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Ángel A. del Arco
Sábado, 27 de agosto 2022, 23:10
Se inició la feria taurina de San Agustín de Linares con una corrida de toros mixta que llevó a mucha gente a los tendidos del coso taurino de Santa Margarita. El festejo estuvo marcado por los toros de María Guiomar Cortés de Moura y del rejoneador Diego Ventura.
Un día antes de la corrida aparecieron las primeras noticias sobre la más que probable ausencia del diestro Andrés Roca Rey, después del percance sufrido el pasado jueves durante su actuación en la feria taurina de Bilbao. Mucha suerte tuvo, aunque los fuertes golpes y contusiones le impidieron que pudiera actuar en la tarde de ayer en Linares. Una auténtica pena, pues la presencia de Roca Rey en el serial linarense había levantado una gran expectación, debido en gran parte a la gran temporada que está realizando, consagrándose como gran figura del toreo.
La sustitución fue a parar al diestro sevillano Morante de la Puebla, que hace doblete en la feria taurina, aunque todos esperaban que el diestro local Adrián de Torres fuera el encargado de sustituir al astro peruano. Ya sorprendió su ausencia cuando se hicieron oficiales los carteles, no entendiéndose tras el rotundo triunfo cosechado el año pasado en el coso de Santa Margarita.
El cartel quedó compuesto por el rejoneador Diego Ventura que estoqueó dos toros de la ganadería de María Guiomar Cortés de Moura y el mano a mano entre los diestros José María Manzanares y el sevillano José Antonio Morante de la Puebla con cuatro astados del hierro de Núñez del Cuvillo. A la hora del comienzo de la corrida, las siete de la tarde, el coso taurino presentaba un aspecto magnífico, cubriéndose casi tres cuartos de su aforo.
El primero en actuar fue el rejoneador luso Diego Ventura que formó un alboroto en sus dos turnos. Aprovechó a su lote de toros de María Guiomar Cortés de Moura, que, aparte de la nobleza que desarrollaron durante la lidia, tuvieron una presencia correcta para una plaza como Linares.
Con el primero de su lote, un toro alto, noble y flojo le colocó un sólo rejón de castigo, notando el propio rejoneador la falta de fortaleza que tuvo el animal. En el tercio de banderillas se lució en buenos pares con sus caballos 'Sueño', 'Nómada' y 'Guadiana', aunque lo cierto es que la falta de fortaleza de su oponente y las constantes caídas deslucieron la actuación en conjunto. El público asistente estuvo siempre muy con el rejoneador, aplaudiendo todo lo que hizo, siendo lo mejor el tramo final del tercio de banderillas cuando se lució con un par a dos manos y tres cortas colocadas en todo lo alto. El rejón de castigo viajo de forma trasera pero de enorme efectividad, pasando a una petición mayoritaria de orejas que les fue concedida de forma muy benévola, sobre todo la segunda, asegurándose de esta manera la puerta grande a las primeras de cambio.
Lo del cuarto fue de otra galaxia. El animal de Cortés de Moura no hizo nada del otro mundo a su salida, saliendo distraído y sin celo al caballo. Tras un solo rejón de castigo, todo cambió en el tercio de banderillas a lomos de Lío, dónde Ventura clavó dos buenos y vibrantes pares al quiebro. Subió el nivel y de que manera con Bronce, dándole mucha distancia y tiempo al toro para clavar excepcionales pares de poder a poder con el público puesto en pie. De nuevo subió para que después de quitarle el 'bocado' al caballo y templar de forma excepcional de costado clavo otro excepcional par con el público puesto en pie. Finalizó a lomos de 'Guadiana' para colocar tres cortas en la suerte del 'violín', estallando el coso. El rejonazo final fue fulminante, cortando los máximos trofeos.
Morante de la Puebla deja una ración doble en esta feria. Hizo el paseíllo embutido en un terno azul y azabache. Recibió una calurosa ovación del público cuando recogía de manos del alcalde de Linares, Francisco Javier Perales, el trofeo 'Manolete' al triunfador de la feria de San Agustín del año pasado. Trofeo que conquistó después de una faena histórica.
Tuvo en el primero de su lote, a un toro de Núñez del Cuvillo, justito de presencia, noble y con las fuerzas justas. Se lució en los lances de recibo, sobresaliendo una excelente media. Tras un puyazo en el que no se empleó el animal de Cuvillo, de nuevo destacó el torero en el quite por 'delantales' y la media a pies juntos.
No era toro de triunfo, no brindando el sevillano su faena de muleta. La empezó por ayudados por alto, saliéndose a los medios de forma muy torera. Fue mejor el toreo realizado por el lado derecho, con muletazos a media altura. Al animal, una sola serie, sufriendo demasiados enganchones que deslucieron el conjunto. Percatado del bajón de la faena, el sevillano volvió de nuevo a la derecha, aunque ya nada fue igual. Su labor fue de detalles, con su toreria habitual que gustó mucho. Lo mejor fue la estocada final, consiguiendo una oreja facilona que paseó de forma despaciosa por el ruedo de Santa Margarita.
Con el quinto de la tarde apenas si pudo lucirse con el capote, aunque lo intentara de todas formas. Fue protestado el toro durante los siguientes tercios, aunque no tenía ningún problema para su devolución, pero si se intuía su falta de bravura y cualidades para una lidia brillante.
Tampoco Morante brindó su faena de muleta. En los terrenos del tendido uno comenzó su labor, pero pronto el torero desistió ante la nula colaboración del toro de Joaquín Núñez. Se puso por ambos lados, más al natural, sacando algún muletazo estimable pero de poco eco en los tendidos. Quiso el torero más que el toro, sufriendo el torero mucho para conseguir sacar un muletazo. Disposición del torero ante la nada, justificándose en una faena que terminó con pases por cada pitón en el clásico 'aliño'.
Manzanares es un diestro querido y admirado en Linares. En la tarde de ayer vimos a un torero que puso de manifiesto esas virtudes antes dichas, aunque tuvo un lote de toros de Núñez del Cuvillo tan noble como flojos. El tercero, primero de su lote, salió con muchos pies, embistiendo con genio al templado capote de un Manzanares que destacó a la verónica y en la media de remate.
Tras una vara y un tercio de banderillas en las que el toro apretó por dentro, el alicantino inició su faena de muleta saliéndose hacía los medios a sabiendas que el toro no iba a durar. Le templó en una primera serie sobre la diestra muy jaleada. En la segunda, intentó de nuevo imprimir el temple como receta al manso de Joaquín Núñez, aunque en el tercer muletazo, el toro se aburrió y empezó a buscar los terrenos de tablas.
El toro dejó de embestir, echándose durante la lidia en claro signo de mansedumbre, falta de raza y casta. En ese momento terminó la faena de Manzanares que se fue a por la espada. Estocada en la suerte natural de efectos rápidos y contundentes. El público generoso en demasía le pidió una oreja que no se concedió,
Con el sexto, Manzanares salió a torear de forma arrebatada poniendo al público en pie tras un variado recibo por verónicas y chicuelinas con media de remate. Muy pendiente durante toda la lidia, cuidó al toro al máximo, recibiendo un picotazo. Se lució la cuadrilla al completo, teniendo que saludar tras un buen tercio de banderillas. Cogió la muleta con prontitud y se fue a torear rápidamente. Pronto llegó la decepción, el toro al igual que los anteriores tuvo mucha nobleza pero escaso fuelle, perdiendo las manos en varias ocasiones desluciendo la faena de Manzanares. Se fue a por la espada pinchando en varias ocasiones, perdiendo la posibilidad de tocar pelo en su actuación en la feria. Esta tarde se cierra la feria taurina de Linares.
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