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Nada más sentarse en la mesa de la Biblioteca de Andalucía, la periodista guiñó al fotógrafo con la complicidad que da el gremio. «Tú tranquilo, que no espero milagros. Sácame como soy», rio. Había llegado a Granada desde Madrid cargada con una mochila llena de libros de Federico García Lorca. «Creía que había leído a Lorca, pero había sido frívola. Ahora tengo ahí las manos, siempre conectadas a su obra». Porque la velada iba de eso: de periodismo y literatura, ventrículos con los que late indistintamente Karina Sainz Borgo (Caracas, 1982).
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La venezolana participó este miércoles en el Aula de Cultura de IDEAL, patrocinada por la Fundación Unicaja. El encargado de llevar la batuta de la conversación fue Eduardo Peralta, director estas citas tan imprescindibles como inspiradoras. Peralta, además de repasar la trayectoria de Sainz Borgo tanto «con sus reportajes y sus brillantes columnas de opinión», como con sus novelas 'La hija de la española', 'El tercer país' y 'La isla del doctor Schubert', sorprendió a la audiencia con un mensaje de Jesús García Calero, el jefe de la sección de Cultura de ABC. Es decir, el jefe de Sainz Borgo: «Cuando ves trabajar a Karina te da la impresión de que es imposible que de todo ese magma vaya a a salir algo inteligible. Pero de repente es como un volcán y empieza a producir columnas, que no son de humo precisamente, y reportajes llenos de empatía. Karina es insustituible».
«Todo eso es falso», bromeó Karina Sainz, divertida. «Es un orgullo trabajar con Calero. Si no hubiera llegado a ABC, me hubiera asilvestrado más de la cuenta». La venezolana habló con entereza de periodismo, «el periodismo de verdad», ese periodismo que sufre «la competencia de los que atacan la credibilidad desde las redes sociales». «Un periódico es una empresa intelectual, no una web para administrar clics», sentenció. Una profesión íntimamente imbricada con la literatura, como Chaves Nogales, en los años 20, o el añorado David Gistau. «David tenía a Hemingway en su cabeza. Era un tipo cosmopolita... fue una pérdida... Tenía tantas novelas por escribir». Sainz Borgo, su amiga, ganó el Premio David Gistau de columnismo en 2023.
Tanto 'La hija de la española' como 'El tercer país' son ficción, pero, como dijo la venezolana, «hay veces en que la novela es más fiel a la verdad que un reportaje». «No son la verdad –añadió–, pero ayudan a entender situaciones». Así, insistió en que hay lugares en Sudamérica en que «hacer periodismo es cada vez más difícil, de ahí que haya escritores que usen la novela negra para contar lo que pasa sin arriesgar la vida».
Este viaje entre la literatura y periodismo cerró con dos nombres imponentes. El primero, Javier Marías. «Es un eslabón del lenguaje. Él era la gran oportunidad española del Nobel... pero no se lo dieron. En cambio, poner a Javier Cercas a sustituir a Javier Marías en la RAE me parece una provocación».
El segundo fue Federico García Lorca. «He visitado el legado en el Centro Lorca y me tranquiliza saber que hay un lugar así», dijo Sainz que se encuentra en plena escritura de 'Nazarena', una obra que bebe mucho de 'La casa de Bernarda Alba' y que se publicará en 2025. «Y que vendrá a presentar a Granada», guiñó Peralta. «Amén», sonrió Sainz Borgo dando dos golpes en la mesa con los nudillos, uno por periodista y otro, claro, por escritora.
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