![«Louis Armstrong solía decir que el jazz dio voz a los que carecían de ella»](https://s1.ppllstatics.com/ideal/www/multimedia/2024/12/22/armstron-kXOE-U230355748887dnB-1200x840@Ideal.jpg)
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Juan Jesús García
Domingo, 22 de diciembre 2024
Cerca de 20 años le ha costado al escritor, historiador y librero Rag Cuter finalizar, desde Granada, las 1000 páginas de la 'Historia social del jazz primitivo'. Dos tomos necesarios para una colosal y pormenorizada monografía que comienza en la época de la esclavitud y ... termina en los años 30 del siglo pasado, la comúnmente conocida como 'Era del Jazz'. A diferencia de otros estudios sobre el nacimiento del género con un tratamiento musicológico, el enfoque de este libro permite situar el jazz en su época, contextualizarlo humana y socialmente y explicar por qué fue un fenómeno mundial, el primero.
- ¿Quién es Rag Cuter y cómo llegó a Granada?
- Rag Cuter tuvo una banda de rock experimental con ese nombre en el agitado Madrid de los años 90, cuando hacía sus pinitos como historiador independiente especializado en subculturas, prensa alternativa y cultura popular. Por aquella época ya frecuentaba Granada, donde finalmente decidió quedarse a vivir tras un periodo en el extranjero y donde hace unos 15 años abrió en el centro de la ciudad, junto a su compañera, la librería Bakakai. Hemos trabajado mucho para hacer de este espacio un referente entre las librerías críticas e independientes que formamos una red alternativa en toda la Península.
- ¡Monumental obra! ¿Cuánto tiempo le ha llevado hacerlo?
- Muchos años, puede que más de una década de investigación, escritura y revisiones. El germen fueron unos artículos que publiqué hacia 2002. A medida que iba investigando caí más en la cuenta de que, a pesar de la ingente bibliografía que existe sobre el jazz, principalmente en inglés, la mayor parte de los estudios clásicos son musicológicos y se encuentran algo desfasados, carecen de perspectiva de género, de clase o de raza. Me parecía fundamental tratar los aspectos sociales que rodean el nacimiento del jazz y su primer periodo de desarrollo. El que yo he estudiado abarca desde el fin de la esclavitud legal en los EEUU hacia 1861 hasta el desplome económico, el crac bursátil de 1929 que pone fin a la llamada «era del jazz».
- Y por lo que se lee/ve hurgando en las fuentes más originales…
- He trabajado en archivos y bibliotecas de Estados Unidos y Europa, principalmente el Hogan Archive en la Universidad Tulane de Nueva Orleans y el Jazz Institute of Chicago. He manejado fuentes orales, entrevistas históricas a los pioneros y pioneras del jazz, y transcrito y traducido un montón de canciones y blues de temática social. También reseñaría la Biblioteca Afro Americana de Madrid y el Centro Europeo para la Difusión de las Ciencias Sociales, que además han coeditado los dos tomos del libro, una edición de más de 1000 páginas ilustrada con cerca de 3000 imágenes.
- Entrevistando a Ali farka Touré me dijo que el jazz no es americano sino centroafricano ¿lo suscribe?
- Entiendo muy bien que reivindique las raíces africanas del jazz frente a la nueva historiografía revisionista alineada con el discurso neoliberal de la asimilación que, aunque pueda parecer sorprendente, persiste en escatimar las aportaciones de los músicos afroamericanos en el surgimiento del jazz. Esta nueva crítica anglosajona les reconoce buena parte del mérito pero coloca el jazz en lo que llaman la «corriente principal», una especie de democratización del jazz donde los músicos blancos tendrían un papel de mayor importancia. Pero el jazz no nació en África, sino en Norteamérica. Aparece en un primer momento ligado a las comunidades afroamericanas, a finales del siglo XIX y principios del XX, su semilla viaja y va contagiándose de las canciones de esclavos en las plantaciones, las tonadas del río Misisipi y del ferrocarril, del circo itinerante, los espectáculos de minstrel y vodevil, el blues rural y el ragtime que empezaron a adaptar las bandas de metales. Surge como una música mestiza, amalgama de influencias y modismos africanos, caribeños y europeos.
- Y caribeño hispanofrancés. Que en el siglo XVIII y XIX la conexión entre Cuba, Haití y Lousiana era directa…
- Más que los poliritmos africanos, que difícilmente se habrían transmitido al jazz tal cual, la música afrocaribeña tiene gran importancia en su gestación. Hablamos de «jazz primitivo» en tanto este adjetivo se refiere a un momento fundacional, porque los músicos de Nueva Orleans, una ciudad norteamericana conectada con el Caribe, al principio no lo llamaban jazz sino blues caliente. El pianista créole Jelly Roll Morton decía que para tocar bien el jazz hace falta el «spanish tinge», el toque especiado de los ritmos caribeños.
- ¿Hasta qué punto el jazz original es fruto del sincretismo cultural/religioso en momentos de prohibición absoluta?
- Durante el periodo de la esclavitud se prohibieron los tambores y cualquier otro instrumento entre los esclavos por considerar sus amos blancos que con ellos se comunicaban y podían alentar revueltas. En el Sur de los EEUU más importancia que el vudú haitiano o la santería cubana tuvieron las danzas conocidas como «grito del anillo» o ring shout, rituales de palmadas y baile arrastrado con cierto carácter religioso pero al margen de las ceremonias eclesiásticas, y desaprobadas por los predicadores quienes, no obstante, se valieron del enorme potencial de la música para congregar a la gente y redirigir esa energía conjunta hacia un objetivo común de emancipación.
- Su libro, a diferencia de las historias habituales del género, eminentemente musicales, usted incide en los orígenes humanos y sociales… ¿El jazz es un ejemplo primitivo de la 'música protesta'?
- Ha habido historiadores cuya opinión apunta a que algunos aspectos del blues jazzeado o el jazz primitivo a lo sumo pueden considerarse sociales, al emitir una queja sobre ciertas situaciones sociales desfavorables, pero no géneros políticos; en cambio yo estimo que su importancia no reside tanto en articular políticamente un discurso sino, como bien vio Ángela Davis, en canalizar expresivamente una voz común: el blues -y el jazz podríamos decir que llegó para animar el blues- surgió como forma de expresión de la clase trabajadora. El gran clarinetista criollo Sidney Bechet decía que la música de jazz fue un lugar donde poder estar en pie en paridad y celebrar la alegría de vivir frente a la opresión, y Louis Armstrong solía decir que el jazz dio voz a los que carecían de ella. La política no es únicamente profesión, sino un concepto amplio que cubre prácticamente la totalidad de nuestra vida diaria. Luchar contra la segregación racial desde el ámbito de la música es algo que se hizo, ciertamente, aunque los músicos se vieran arrastrados por el torbellino que la novedad del jazz produjo a su paso cuando se extendió rápidamente poniendo a bailar a todo el planeta tras la I Guerra Mundial. No hubo plan preconcebido ni tiempo para plantear si se trataba de una música negra revolucionaria que debía defenderse como tal, pero sí se ensayaron prácticas de resistencia, como por ejemplo las rent parties o fiestas para pagar el alquiler, a pesar de que la maquinaria del show business y las necesidades laborales de los artífices, músicos y bailarines, no dejaran demasiado resquicio para la reivindicación política directa.
- El rock fue una apropiación blanca ¿sucedió también con el jazz en sus primeros momentos? Se lo pregunto porque a en primera instancia las más difundidas eran propuestas blancas de jazz…
- El jazz fue recibido enseguida como una música de baile comercial. La primera grabación con la etiqueta «jass» data de 1917 y la protagoniza una banda blanca formada por inmigrantes italoamericanos, la Original Dixeland Jazz Band, que dio a conocer lo que otras bandas afroamericanas como la Creole Jazz Band llevaban años practicando. Durante los años 20, mientras las bandas blancas tenían acceso a los mejores clubes, las emisoras de radio y las compañías discográficas, las bandas negras eran relegadas a las series de grabaciones «raciales» y los circuitos de teatros y salas de baile segregadas. En esa época no hubo bandas interraciales, o eran blancas o eran negras, la música estaba ampliamente segregada, como el resto de la sociedad en los EEUU.
Desde luego, se produjo un colonialismo cultural evidente con la comercialización del jazz por parte de la industria blanca del entretenimiento, más si cabe cuando directores de orquesta experimentados como Paul Whiteman llegaron para «limpiar el jazz de las rudezas de su primeros tiempos» y «elevarlo de categoría», como él mismo afirmó en un libro que publicó a mediados de la década y en el cual, aparte de autocoronarse «Rey del Jazz», hablaba de una música democrática estadounidense de la que sin embargo excluía a los músicos afroamericanos, a los que apenas mencionaba, aunque luego copiara de ellos sus hallazgos y arreglos. La historia del jazz primitivo es también la de este cruce de caminos: cómo actúa lo negro ante lo blanco, a menudo resguardándose en un código de doble sentido, participando o simulando participar de la cultura dominante, y cómo lo blanco, fascinado con las expresiones y las manifestaciones culturales negras, se las apropia y las ofrece según sus propias representaciones.
- Y en el tema de la difusión, que surgiera a la par que el desarrollo generalizado de la radio y del microsurco ¿fue la causa de que resultara un fenómeno de alcance mundial, acaso el primero?
- Sin duda, el jazz fue la primera música popular (que no folclórica) que se impuso en el candelero a la música clásica y su vertiginosa difusión se produce gracias a la entonces incipiente industria discográfica y poco después, hacia 1920, a la radiodifusión. Hasta entonces la música popular viajaba en lentos desplazamientos, troupes de juglares que la llevaban de un lado a otro. Ahora, almacenada en un disco, una grabación musical puede escucharse repetidamente y reproducirse en cualquier parte del planeta. Es la primera vez en la historia de la música que ocurre algo así. El proceso de «enlatado» en un soporte y su reproducción en aparatos de consumo va a cambiar de forma radical la forma de escuchar música. Infinidad de músicos autodidactas van a aprender escuchando las grabaciones y las bandas de música vernácula van a contagiarse de los ritmos sincopados del jazz en cada puerto del imperio colonial a donde llegan los discos.
- Con la primera guerra mundial llegó a Europa…de hecho en Granada se datan conciertos de blues y espirituales ya en 1919…
- El jazz produjo una «fiebre» o «epidemia» que puso a bailar a todo el mundo a partir de su difusión masiva. Surge como una música jovial ligada al baile y coincide con una alegría de vivir general tras la carnicería bélica que supone la I Guerra Mundial. El jazz-band atruena en los cabarés más distinguidos de Europa y poco después en fiestas y verbenas populares, adaptado por bandas locales que a veces solo ofrecen un seudojazz o animan con ritmos sincopados el repertorio que solían tocar. A España llega la orquesta de Sam Wooding y la del bailarin Harry Flemming causando una enorme sensación. Le diré más: mi abuelo Fermín asistió a aquellas actuaciones durante los años 20 y se hizo aficionado al jazz de por vida, fue baterista de acompañamiento y adepto a los clubes de jazz que la dictadura franquista proscribe tras la guerra pero que resurgen a partir de 1960, cuando va consolidándose poco a poco una escena. Fue gracias a él que yo escuché con cinco o seis años los primeros discos de jazz.
- Marcó toda una época, hasta el punto de que se le conoce como 'la era del Jazz' …en términos contemporáneos ¿fueron los primeros 'influencers'?... ¡Me acuerdo de los 'chicos swing' y las 'chicas topolino' en España…
- En efecto, el jazz creó tendencia, como diríamos ahora, al menos mientras estuvo ligado al baile popular masivo. El libro está dividido en dos tomos que corresponden a dos periodos: uno de gestación que es propiamente el del 'jass' primitivo, todavía abierto a contagios y vinculado a una serie de prácticas comunitarias más o menos ajenas a la gran cultura establecida; y un segundo periodo, el de su puesta en largo y comercialización, que responde a la atracción por la novedad que supone, pero también a la uniformidad de una masa consumista entregada al hedonismo, cuando se convierte en la banda sonora de la juventud de esa época que por algo ha pasado a la historia como «era del jazz». Esto fue lo que me interesó estudiar: las relaciones de poder (económicas, laborales, de raza y género, etc.) que se establecen en las prácticas musicales; cómo una música popular nacida como subcultura llega a influir en toda una época hasta el punto de caracterizarla y, al contrario, cómo se contagia de la velocidad y cambios drásticos de un periodo tan crucial como fue el de la llamada segunda revolución industrial a comienzos del siglo XX.
- En sus primeros momentos fue un argumento sonoro para el baile, recuerdo que en sus memorias el clarinetista (y camello) Mezz Mezzrow escribía que el jazz murió el día que dejó de bailarse y se subió al escenario de los auditorios formales… ¿Lo suscribe?
- Pues sí, la enorme popularidad del jazz se debió a su conexión con el baile popular, que junto al teatro y el circo era el evento social por antonomasia a finales del siglo XIX, antes de la irrupción del cine y la radio. Las bandas de baile dominaban la escena. Había salones de baile gigantescos y solían estar abarrotados de una masa danzante que conectó con el balanceo del swing, los ritmos trepidantes y la vuelta a la polifonía comunal del jazz porque era una música desinhibida capaz de poner los cuerpos en movimiento, a veces hasta el paroxismo. No en vano las memorias de Mezz Mezzrow, Really the Blues, se tradujeron aquí como La rabia de vivir. Hay un momento de inflexión en la historia del jazz: cuando pasa de ser una música sencilla y divertida y deja de escucharse con los pies, podríamos decir, deja de bailarse masivamente y pasa a ser escuchada atentamente, se complejiza musicalmente de manera que requiere ya de un club de entendidos capaces de apreciar sus cualidades artísticas. El jazz fue perdiendo el público masivo que había cosechado en sus inicios cuando fue poco a pocos despegándose del baile popular e intelectualizándose.
- Los granadinos 091 se preguntaban en una canción «¿qué fue del jazz?»… Pues me apropio de la cuestión ¿Qué es/fue el jazz?
- El jazz ha tenido un desarrollo verdaderamente vertiginoso, desde que surgió a comienzos del siglo XX hasta nuestros días, donde podría decirse que ha alcanzado la cima de su propio desarrollo expresivo. Ha sido un género capaz de influir en otros y de empaparse de ellos al mismo tiempo: impregnándose de soul, incorporando ritmos latinos, electrificándose a base de rock, hip-hop o en maridaje con cualquier música vernácula. Es verdad que en gran parte vive de su rico legado y se ha estandarizado e incluso fosilizado, por un lado, mientras que por otro ha sido elevado a la categoría de música culta. Pero también los músicos de jazz siguen experimentando libremente, buscando nuevas vías de expresión. Ya desde sus comienzos fue una música híbrida, mestiza, y si ha tenido alguna tradición, una de las más destacadas ha sido su énfasis en la originalidad y la improvisación, y por ahí tendrá que buscar su camino; otra cosa es que a la par encuentre en el siglo XXI un público tan nutrido como el que tuvo hasta mediados del siglo XX.
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