Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Cio-Cio-San es una joven explotada en un prostíbulo de una megalópolis asiática aquejada de todos los males del siglo XXI. Pinkerton, el padre de la criatura que engendró la adolescente japonesa, un turista sexual de manual y sin el menor escrúpulo. Así son los protagonistas de la 'Madama Butterfly' que vuelve al Teatro Real. Con concepción escénica del italiano Damiano Michieletto y con su compatriota Nicola Luisotti a la batuta, cierra una brillante temporada. El coliseo estrena este domingo la legendaria y trágica ópera de Giacomo Puccini (1858-1924) que da un salto temporal de un siglo y de la que se ofrecen 19 funciones con cuatro repartos hasta el 22 de julio.
Es uno de los títulos favoritos del público del Real, pero Michieletto se aleja deliberadamente de la estética orientalista habitual en este clásico del bel canto para poner el foco «en la lacra del turismo sexual». Sitúa la acción en una comunidad japonesa de la periferia de Shanghái, donde se trafica con mujeres entre luces de neón y habitaciones de cristal, macabros escaparates del comercio sexual «que exhiben la tragedia llevada al extremo».
'Madama Butterfly' sigue siendo la historia de la ingenua Cio-Cio-San que cree que va a casarse, pero que ha sido «comprada y explotada por un prepotente marino americano que aprovecha su posición de fuerza en un ambiente de pobreza», resalta Michieletto para explicar su contexto actual. «Butterfly sufre por creer en un matrimonio nacido de una burla, que es solo un juego, un divertimento sexual para Pinkerton», agregó Michieletto en la presentación de la ópera.
Cio-Cio-San renuncia a todo, a su familia, su religión y más tarde a su hijo y a su vida por un amor irreal. «Es una niña-madre de quince años que se da de bruces con su pubertad y espera que regrese Pinkerton, quien sin el menor recato la compró como supuesta esposa», apunta Michieletto, que quiere destacar «el cinismo y violencia de quien puede dominar a la parte débil». Encierra a la joven maltratada en un cubículo de cristal «como símbolo de la ambivalencia entre la ilusión y la realidad».
'Madama Butterfly', la sexta de la diez grandes óperas de Puccini, se basa en la pieza teatral homónima de John Luter Long, quien dramatizó, se supone, un caso real que conoció su hermana durante una estancia en Nagasaki, la ciudad japonesa escenario de la acción en el libreto original.
El estreno en 1904 en Milán de la que quizá es hoy la más aclamada ópera de Puccini fue un estrepitoso fracaso. El propio compositor se sintió «linchado por caníbales» y optó por cambiar la partitura y el libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa. Empapado de la cultura japonesa, llegó a hacer cinco versiones. La última, con la que trabaja Luisotti y la que sube a escena en el Real, es la que se representó en París en 1906 y en la que se funden el segundo y el tercer acto. «Estaba claro que la primera versión no funcionaba y si Puccini cambió todo, es que pensaba lo mismo», dice la batuta de esta producción creada para el Teatro Regio de Turín.
Para Luisotti no son chocantes los cambios de época y lugar de su compatriota. El director no ve «nada raro» en esta adaptación sin kimonos, abanicos y biombos. Cree que el resultado es «una 'Madama Butterfly' tradicional con un cambio cronológico para traerla a la actualidad», lo que supone que algún personaje utilice el móvil. «El drama aún radica en que ella es prostituta y no sabe que ha sido comprada como juguete sexual», reitera. Cree, además, que el montaje «no ridiculiza a los japoneses y ennoblece lo oriental».
Luisotti reconoce que la música de Puccini puede parecer «empalagosa por demasiado bonita». Pero es «un bálsamo para la voz» a juicio de la soprano Saioa Hernández, veterana en el papel de la joven enamorada que encarnó por última vez en 2021. «Parece un largo recitativo. Es casi, como si estuvieras actuando en una película», asegura. «Aquí el amor pinta poco, solo está la cabeza de Cio-Cio-San y de ahí esa música edulcorada: para crear ese mundo de fantasía que en realidad no existe», plantea la cantante.
Ailyn Pérez, Lianna Haroutounian y Aleksandra Kurzak se alternarán con Hernández en el papel de Cio-Cio-San. A Pinkerton lo encarnarán los tenores Matthew Polenzani, Charles Castronovo, Michael Fabiano y Leonardo Capalbo. Completan el cuarteto protagonista las mezzosopranos Silvia Beltrami, Nino Surguladze y Gemma Coma-Alabert, como Suzuki, y Lucas Meachem, Gerardo Bullón y Luis Cansino, como Sharpless.
Las funciones de 'Madama Butterfly' se dedican a Victoria de Los Ángeles (1923-2005), como broche al centenario del nacimiento «de una inolvidable intérprete de Cio-Cio-San», destaca Joan Matabosch, director artístico del Real.
Otra actividad vinculada al estreno de la ópera es la exposición 'Puccini fotógrafo', que se inaugura el 1 de julio en el marco de PHotoEspaña y que dará a conocer una faceta desconocida del gran compositor italiano.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.