Juan Vida mira por la ventana de su estudio en Pinos Genil, donde reside desde hace treinta años. JORGE PASTOR

Juan Vida, el pintor que mira a Pinos Genil

Arte ·

El artista y el Ayuntamiento estudian la habilitación de un edificio que pueda acoger una exposición permanente de su obra y de su valioso legado

Jorge Pastor

Granada

Domingo, 20 de septiembre 2020, 00:29

El discurrir del Genil casi se escucha desde el estudio de Juan Vida cuando el tráfico se silencia. Una gran habitación, con una ventana orientada hacia el Norte y un balcón hacia el Sur, donde encuentra las musas de la inspiración y donde lleva treinta años pintando. «Aquí no paso las horas; aquí paso los días», comenta mientras trabaja, pincel en la mano derecha y paleta en la izquierda, en 'Pandemonia', un retrato en técnica mixta –«se empieza en acrílico y se termina con el óleo»– de Irene García, la hija de Luis García Montero. «Este cuadro –comenta– lo comencé en 2005, pero lo dejé porque no me salía bien; en el confinamiento le di la vuelta y ahora sí que le he encontrado su punto». Se ve a una joven con una bola del mundo en una posición hierática. «Una especie de pantocrátor femenino», dice Juan Vida. Un lienzo de 1,62 por 1,62 centímetros junto a otros dos lienzos de dimensiones similares donde el artista granadino recrea dos estampas muy familiares para los aficionados a patearse Sierra Nevada, el refugio de San Francisco y el observatorio del Mojón del Trigo.

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Éste es el presente de Juan Vida. Pero Juan Vida también es pasado y futuro. Pasado porque lleva toda su vida rodeado de acuarelas, óleos, pasteles, lápices y caballetes. Y futuro porque a sus sesenta y cinco años –nació el 13 de enero de 1955 en el número 19 de la Carrera del Genil– aún le queda mucha guerra que dar. Como la exposición que prepara para enero en el Palacio de las Niñas Nobles con obras que cuelgan en las casas de Miguel Ríos, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, Luis García Montero y Almudena Grandes, amigos a los que les ha pedido textos donde reflexionen sobre la experiencia de vivir con sus cuadros y que conformarán uno de esos catálogos que vale su peso en oro. Y es que Juan Vida, un personaje imprescindible para entender la cultura en Granada en los últimos cincuenta años, mira al mañana con el ánimo de devolver a la sociedad lo mucho que ésta le ha dado en forma de reconocimiento. Esa sociedad, la más inmediata para él, se llama Pinos Genil, un pueblo del que se confiesa enamorado y en el que suma ya tres décadas domiciliado. «Al principio era el de fuera, pero al poco me sentí acogido», recuerda. Ahora Juan Vida es uno más. Saluda a diestra y siniestra cuando va por la calle y es usual verlo tomando una cerveza en el bar de los Cazadores.

«Aquí, en mi estudio, no paso las horas;paso los días», asegura Juan Vida. JORGE PASTOR

Una relación con Pinos Genil que Juan Vida y el alcalde Gabriel Gómez están dispuestos a que vaya un poco más lejos. ¿Cómo? Mediante la habilitación de un espacio donde se pueda exponer una selección de la obra del pintor de forma permanente y también otros documentos y enseres de enorme valor como, por ejemplo, la guitarra con la que Sabina hizo en 2000 la gira '50 días y 500 noches'. «Estamos en una fase muy inicial y ahora, además, todo se ha ralentizado por la Covid», aclara el primer edil de Pinos Genil, quien agrega que su firme intención es perseverar en esta iniciativa, que ya están valorando posibles ubicaciones y que, una vez que se vayan dando pasos más concretos, la intención del Ayuntamiento es buscar el apoyo de otras administraciones como la Diputación Provincial de Granada o la Junta de Andalucía.

El museo acogería una colección permanente de 30 obras de Vida y estaría abierto a exposiciones de otros artistas

Por lo pronto, ya hay incluso bocetos de cómo podría ser el futuro museo Juan Vida. Bosquejos ideados por los alumnos de la asignatura 'Proyectos arquitectónicos' de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Granada. El profesor Rafael Soler explica que se planteó a los futuros arquitectos «la realización de un proyecto para la casa, el estudio y una sala de exposición donde pudiera haber una selección representativa de la producción de Juan Vida, ubicados en una parcela junto al Genil». El hecho de incluir una vivienda y un taller viene dado por la temática general de la asignatura. La finca elegida, una de las opciones probables para la implantación de este centro cultural dedicado a Juan Vida –aunque la intención es que cuente con salas donde encuentren cabida también otros creadores–, está en la ribera del Genil. Hoy día se emplea fundamentalmente como aparcamiento para los cientos de personas que visitan Pinos Genil para almorzar y pasar un día en un entorno verde y fresco a las faldas de la Sierra, y cuenta con una edificación para estabular ganado que sería, inicialmente, donde iría esta pequeña pinacoteca sobre Juan Vida.

Parking

Según Juan Vida, intervenir en esta ubicación no sólo permitiría disponer de una construcción que, convenientemente remozada, puede ser ideal para los fines pretendidos, sino que posibilitaría una actuación en el entorno mediante un parking superficial que acabaría con el gran problema que supone la llegada de cientos de vehículos, especialmente los fines de semana, de granadinos que buscan la variada oferta hostelera de Pinos Genil. Sea en este punto o sea en cualquier otro, la pretensión del Ayuntamiento es seguir avanzando para que se materialice este equipamiento cultural que situaría a este pequeño municipio de 1.500 habitantes como un referente artístico de Granada y el cinturón metropolitano. El regidor Gabriel Gómez insiste en la prudencia respecto a esta actuación que, según recalca, está aún en una fase embrionaria y con muchos hilos por atar.

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Arriba, Juan Vida en plena faena. Abajo, útiles de trabajo y guitarra con la que Sabina hizo su gira '50 días y 500 noches'. JORGE PASTOR

Lo que Juan Vida sí tiene más o menos claro es todo lo que podría ceder en régimen de depósito. Por una parte, la colección de trece cuadros que conforman 'Un cuento chino', a los que habría que sumar otra veintena más de diferentes etapas de su trayectoria artística y profesional. A todo ello habría que añadir un legado más que interesante. Juan Vida guarda como un verdadero tesoro hológrafos de 'Tropo mare' de Javier Egea y 'Jardín extranjero' de Luis García Montero. También originales de Antonio Muñoz Molina y Carlos Barral, primeras ediciones de poemarios de Alberti con dedicatoria e instrumentos musicales como la guitarra de Sabina, cantautor con el que mantiene una estrecha relación de amistad y profesional desde hace muchos años –recientemente ha pasado con él unos días de vacaciones en Cádiz–. Juan Vida ilustró las portadas de dos de los álbumes más emblemáticos del Flaco de Úbeda. Concretamente 'El hombre del traje gris' y 'Hotel dulce hotel'.

Juan Vida posa delante del lienzo donde retrata a Irene Montero, hija de Luis García Montero. JORGE PASTOR

La carrera pictórica de Juan Vida comenzó con tan sólo treces años, cuando su profesor de Dibujo en los Escolapios le organizó su primera exposición en el Centro Artístico de Granada. Aunque tuvo el anhelo de dedicarse a la arquitectura, volcó sus esfuerzos académicos hacia la Historia del Arte debido a sus dificultades con las matemáticas. Tras la muerte de su padre, en 1979, tiene claro que quiere ser pintor. Tenía 24 años yGranada era un hervidero de vanguardias. En estos años toma contacto con el mundo del diseño gráfico, al que se sigue dedicando. «El realismo social de sus comienzos va dejando paso a una nueva manera de entender y hacer arte, despojado de toda contaminación figurativa para alcanzar su genuino significado», comenta Carmen Fernández en 'Juan Vida, historia sin recortes'. Su referente en ese momento es la abstracción y sus maestros, Rothko y José Guerrero, entre otros. Juan Vida pinta entonces 'Marie Galante', con el que obtiene el primer premio del certamen Ciudad de Granada. Entra en contacto con Muñoz Molina, García Montero, Álvaro Salvador... con los que comparte una misma manera de entenderse.

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Abandonada ya la adolescencia, más formado, sus creaciones son más matéricas y más hondas, más táctiles y sinuosas, más sombrías y más vitalistas.Las figuras emergen de una gran masa de color. En 1987 realiza un viaje decisivo a Nueva York donde entra en contacto visual con los grandes mitos de la pintura del siglo XX. Se impregna de una mirada libre y más irónica. Su universo se torna más personal y definido. Hay una clara tendencia por un tratamiento cada vez más plástico.París y Oporto son algunos de los lugares donde Juan Vida expuso esta manera de orientar su arte.

Libro que recoge obras de Juan Vida. JORGE PASTOR

La reputada carrera de un pintor con un millar de obras

Juan Vida se ha labrado una reputada carrera de pintor con una singular y extensa obra –en torno a un millar de creaciones– que fue merecedora de una primera retrospectiva en el Museo Gustavo de Maeztu de Navarra. Sus cuadros se pueden ver en instituciones de toda España como la Biblioteca Nacional (un retrato de Francisco Ayala), el Parque de las Ciencias (un paisaje donde destaca la torre mirador) y el Museo de Bellas Artes de Granada (una barca que navega sobre un lago rojo).

En el año 2000 ingresó como académico numerario en la Academia de Bellas Artes de Granada. Entre sus múltiples exposiciones cabe destacar 'La vida sobre ruedas', 'Vida y milagros' o 'Un cuento chino', donde destaca su rasgo de pintor literario.

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