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A la izquierda, foto de San Pedro realizada por García Ayola en 1890 utilizada en el estudio; a la derecha imagen actual. IDEAL / JORGE PASTOR
El lecho del Darro se hunde un centímetro al año a su paso por Granada

El lecho del Darro se hunde un centímetro al año a su paso por Granada

La investigación del profesor Francisco José Suárez, de la UGR, toma como referencia fotos del cauce tomadas hace un centenar de años

Jorge Pastor

Granada

Martes, 23 de enero 2024, 23:34

José García Ayola ha pasado a la historia como uno de los primeros fotógrafos de Granada –vivió entre 1836 y 1900–. Retrató la ciudad, su gran pasión, de todas las formas habidas y por haber. Pero sus imágenes no solo tienen un gran valor artístico, sino también documental. Gracias a don José sabemos cómo era el paisaje urbano de la capital en la segunda mitad del XIX.

Pues bien, en el año 1890 tomó una instantánea de la parroquia de San Pedro que ha sido clave para la realización de un estudio científico que determina que el lecho del Darro se está desplomando a razón de un centímetro al año. Un asunto no menor si tenemos en cuenta la estabilización del tajo de San Pedro y que ahí arriba existe un tesoro llamado Alhambra –tesoro en el sentido literal porque la economía de Granada depende en gran medida de este monumento–. Detrás de esta investigación se halla, entre otros, Francisco José Suárez, profesor de Mecánica de las Estructuras e Ingeniería Hidráulica de la Universidad de Granada.

El Darro desde el puente de las Chirimías en una foto histórica y otra actual. GARCÍA AYOLA / JORGE PASTOR

El procedimiento para comprobar cómo se hunde el Darro es tan sencillo como efectivo. Francisco José Suárez elige una foto histórica. En este caso, la referida de García Ayola fechada en 1890. Posteriormente, tomando como referencia algún elemento patrimonial que permanezca invariable con el paso de los años, el campanario por ejemplo, mide mediante procesos informáticos cuánta distancia existe, en vertical, entre este punto y el Darro. El mismo resultado se puede lograr de forma más laboriosa, con una cinta métrica y calculando la escala.

El profesor Francisco José Suárez. JORGE PASTOR

¿Cómo consigue los datos actuales para realizar la comparación? Utilizando, a pie de terreno, un instrumento que se llama teodolito o estación topográfica total. El aparato proporciona los resultados mediante el establecimiento de cotas. La última fase consiste en cruzar los números de 1890 con los actuales y 'eh voilà'. El cauce está cada año 1,14 centímetros más bajo.

En todo el tramo

Una rebaja, esta de un centímetro anual, que se mantiene constante en todo el tramo urbano natural del río. O sea, entre el Puente del Aljibillo y la zona donde empieza el embovedamiento, en Plaza Nueva. Para ello, Francisco José Suárez ha analizado, con el mismo método, otros puntos del Darro. Concretamente a la altura del Puente Espinosa y del desaparecido Carmen del Granadillo. En todos se repite esa evolución de centímetro al año.

El dato

  • 1.14 Según el estudio realizado por Francisco José Suárez, entre otros profesores, el lecho del Darro baja 1,14 centímetros cada año a la altura de la iglesia de San Pedro. El periodo de referencia es los últimos cien años.

«Nuestro análisis –explica Suárez– sirve para reivindicar una metodología que, a diferencia de los tiempos geológicos, donde la unidad de medida es 500.000 años, permite obtener magnitudes en periodos mucho más cortos, de tan solo un siglo». «Tampoco –agrega– se requiere un gran despliegue de recursos, lo que permite una monitorización frecuente de una manera rápida, sencilla y económica». «Bajo mi punto de vista, sería muy interesante hacerlo en el Darro al igual que ya se hace con el tajo de San Pedro, cuyo movimiento está perfectamente controlado con distintos dispositivos», concluye José Antonio Suárez.

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Y es que el Darro desciende desde Beas de Granada sin ningún tipo de regulación. La única infraestructura es la Presa Real, construida en el siglo XVIII unos siete kilómetros aguas arriba. El caudal, mayor o menor, fluctúa en el transcurso de las estaciones del año, el régimen de precipitaciones –ahora viene bajo por el prolongado periodo de sequía– o la 'visita' de algún temporal que pueda provocar, incluso, crecidas o desbordamientos como ha sucedido en varias ocasiones a lo largo de la Historia –el Darro llegó a reventar el asfalto a la altura de Puerta Real el 12 de septiembre de 1951–.

El Darro a la altura del desaparecido del Carmen del Granadillo en dos fotos, una histórica y otra actual. GARCÍA AYOLA / JORGE PASTOR

Pero más allá de eventos puntuales, la erosión es consecuencia de ese discurrir constante del Darro desde hace milenios en un terreno de conglomerado Alhambra, cuya resistencia mecánica no es tan sólida como otro tipo de suelos.

Tajo de San Pedro. JORGE PASTOR

La solución, infraestructuras de regulación aguas arriba

La principal consecuencia del progresivo hundimiento del lecho del Darro es la afección a la estabilidad del tajo de San Pedro y, por ende, de algunas de las torres de la propia Alhambra –se halla a 23 metros de las murallas–. De ahí que exista una monitorización constante de este talud situado a la altura de la parroquia de SanPedro. Preocupan factores como los movimientos sísmicos, tan frecuentes en Granada, y preocupa también el avance de la erosión.

Según el profesor de la UGR Francisco José Suárez, una de las primeras medidas que habría que adoptar es la realización de un seguimiento constante del hundimiento del Darro –a razón de un centímetro al año– al mismo tiempo que se toman medidas correctoras, «siempre desde el profundo respeto al río y a la naturaleza».

¿Cómo? Suárez aboga por la construcción de infraestructuras de regulación aguas arriba. Actualmente solo hay una, la PresaReal, situada a unos siete kilómetros del Puente del Aljibillo. De esa manera se contendría la fuerza del caudal. «También resulta muy útil la presencia de vegetación que contribuya a la fijación del terreno», agrega Suárez.

De forma paralela, la propia Alhambra está trabajando con tecnología que pueda contener este corte en la montaña. Lo último, la bioconsolidación mediante bacterias. Un método que, al parecer, se está mostrando efectivo según los primeros resultados.

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