Exhumaciones en Granada
Las medallitas de la fosa 16 de VíznarExhumaciones en Granada
Las medallitas de la fosa 16 de VíznarHace cuatro meses que se inició la cuarta campaña de excavaciones en Víznar, donde fueron fusilados unos doscientos granadinos durante la Guerra Civil. Cuatro meses en los que el equipo multidisciplinar de la Universidad de Granada, dirigido por Francisco Carrión, ha centrado su esfuerzo en ... la fosa número dieciséis, un agujero de dos metros de largo por uno de ancho –el tamaño de una bañera– donde se amontonaban muchos cadáveres. ¿Cuántos? Ya se sabe, quince. Quince personas a las que les falta poner nombre y apellidos que se suman al centenar de hombres y mujeres, todavía anónimos, que se han ido recuperando a lo largo de estos cuatro años de exhumaciones en el 'barranco del dolor'.
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La faena ha terminado ahí, en ese punto, pero aún queda mucho por hacer –en las próximas semanas continuarán en otras dos fosales ya localizadas–. «Trabajamos de forma científica, con una metodología minuciosa, pero muchas veces es imposible disociar el contexto», reflexionaba hace unos días en redes el grupo de arqueólogos, antropólogos, historiadores y sociólogos de la UGR en Víznar. «Esto nos suele pasar cuando enfrentamos la imagen de una fosa completamente vacía», añadían. «En ese momento te llena un sentimiento de empatía que te hace padecer el sufrimiento de las familias que buscan sin descanso a sus seres queridos, y que han hecho que sus muertos sean también los nuestros».
Ahora es el momento del laboratorio, donde no solo se analizan los restos humanos, sino también los materiales. Además de suelas de zapatos, botones y casquillos de nueve milímetros disparados para rematar a las víctimas, en la tumba dieciséis han aparecido diez medallitas, dos de forma cuadrilobulada y ocho ovaladas, con iconografía de la Virgen de las Angustias y del Sagrado Corazón de Jesús. Según Francisco Carrión, en principio estos objetos religiosos proporcionan el dato de que algunos de los ajusticiados eran devotos. Es decir, el hecho de ser republicanos no implicaba que muchos de ellos no fueran creyentes.
Los expertos de la UGR están obteniendo ahora los pequeños fragmentos óseos que enviarán al laboratorio de referencia, situado en la Facultad de Medicina, para comparar con los posibles allegados de tal forma que, una vez cruzada la información, se puedan identificar los ciento quince cuerpos extraídos hasta la fecha. Si hay alguna coincidencia, los esqueletos serán entregados a los suyos para que los inhumen. Si no existe concomitancia, la ley dice que deben de ser enterrados en algún cementerio de la zona. En ambos casos, de forma completamente digna.
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Por el momento no se ha identificado ninguno de los ciento quince difuntos hallados en Víznar, pero solo por ahora. Según ha anunciado Francisco Carrión, hay cuarenta y nueve estudios en fase muy avanzada y es bastante probable que en el próximo mes de abril haya novedades al respecto. Serían los primeros. Tendrían que darse, eso sí, tres circunstancias.La primera que exista la posibilidad de cotejar. Es decir, que las familias hayan aportado sus muestras. La segunda, que la calidad del material genético sea óptima, ya que disminuye conforme pasamos de una generación a otra. Y la tercera que, en efecto, haya conjunción.
Respecto a los quince finados de la fosa dieciséis, Carrión señala que los primeros exámenes evidencian que se trata fundamentalmente de varones, muchos de ellos jóvenes, de edades comprendidas entre los quince y los diecisiete años. Los documentos tampoco permiten discernir de quiénes se trata. El periodista Eduardo Molina Fajardo publicó en su libro 'Los últimos días de GarcíaLorca' una relación de ciudadanos que vivían en diferentes municipios de Granada que fueron ejecutados por los sublevados en Víznar.
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La fuente primaria era el propio José Nestares Cuéllar, el capitán Nestares, que estaba al frente de la cárcel encubierta en que se convirtió el albergue juvenil conocido como la Colonia de Víznar.Por ahí pasaban todos los que, horas después, serían fusilados. Entre ellos,Federico GarcíaLorca, cuyo paradero es una de las grandes incógnitas por despejar –la referencia es que acabaron con su vida en algún lugar entre Alfacar y Víznar–.
En esos listados de Nestares aparecían las fechas en las que se producían las 'sacas', entre el 14 de septiembre y mediados de noviembre, y quiénes eran conducidos hasta el cadalso. Pero hay muchas lagunas y muchas imprecisiones; por eso no se puede establecer una datación exacta respecto a la fosa dieciséis. Solo cabe esperar a los dictámenes científicos. Cabe la posibilidad de que ahí yacieran muertos anteriores no contemplados en esos partes. «Es posible –especula Carrión– que no existiera una contabilidad previa sencillamente porque no estaba claro que el golpe de Estado triunfara de forma generalizada, ya que la ciudad de Granada era una especie de islote frente a todas esas poblaciones que inicialmente se mantuvieron fieles a la Segunda República».
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Carrión manifiesta que más allá de la trascendental labor investigadora que se realiza desde la UGR, resulta difícil sustraerse de la tragedia que vivieron todos estos seres humanos. «Los gestos de sus caras muestran el horror», resume Carrión, quien subraya la importancia de «aprender de las lecciones del pasado para no volver a cometerlas en el presente».
La Guerra fue devastadora. Como devastador es el testimonio de quienes, noventa años después, siguen llorando a los suyos en las cunetas y en el Lugar de Memoria del Barranco de Víznar.
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