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Francisco Jiménez, Vicente Coves, director del Festival, y Colin van Aelbrouck. LUCÍA RIVAS
Jiménez y Van Aelbrouck, humildes y justos vencedores en el VI Concurso de Guitarreros 'Antonio Marín'

Jiménez y Van Aelbrouck, humildes y justos vencedores en el VI Concurso de Guitarreros 'Antonio Marín'

Entre los dos apenas suman 30 instrumentos construidos, y ninguno es profesional, pero lograron conquistar al jurado. Contamos su historia.

Miércoles, 9 de agosto 2023, 10:45

En el complejo mundo de los constructores de guitarras, Granada es una de las ciudades más importantes a escala global. Es cierto que hay preferencias, incluso 'bandos', pero lo cierto es que el Concurso Internacional 'Antonio Marín', que el domingo celebró su sexta edición, ha conseguido colocar a la ciudad en el mapa global, de forma definitiva. Y buena prueba de ello es que será el concurso quien coloque en el mapa a sus dos ganadores de este año, el belga 'de La Línea', Colin van Aelbrouck en clásica, y el granadino de Las Gabias, Francisco Jiménez, en flamenca.

Van Aelbrouck es técnico en un centro de educación de jóvenes problemáticos en Bruselas. Se preparó en la escuela de constructores más importante de Bélgica, Puurs CMB, y sólo ha construido 11 guitarras hasta la fecha. «Estoy en una nube. Siempre, desde los 10 años, quise ser profesional de la construcción, porque es mi pasión, y tengo el firme convencimiento de que el concurso va a hacer que me conozcan», comenta con un particular acento andaluz, hijo de su estancia durante año y medio en La Línea, población gaditana a la que vuelve al menos una vez al año. «Hago guitarras clásicas pequeñas, con un sonido de antaño, muy armónico, no con una gran proyección, pero con mucho encanto, creo. Hasta ahora, he fabricado mis obras quitándole horas al sueño».

Por su parte, Francisco Jiménez es agricultor, es decir, tampoco es constructor a tiempo completo. Empezó con la afición por el flamenco –era cantaor en pequeños ámbitos– siendo muy joven. Visitaba a los constructores con curiosidad, y quedaba embelesado con su trabajo. Un día comenzó a estudiar, a ver libros y vídeos, y se encontró fabricándole una guitarra a su hermano, que tocaba y se quejaba de que no le gustaba la que usaba. Lleva en torno a 20 instrumentos construidos.

Su base de estilo es la guitarra antigua, tradicional, creada por maestros como Marcelo Barbero, Santos Hernández o Manuel Ramírez. Ha hecho también réplicas de guitarras de Torres, aunque no ha tenido la suerte, afirma, de poder estudiar uno de sus ejemplares a fondo.

«Me gusta el sonido dulce, que evoca el pasado, pero con el matiz del hoy», comenta Jiménez. Por cierto, que al instrumento con el que ganó el Concurso le puso un nombre: 'La Imposible'. Ello tiene su explicación: «La guitarra tuvo algunos percances por el camino... (sonríe). La tapa se rompió y tuve que hacerla de nuevo, con el tiempo muy justo. Terminarla y presentarla al concurso fue casi un acto de rebeldía», dice. Un acto que, finalmente, le salió muy bien.

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