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Los niños se miran como si los Reyes Magos acabaran de abdicar. Sus rostros, desencajados por el terror y la violencia, son incapaces de entender que se han quedado solos en mitad del espacio, sin adultos. Sin padres. Una voz azul, la voz de ... la nave, una inteligencia artificial que ha olvidado su propósito, les habla como quien arropa a un niño en mitad de la noche. «No lloréis», les dice, «no lloréis». Ella, Valarie, la voz azul, aún no lo sabe, pero acaba de comenzar su maternidad. ¡RING!
¡RING! El teléfono devuelve a Gabriel H. Walta (Melilla, 1973) a Granada. Consciente, se desconecta del lápiz y del papel para echar un ojo al móvil. En la pantalla se lee 'Jeff Lemire' (Condado de Essex, Canadá, 1976). Es el guionista de las viñetas que le tienen absorbido. Los dos son auténticas celebridades del cómic. Gabriel ha ganado dos veces el Eisner (el Oscar de los cómics) por 'La Visión', de Marvel, la editorial donde cosechó fama mundial. Jeff ha escrito tanto para Marvel como para DC y su serie 'Black Hammer', comparada con la todopoderosa 'Watchmen', de Alan Moore, le dio su segundo Eisner. Son dos talentos brutales y nunca se han visto en persona. Eso, claro, no les ha impedido trabajar juntos en un proyecto que, al fin, ha visto la luz: 'Sentient'.
'Sentient', del inglés: consciente, dotado de sentido. Estamos en un futuro no tan lejano. Los humanos lo hemos conseguido: a la Tierra le quedan diez años de vida. Los gobiernos organizan vuelos de colonos para salvar al mayor número de gente posible y continuar la humanidad en un planeta diferente. En la USS Montgomery viajan un puñado de familias, padres e hijos que van a colonizar esos mundos nuevos. Pasa algo. Los niños se quedan solos con la Inteligencia Artificial que gobierna la nave. «'Sentient' es el proyecto que me convenció definitivamente para dejar Marvel».
Gabriel habla mientras dibuja. Él se comunica así. En el papel, una nave empieza a asomar por encima de La Alhambra. «Fue por el guionista –dice–. Hubiera hecho cualquier cosa que me hubiera propuesto Jeff, es uno de mis favoritos. Además, es una fábula ambientada en el espacio centrada en los personajes, en los niños. Me gustan las historias domésticas».
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La historia, completa y autoconclusiva, está compuesta por seis capítulos, 120 páginas que se pueden conseguir en un tomo único o en seis tebeos separados. Está disponible para todo el planeta, sólo en inglés y a través de la web de la editorial, TKO. «Es una editorial independiente y han decidido saltarse las distribuidoras para potenciar el diálogo con los lectores y el cuidado a los artistas; aunque ofrecen un trato favorable a las tiendas de cómics, es algo que no obvian. De hecho, ya está disponible en algunas librerías españolas». La apuesta de la editorial también parece un ejercicio de ciencia ficción, más teniendo en cuenta que en EEUU hay casi un monopolio (la empresa Diamond) en el negocio de la distribución. El cómic, en pocos días, ha cosechado una ristra de críticas positivas de la prensa especializada que inicia un runrún inevitable: ¿Eisner a la vista? «Está por ver si una editorial independiente tiene la visibilidad suficiente como para que tenga ese alcance», responde Gabriel mientras empieza a entintar el dibujo que tiene entre manos.
El guion de Lemire es excelente y, en las manos de Walta, puro arte. 'Sentient' también lleva la contraria a la norma habitual en el cómic estadounidense, en el que se suelen repartir las tareas artísticas: dibujo, tinta y color. «Adoro trabajar con coloristas –dice–, sobre todo con Jordie Bellaire, con quien he colaborado habitualmente. Pero tenía ganas de controlar el aspecto final de la obra. Me apetecía recuperar la técnica con la que hice 'El Velo' (Dibbuks, 2010), con El Torres». El trazo y el color, tan expresivos, son auténticas armas narrativas en 'Sentient'.
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«Nuestra principal tarea, la de los dibujantes, es contar bien la historia. Todo lo que hay en el papel sirve para contarla. Yo no quería hacer los colores con acuarela sólo por conseguir un acabado pictórico, quería que el color fuera parte de la narración». En el cómic no hay líneas puras ni blancos impolutos, como se suele imaginar en la ciencia ficción clásica. «La nave tenía que convertirse en un personaje de la propia trama. Un personaje que fuera agradable, acogedor, simpático, aunque no hubiera una cara a la que referirse. Quería una entonación cálida para la nave y fría para todo lo demás».
'La Visión' de Walta, su anterior obra, pese a los héroes, las capas y los androides emocionales, iba sobre la familia. Ya saben, el 'American Beauty' del cómic. Hace un par de años, cuando Lemaire llamó al granadino para ofrecerle la colaboración, le dijo que conocía su trabajo, que le admiraba. «Y a mí me gustaba el suyo –añade Walta, que está pasando rotuladores por encima de una Alhambra sobrevolada por la USS Montgomery–. Así que podemos concluir que nos llaman la atención los mismos temas. Encajamos el uno con el otro».
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Y alrededor de la familia, del hogar, otros temas que enmarcan y orientan el universo de 'Sentient': el cambio climático, la perversión de la tecnología, la humanidad que esconden las cosas inertes... «La ciencia ficción siempre me ha gustado muchísimo porque permite contar las cosas que se llevan contando siglos pero cambiando el marco en el que se desarrollan. Refresca temas milenarios, temas con los que cualquier persona se podría identificar, pero a través de la tecnología».
El marco de esta entrevista, la viñeta imposible de la nave de 'Sentient' sobre La Alhambra, ya está acabado: «G. H. W.», escribe y, mientras se aleja del papel, dice con la inocencia del niño que termina el trabajo de clase: «Vale».
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Cuando a Jeff Lemire le preguntan por 'Sentient' asegura que lo mejor ha sido trabajar con Walta. Ambos están orgullosos con el resultado, por más que digan que «siempre se podría mejorar». «Sí –dice Gabriel– es mi mejor cómic». El talento del tándem Lemire-Walta transpira en cada página, en cada viñeta, en cada bocadillo azul. Uno en Los Ángeles y otro en pleno corazón de Granada. Ambos unidos por la irrevocable necesidad de contar historias. Sus firmas, parece, tienen mucho que contar. ¡RING!
Final del capítulo 3. Lil, la pequeña protagonista de 'Sentient', se encuentra frente a un mural de recuerdos. Recuerdos bellos de rincones bellos. «En el guion -recuerda Gabriel H. Walta- ponía que Lil miraba a lugares típicos de la Tierra. Puse Nueva York, las pirámides de Egipto, el Taj Mahal... Y, en el ángulo escondido, donde no se va el ojo normalmente, un pequeño guiño a Granada: La Alhambra». Ese guiño también viene acompañado de una playa con un faro, un pequeño detalle con el propio guionista, Jeff Lemire: «Es el lugar más característico que pude encontrar del Condado de Essex, de donde es él». Walta ha pasado un año y medio creando las páginas de 'Sentient', conectando cada cierto tiempo con Lemire. «Sigue siendo una sensación extraña. Estar aquí, en Granada, en mi casa, dibujando un cómic escrito en Los Ángeles».
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