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Cinco años después, los héroes granadinos tiraron los dados para desenvainar sus armas una última vez. Con la mirada perdida en el horizonte, sobre la Espina del Dragón, los amigos lucharon por su vida y por la de todos los demás, sin alejarse de la mesa, dejando que su imaginación culminara una campaña cuyo recuerdo aún eriza el vello de sus brazos. Aquello fue mucho más que una –larguísima– partida de rol. Fue una historia que merecía ser contada, pero ninguno de sus jugadores podía vislumbrar que un día, no mucho después, sus personajes terminarían protagonizando su propio manga: 'Gryphoon'.
Te interesa | Cómic Granada
José E. Cabrero
José E. Cabrero
José E. Cabrero
Luis Montes (Alhendín, Granada, 1989), el máster (para los profanos, sería algo así como el guionista y el director de la película) de aquella enorme campaña de rol, iba siempre acompañado de una libreta en la que anotaba y dibujaba lo que sucedía en la partida. Incluso después, ya acabada la aventura, siguió bocetando escenas, reescribiendo guiones, añadiendo detalles... En total, diez años de trabajo para construir los cimientos de un mundo: desde su arquitectura hasta sus espadas, pasando por razas, criaturas y hechizos poderosos. Un cuidado y preciosista esfuerzo que quedó encerrado en una decena de libretas, esperando su oportunidad.
Luis creció pensando que nunca podría ser un mangaka. Mangaka, ya saben, es el autor de un manga, es decir, de un tebeo japonés. Y, hasta hace nada, el requisito indispensable para poder ser un mangaka era ser japonés. Con lo que, por mucho que se esforzara, era un camino con un final muy trágico. Así que lo terminó desechando. Pero no el dibujo, claro. Luis quería dibujar cómics, contar historias. Ese era el gran sueño. «Estudiaba Bellas Artes y Diseño Gráfico –recuerda–, pero no era lo que buscaba. Fue entonces cuando un profesor, Francisco Quero, me dijo que iban a abrir una escuelaEstación Diseño, en la que tendrían una especialidad de cómic. Fui el primer alumno de la escuela. Siempre estaré agradecido a Quero, le dio un vuelco a mi vida».
El siguiente vuelco llegó al terminar el curso de cómic, cuando decidió pedir plaza en la prestigiosa Escuela Joso, en Barcelona, la que es, probablemente, la mayor cantera de autores de España. «Hice un máster de 'Concept Art'. Cogen a 20 personas al año. Es lo mejor que he podido hacer por mi carrera. En cuatro años allí he logrado de todo. En la Joso encontré un familia, ese es el secreto de su éxito». Así comenzó una carrera como diseñador de personajes en libros infantiles, series de televisión, videojuegos... Hasta que un día, Santi Casas y Mariano de la Torre, sus tutores de la escuela, se convirtieron en sus agentes. «Sabían que tenía un gran proyecto creado y me avisaron de que Planeta estaba buscando nuevas ideas. Entonces fue cuando saqué las libretas».
Lo habitual es presentar un puñado de páginas a las editoriales para que se hagan una idea del proyecto. Luis soltó encima de la mesa sus diez repletas libretas y dijo «aquí van diez años de desarrollo de un proyecto». Los de Planeta llevaban tiempo buscando una historia fantástica propia, pero eso exigía un gran esfuerzo creativo. A no ser, claro, que un tipo te pusiera sobre la mesa diez libretas con diez años de trabajo, con todo lujo de detalles. «Entonces me propusieron publicarlo como un manga, no como un cómic al estilo europeo, que era lo que tenía en mente. Me quedé paralizado, pensando que a mí me habían dicho que era imposible ser un mangaka... Acababa de convertirme en uno».
'Gryphoon' se publica en 'Planeta Manga', una revista que imita el modelo de las ediciones japonesas como 'Shonen Jump' (donde encontramos series míticas como 'Bola de Dragón', 'Naruto' o 'One Piece'). «'Gryphoon' es el proyecto de una vida. Y, si todo sigue su curso, hay planes para expandir el universo: novelas, el juego de rol, serie de animación, videojuegos, juguetes... Mi sueño es crear algo así como mi propio 'Final Fantasy', una de mis grandes referencias ('Final Fantasy' es una de las sagas de videojuegos de rol más emblemáticas. En España ganó fama con 'Final Fantasy VII', en 1997, para la videoconsola Playstation)». Una 'Fantasía Final' que es, en gran medida, parte de Granada.
Antorcha, en el papel, es un gigante de tres metros con unas ideas bárbaras para terminar con sus enemigos. En la vida real, Antorcha es un historiador del arte de Fuente Vaqueros que suele brindar con los colegas en su bar favorito de Pedro Antonio de Alarcón. «Antorcha es mi amigo y uno de los jugadores de aquella campaña de rol. Como él, el resto de personajes del manga son personas reales, de aquí, de Granada. Mis amigos. Ellos crearon la base de los personajes y crearon las mejores anécdotas; yo les di arco narrativo y lo convertí en un guion. Es por eso que los personajes gustan tanto».
Y no sólo eso. En la historia de 'Gryphoon', los protagonistas participan en una competición en la que deben subir a lo alto de una montaña, en la ciudad de Garnata, para conseguir el título de gryphoon, la élite que combate a unas criaturas llamadas ekchos. «Esa ruta sería como de Granada a Pradollano, sólo que repleta de monstruos; y la fuente central sería Borreguiles. De hecho, si te fijas en el dibujo, el pico de la montaña, la Espina del Dragón, es, en realidad, el Veleta». Hay también escenarios y edificaciones muy reconocibles, como una torre misteriosa inspirada en la del Parque de las Ciencias.
Hay cuatro números publicados de 'Gryphoon' y, aunque la fecha no se ha concretado, ya se sabe que Planeta publicará los primeros capítulos en un tomo integral. «Ha habido una respuesta muy positiva. Todas las semanas me escriben muchas personas contándome lo que les gusta, lo que esperan de la serie... y me mandan dibujos hechos por ellos, que es algo que me hace una ilusión loca. El siguiente paso es que alguien haga el cosplay de los personajes». Pese a que 'Gryphoon' sólo está disponible en España, ya cuenta con lectores por Latinoamérica y hay editoriales interesadas en publicarlo en Europa, Estados Unidos e, incluso, Japón.
En 'Gryphoon' los elfos no son tan perfectos como los de Tolkien, son zíngaros a los que no dejan entrar en las ciudades. Los orcos son como canadienses, los enanos son expertos en moda y los gigantes visten con ropa hawaiana... Queda mucho para descubrir la verdadera fantasía que hay detrás del manga de Luis Montes, que dibuja a destajo los siguientes capítulos desde su estudio de Alhendín, donde reside actualmente. Pero ese final sólo lo sabe él. Bueno, él y los héroes granadinos que sobrevivieron a aquella memorable campaña de rol que merecía ser contada.
Luis Montes, al terminar sus estudios en la Escuela Joso, recibió una propuesta inesperada: «¿Te gustaría dar clase aquí?», le dijeron. Él, desconcertado, pensó que eso no era para él, que no se veía ejerciendo de profesor. Por suerte lo pensó dos veces: «Ahora me encanta. Disfruto la faceta de profesor un montón. He estado tres años dando clase allí, de creación de manga, a chavales de quince años. Y ha sido una experiencia preciosa».
Tan preciosa que Montes ha mantenido la vía de la enseñanza en su quehacer habitual. Este verano ha dado cursos virtuales en la Joso y, próximamente, está preparando un curso completo para Estación Diseño. «Será algo para adolescentes que tengan curiosidad. Algo para aprender y disfrutar», apunta.
Montes, además, comparte el estudio de diseño 'Sky Riders' con la también artista granadina Bea Castillo. «Es una vía de entrada a proyectos distintos, que nos dan la oportunidad de seguir creando y diseñando personajes para otros». Clases y encargos que compagina con los próximos capítulos de 'Gryphoon'.
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Inés Gallastegui | Granada
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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