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Pasquau presentará este miércoles su cuarta novela en el Museo Arqueológico en el marco de la Feria del Libro. JORGE PASTOR
«Como magistrado procuro acertar y como escritor procuro disfrutar»
Miguel Pasquau, magistrado del TSJA y autor de 'Aunque todo se acabe'

«Como magistrado procuro acertar y como escritor procuro disfrutar»

«Yo escribo con hambre; si tienes hambre buscas tiempo para comer», asegura el jurista, que presenta mañana en Granada su cuarta novela

Jorge Pastor

Granada

Martes, 5 de octubre 2021, 16:27

Miguel Pasquau (Úbeda, 1959), catedrático en Derecho Civil y magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, dedica sus mañanas a debatir y dictar sentencias y sus tardes a escribir libros. Ahora publica su cuarta novela, 'Aunque todo se acabe' (Ediciones Miguel Sánchez), una historia de personajes donde hay amor y suspense.

–'El amanecer no dura toda la mañana, un aguacero no dura todo el día'. Los protagonistas de su novela escuchan de fondo 'All thigs must pass', de George Harrison. No se me ocurre mejor BSO para un libro que se titula 'Aunque todo se acabe'.

–'All things must pass' es la música que Martín y Gabrielle, los protagonistas de la novela, se regalan en su historia de amor. Una historia de amor que siempre busca Finisterre, ese lugar donde nunca se llega. Es muy importante el 'aunque', que significa que si las cosas se viven a fondo, habrá merecido la pena. Y el final no será una tragedia. También tiene que ver con una frase de un poeta que a mí me gusta mucho y que dice que 'la eternidad se enamora de lo efímero'.

La presentación

  • Día 6 de octubre.

  • Lugar Museo Arqueológico de Granada.

  • Hora 19.30 horas.

  • Intervienen Miguel Pasquau, Juan Vida, Sixto Sánchez y Eva Mariscal.

–La típica pregunta de la típica entrevista al autor de una novela es ¿qué hay de autobiográfico en el personaje principal? Viendo que Martín Godoy, el 'prota', estudió en la Sagrada Familia de Úbeda y Miguel Pasquau también, no puedo resistirme. ¿Cuánto hay de convergente en su vida y en la de Martín?

–Él se parece a mí en lo que recibió, pero no en lo que dio. Es una persona que gastó lo que tenía en lo que consideraba de más valor; no sabía guardar para luego. En la novela hay un homenaje a lo que recibí. Y lo que recibí empezó en las escuelas SAFA, que tanta dignidad han traído a muchas ciudades medias de Andalucía. De ahí salimos los dos, pero él llevaba una veta diferente a la mía. Venía de una estirpe rural, anarquista y perdedora. Y eso le dio una determinación para buscar el conflicto como medio para luchar por la justicia.

–Dos lápidas con dos fechas de defunción y un mismo nombre. Buena forma de enganchar al lector desde el comienzo…

–Sí pero cuando yo me encontré esas lápidas literariamente no sabía por qué. Yo sabía que en esa cripta de la iglesia de las escuelas SAFA iba a hallar algo. Lo necesitaba. Y fui a verla. El no saber por qué me ayudó mucho a montar la novela. Ese suspense se traslada al lector de entrada. Al escribir, iba buscando algo que tuviera sentido, que fuera verosímil y que fuera interesante.

–Escribir sin un rumbo definido. Esto es como un salto al vacío pero sin red...

–Me ha pasado siempre. Yo no puedo tener la historia resuelta de antemano. Eso vale para el Derecho, pero en una novela tengo que tener interés en saber qué pasará. Tiene que ser abierta para que los personajes vayan diciendo sí o no. A mí me gustan las novelas de personajes, no las de historia. No son los personajes al servicio de la historia, sino una historia que atraviesa a los personajes. Sé que da un poco de vértigo porque no sabes si al final encontrarás algo que merezca la pena.

Literatura

«La novela empieza a ser un producto contracultural porque requiere tiempo para leerla»

–En 'Aunque todo se acabe' hay amor, hay intriga, hay política, hay historia… va a volver usted medio locos a los libreros cuando tengan que catalogar su libro.

–Si no saben donde ponerla, ojalá la pongan en el escaparate (risas).

–Junto a esos personajes imaginarios que sostienen la trama, aparecen otros muy reales. Cortázar, Joaquín Ruiz-Giménez o Carlos Cano, entre otros. ¿Resulta complicada esa fusión entre realidad y ficción?

–Cuando ambientas una novela en un lugar y una época, hay esquinas, calles, farolas... y también hay personas. Es un juego interesante mezclarlos para que puedan encontrarse y pase algo. Las biografías y la historia tienen muchos huecos. ¿Por qué no rellenarlos con hipótesis interesantes?

Personaje tuitero

–Una de las grandes singularidades es que uno de los personajes, Galia Lenoir, escapa de la novela, se crea una cuenta de Twitter y reivindica su derecho a vivir más allá del papel. ¿Cómo se le ocurre la idea? Desde luego, como maniobra de márquetin (permítame la expresión), es absolutamente genial.

–La idea me la regalaron. Se trataba de que no fuera yo quien desde Twitter hablase de mi novela. Galia Lenoir sale de la novela y se convierte en @GaliaLenoir. Y ahí empieza a hablar de la historia de sus padres, que es la historia de la novela. El perfil funciona y empieza a tener amigos que la van construyendo. Y se escapa de las manos. Lo que Galia no le perdonaría a usted es que hable de ella como una operación de márquetin, como ella a mí no me perdonó que dijera en una entrevista que era un personaje inventado.

Pasquau compagina su labor como jurista con su pasión por escribir. JORGE PASTOR

–La trama de 'Aunque todo se acabe' transcurre básicamente entre Úbeda y París, dos ciudades importantes en su vida. La primera porque usted nació en ella y la segunda porque ha trabajado en ella. ¿Qué representan ambos mundos en la novela?

–Úbeda es el origen, donde se forma la personalidad de Martín. Allí transcurren veintitantos años. Hasta que él tiene que irse a gastarse a sí mismo. En París se rompe, se abre y se incorpora a un mundo distinto, donde empiezan a pasarle cosas y donde realmente transcurre el grueso de la novela.

–Ésta es su cuarta la novela. Antes salía a libro al año y ahora ha empleado un lustro. Una 'eternidad' para sus fieles…

–En ésta he tardado más, ocho años. Las otras me llevaron cinco o seis cada una, pero se publicaron de golpe. Tengo la suerte de que no soy un escritor profesional. Escribo las novelas que naturalmente salen de mí y no las que debo de escribir. Y puedo hacerlo a mi ritmo. Es un lujo que me puedo permitir porque no como de esto. Le puedo dedicar el tiempo que haga falta.

–No come de la literatura, pero quizá sí viva de ella. La pasión le delata.

–La gente me pregunta si por las mañanas dicto sentencias y por la noches escribo, y también me dicen si tengo tiempo para todo y a qué le doy más importancia. En el trabajo procuro acertar y en la literatura procuro disfrutar. Lo que pongo es hambre. Yo escribo con hambre. Si tienes hambre, buscas tiempo para comer.

Personaje tuitero

«Galia Lenoir sale de la novela para hablar en Twitter sobre sus padres, que es la historia de la novela»

–¿Deme una razón para comprar su libro?

–Que he pasado un puñado de años pensando una historia interesante y con cierta grandeza, creando personajes con los que gustaría relacionarse y provocando una reflexión sobre preguntas grandes que no pasan de moda. Y cuidando mucho las palabras y la escritura. Hoy día la novela está empezando a ser un producto contracultural porque requiere tiempo para leerla. Yo creo que hay que leer novelas; ésta u otras.

–¿En qué proyectos está trabajando ahora mismo Miguel Pasquau?

–Es la primera vez que mientras publico una novela no estoy metido en otra.Por fin se han ajustado los tiempos. Ahora lo que sí sé es que pronto se me despertará el apetito. La mejor manera es leer a otros y pasar envidia. Y sacar la cámara literaria y buscar algo que tire de ti sin saber por qué. La propia vida ya me está haciendo invitaciones.Una veces en forma de pase al interior y otras en forma de prohibido el paso.

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