«He llevado dentro al rey Al-Ahmar desde hace años»

–'Nazarí' novela un periodo convulso de la historia de Granada. ¿Qué le atrajo de él?

–La época que sirve de ambientación a la novela es bastante compleja, de transición entre dos momentos importantes de la historia de al-Andalus: la dominación almohade y el emirato nazarí de Granada. A su protagonista, Ibn al-Ahmar, me lo encontré cuando documentaba mi primera novela, y desde entonces lo he llevado dentro. Se ha escrito mucho sobre la etapa final del emirato granadino, pero muy poco sobre sus comienzos. Ibn al-Ahmar fue el fundador de la dinastía y del emirato, y fue el primer constructor de la Alhambra. Son motivos más que suficientes para justificar mi atracción y esta novela, que no es otra cosa que un gran homenaje a mi tierra.

–¿Dónde encontró usted la inspiración para definir a sus protagonistas, al margen de los libros de historia?

–Hay muchos personajes reales, históricos, pero también los hay ficticios. Unos y otros los he intentado construir de acuerdo a lo que sabemos sobre la época. Todos los roles evolucionan a lo largo de la historia. Para intentar ser certero he recurrido a mis estudios de Sociología y he practicado lo que llamo «empatía histórica». Se trata de intentar ponerme en el lugar de esa persona de nuestro pasado, teniendo en cuenta sus circunstancias históricas. Sobre los rasgos de personalidad, algunos se atisban en las fuentes, como el carácter ascético del protagonista, pero otros muchos los he definido recurriendo a personas de mi entorno, e incluso a mí mismo. La vida es la mejor fuente de inspiración en este aspecto para un escritor.

–En una época en que la traición y la lealtad eran conceptos relativos, ¿cuáles son los verdaderos héroes de su historia?

–Los protagonistas indiscutibles de la novela son Ibn al-Ahmar, del lado andalusí, y Fernando III del lado cristiano. Pero por encima de ellos, los verdaderos artífices de sus logros son Asquilula, abuelo de Ibn al-Ahmar, y Berenguela, madre de Fernando. Ambos lo orquestan todo para uno llegue a ser emir de la mayor parte de al-Andalus, y el otro rey de Castilla y de León, y conquistador de buena parte de la actual Andalucía. Ellos serían los héroes si atendemos exclusivamente a criterios políticos o militares, pero también considero héroes a otros muchos personajes de esta historia, aunque sean ficticios o menos conocidos.

–Deja usted la construcción de la Alhambra casi en su estadio inicial, ¿puede haber una segunda parte de este volumen en el que profundice en la historia de la dinastía nazarí?

–Él decidió trasladar la sede del poder desde la alcazaba, en el actual Albaicín (en aquella época el Albaicín era un arrabal extramuros que se extendía a partir de la puerta de las pesas, para entendernos), a la colina de la Sabika, donde había unos restos ruinosos de una vieja fortaleza conocida como al-Ahmra. Allí construyó su nueva alcazaba y trasladó a ella su residencia. Los demás espacios y palacios los fueron construyendo sus sucesores, de tal manera que en la propia Alhambra, si la miramos desde San Nicolás, puede leerse la historia nazarí, de derecha a izquierda. Toda esa historia merece ser contada, muchos ya han abordado algunos de sus momentos principales. La historia inmediatamente posterior a la que se cuenta en la novela es muy interesante y en alguna ocasión me he planteado escribir una continuación. Tal vez...