José Miguel Moreno se ha convertido en una de las presencias habituales del Festival Internacional de la Guitarra de Granada. Y lo es por méritos propios, ya que en el panorama internacional existen pocos instrumentistas con el profundo conocimiento que él atesora, y su extraordinaria ... capacidad para transmitirlo, de viva voz y a través de sus manos. El concierto de anoche en el Auditorio Manuel de Falla fue una buena muestra de esta capacidad, con dos mitades bien definidas: la primera, con él en solitario sobre las tablas del Paseo de los Mártires, y la segunda, acompañado por la Orquesta Ciudad de Granada en el que ha sido el último concierto de su temporada.
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El repertorio elegido por Moreno homenajeó a dos grandes del barroco, uno español y otro italiano: Gaspar Sanz y Antonio Vivaldi. El primero, guitarrista y compositor, que musicalmente anduvo entre la Península Ibérica y la Itálica, y que plasmó sus conocimientos en tres volúmenes de piezas ampliamente interpretadas a posteriori. El segundo, uno de los más prolíficos y afamados compositores del periodo, y de los más interpretados. Cada uno en su terreno, gigantes musicales. Por ello, hacerles honor nos pareció una excelente idea.
Comenzó la primera parte con unos 'Canarios' de Antonio Martín y Coll, algo más de dos minutos de una pieza que le sirvió, con su vivo ritmo, para poner a tono tanto sus manos como al público, que anoche acudió de forma gratuita, previa reserva, al Auditorio. Continuó Moreno con dos piezas algo más sosegadas, muy exigentes técnicamente, del mallorquín Francisco Guerau, músico de cámara de Carlos II: 'Villano' y 'Canarios'. Melodías enriquecidas con acompañamientos dancísticos y que fueron muy aplaudidas por el público. Y tras esta introducción, llegó el momento de escuchar la parte del programa dedicada a Sanz. Comenzó Moreno con 'Españoletas', del 'Libro segundo de cifras de la guitarra española
', seguidas por 'Pavana al ayre español' (que, como curiosidad, dio nombre al grupo de Eduardo López Banzo, al que vimos hace poco en el Festival). Continuó con 'Rujero' y 'Paradetas', del mismo libro segundo, que unidas apenas duran dos minutos, pero que conformaron, en las manos de Moreno, un divertimento musical de gran calado. 'Folías' y 'Canción' fueron las piezas centrales de este segmento, que finalizó con 'La esfachata de Nápoles', 'La miñona de Cataluña', 'Lantururú' y 'Canarios'. El público aplaudió de forma entusiasta el final de su interpretación.
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En la segunda parte, una parte la sección de cuerda de la Orquesta Ciudad de Granada seunió a Moreno para homenajear al 'cura pelirrojo'. Se interpretaron tres conciertos: el muy delicado 'Concierto en do mayor par laúd, RV 82', que Moreno interpretó perfectamente compenetrado con sus compañeros de atril. Luego, el archiconocido 'Concierto en Do Mayor para mandolina, RV 425', con momentos brillantes enel dialogo entre el archilaúd y el chelo solista del allegro inicial, pero en general, equilibradísimo, terminando con el 'Allegro' que vuelve sobre el tema inicial. Y para finalizar, el 'Concierto en Fa mayor para laúd, RV 93'. Aunque el público –poco acostumbrado– aplaudió a destiempo, ello no restó ni un ápice de brillantez al resultado.
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