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José Antonio Muñoz
Granada
Sábado, 15 de febrero 2020, 01:06
José Luis Gil (Zaragoza, 1957) es uno de los rostros más conocidos de nuestra escena, y su voz lo es aún más, después de cuatro décadas como doblador. Para muchos será siempre el señor Cuesta, «presidente de esta nuestra comunidad». Este fin de semana está ... en Granada representando 'Cyrano de Bergerac' el clásico de Edmond de Rostand que se estrenó anoche en el Teatro Isabel la Católica y que se puede ver hoy a las 20.30 horas.
La idea de hacer 'Cyrano' llegó a José Luis Gil, que también es productor, después de hacer 'Si la cosa funciona': «Llevaba mucho tiempo acariciándola. Tanto mis compañeros de aventura teatral, Ana Ruiz y Alberto Castrillo-Ferrer, como yo mismo, pensamos era el momento de abordar este clásico. Adoré el personaje desde que tenía 13 años, y nunca pensé que iba a hacerlo. Y Ana se sumó encantada a este reto. Fuimos los motores de esta obra, y estamos muy contentos con el resultado», afirma. Una obra que ha conseguido hacer, según dice, como quería, sin aditamentos innecesarios ni desvirtuar su espíritu.
El personaje de 'Cyrano' sigue siendo atractivo para el espectador de hoy, y el éxito de este montaje lo atestigua. Gil cree que de él atrae todo, desde su origen a su forma de ser. «Con todo en contra, de Rostand escribió un personaje que lo tenía todo, que gusta a todos los públicos. Le va añadiendo virtudes: es valiente, pero es triste, porque está enfermo de amor. Es ingenioso, es aguerrido, un gran espadachín. Así, poco a poco, dio a luz un personaje que es una delicia para cualquier actor, aunque no esté en la edad de interpretarlo», comenta.
Analizando en profundidad a Cyrano, observa en él el reverso luminoso del Don Juan de Zorrilla. «Su amor es absolutamente puro, y no necesita redimirse al final, porque se redime desde el principio, conservando, como él dice, su 'penacho', su honestidad y su integridad». Siempre tiene algo que hacer y que vivir: el ir a la guerra, el defender a Christian, un compromiso que llevar adelante por su honor. «Es muy bonito meterse en sus botas y vivir su vida intensamente hasta el final», asegura. Como lo es trabajar con Ana Ruiz, una Roxana «perfecta», porque «responde perfectamente al personaje: no es una niñata, es sensible sin ser ñoña, está enamorada sin ser una tonta. Es como Christian, que no es solo un muñeco bien vestido; en nuestro montaje es un potrillo desbocado que tiene la suerte de enamorarse de Roxana nada más llegar a París, y que encuentra en Cyrano no solo un protector, sino un amigo».
Hombre de cine, José Luis Gil no se decide a destacar, entre los dos Cyrano cinematográficos a uno sobre otro: «De entre Gerard Depardieu y José Ferrer, me quedo con los dos. El de Depardieu está hecho a su medida, y muestra la parte tierna en su gran anatomía, mientras que Ferrer demuestra en el suyo sus grandes dotes de actor, entre ellas, su gran capacidad para rodar escenas de acción».
Ha habido, pues, dos grandes narigudos en su vida: este Cyrano y Brian Cohen, el protagonista de 'La vida de Brian', a quien dobló. «El fenómeno de 'La vida de Brian' es increíble. Recuerdo que la película se había estrenado ya en Madrid en versión original. Cuando me dijeron que iba a doblarla al castellano, me dio un tremendo respeto. Traté de hacerlo con dignidad, y el resultado ahí ha quedado».
Granada siempre le ha tratado bien. «Venir aquí a cerrar la gira es un placer, y le aseguro que en las dos horas y algo que dura el montaje el público va a disfrutar muchísimo».
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