos. Ni más ni menos, sólo dos, antes de que el animal se rajara, buscara las tablas y allí se aculó antes de que el alicantino después de afanarse en sacarlo de allí, tuviera que desistir y dar por finalizado la breve faena. Finiquitó al manso de Zalduendo de una media estocada habilidosa y varios descabellos a la huída.
Con el último de la tarde, un toro de Zalduendo que ya en los primeros compases mostró debilidad, tanta que en el tercio de banderillas fue devuelto tras dos volteretas. El sobrero también de Zalduendo le dió la opción a Manzanares estirarse a la verónica en un recibo enrabietado. Tampoco anduvo sobrado de fuerzas, recibiendo un mínimo puyazo.
Muchas ganas de Manzanares que rápidamente se sacó al toro al centro del platillo. Es un torero que compone muy bien, aunque en la faena de muleta se ajustó bastante poco. Esbozó algún derechazo y natural que tuvieron el sello de los Manzanares en una labor que fue a menos, motivado por el escaso empuje del toro de Zalduendo. Ganas aparentes y poco más en una labor que no pasará a la historia de la plaza.
Hoy se cierra la feria taurina. Y lo hace por todo lo alto, con un cartel que ha llamado la atención de los aficionados linarenses. Se dan cita los dos toreros linarenses más importantes que hay en la actualidad, Curro Díaz y Adrián de Torres, unidos a la presencia de los toros de Victorino Martín. Una ganadería brava, quizás la más importante que hay en estos momentos, algo muy demandado por los aficionados de Linares, un poco hartos de los toreros 'artistas'.
Un 'enganchón' que seguro va a devolver a la competencia real, al querer ser más que el otro, a dividir a un tendido con partidarios de unos y otros. A la emoción de la fiesta en su máxima dimensión.
Para empezar, la garantía que ofrecen los toros de Victorino Martín. Son animales bravos, exigentes, también nobles, aportando embestidas humilladas y sobre todo variadas en cuanto a su juego y comportamiento, sin olvidar las clásicas «alimañas» que le hacen pasar un trago amargo al torero de turno y llena de miedo al tendido. Nadie se aburre con el juego de los toros de Victorino Martín, aportando también seriedad en su presentación.
El primero en actuar será Curro Díaz. Está realizando una temporada similar a la de años anteriores, pero consiguiendo una regularidad en el triunfo muy a destacar. Cada año que pasa es un año en el que el toreo de Curro Díaz se asienta un poco más. Torea muy bien con el capote y con la muleta, destaca por lo despacito que nueve la «franela», intentando torear lo más puro posible. Siempre lo he dicho, en otras épocas, Curro Díaz sería un figurón del toreo, anunciado si o si en todas las ferias y plazas, siendo un referente para aficionados y profesionales. Curro Díaz en Linares siempre dá su mejor versión, conquistando hasta cuatro trofeos «Manolete», lo que indica el nivel de este torero.
No lo va a poner fácil el otro linarense. Adrián de Torres viene pisando fuerte a pesar de que su carrera no está siendo fácil ni cómoda. Un camino lleno de espigas que está consiguiendo limpiar gracias a una personalidad arrolladora, la clase, profundidad y contundencia de su muleta y un objetivo claro, no salirse de la pureza y entrega sin límites.
En Linares ya conocen cómo se las gasta Adrián de Torres. Hace dos años y con un corridón de Ana Romero mostró sus credenciales cuando nadie lo esperaba. Ahora es un torero a tener en cuenta. Madrid en varias ocasiones ha sido testigo de ese toreo largo y muy puro de Adrián de Torres.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.