El 26 de octubre de 1985 Marty McFly visitaba la casa de Emmett Lathrop Brown, Doc para los amigos. Era la fecha en la que 'Regreso al futuro' comenzaba su aventura. Ese día era sábado. A las tres y media, después del 'Telediario' se emitían ... dibujos animados en TVE1. Comenzó una serie nueva sobre unos seres diminutos que vivían en los bosques y eran siete veces más fuertes «que tú».
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Casi cuatro décadas, muchos de esos niños todavía tararean o se saben de memoria la cabecera mítica de 'David el Gnomo' creada por Javier Losada. Uno de esos pequeñajos que se enamoró de los dibujos era David Salvador Sáez. «Los gnomos se transformaban en cerezos cuando morían y era una forma de volver a la naturaleza estando vivos», recuerda. «Puso encima de las mesa la parte más didáctica de lo que era la ecología en esos tiempos», apunta este profesor y psicopedagogo de Alzira (Valencia), que desde hace unos años dedica parte de su tiempo libre a escribir libros infantiles. Su obra más reciente es 'El último gnomo' (Sargantana), «una carta de amor a la naturaleza y un homenaje a la mítica serie de animación».
Una novela, ilustrada por Mike Bonales, donde Salvador se atreve a romper una de las reglas que marcó Claudio Biern Boyd al crear la mítica serie de dibujos: los gnomos y los humanos nunca están en contacto porque nosotros estamos destrozando el planeta. «Cuando estuve con él me dijo que había quebrantado la norma, pero le señalé que había que actualizar un poco la historia», apunta el autor, que tuvo la oportunidad de charlar con Biern Boyd en Valencia doce días antes de su fallecimiento.
Traspasar esa línea es la base de 'El último gnomo', donde los protagonistas son Arturo y Martín. El primero es un niño de 12 años que una noche se encuentra con el último ejemplar vivo de esta especie mágica. Martín le propone a Arturo que le acompañe en un viaje al último bosque para poder descansar. A cambio, recibirá 'El libro secreto de los gnomos' para que sus enseñanzas se puedan transmitir al resto de las personas y rescatar de esta manera los bosques destruidos por el ser humano.
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Un viaje que les llevará desde Islandia a Dinamarca pasando por Inglaterra y Escocia y donde se toparán con dragones, hechiceros, trasgos, uldras, trolls y absorbemocos. Una aventura para concienciar a los más pequeños –y no tan pequeños– sobre los destrozos que estamos haciendo al planeta con un componente de nostalgia. «Entonces, se hablaba de los vertidos a los ríos, la muerte de peces o el humo de las fábricas. Ahora tenemos el calentamiento global», señala el escritor valenciano.
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